NIGERIA: Violencia posterga comicios

Las elecciones para gobernadores de dos estados en el norte de Nigeria, predominantemente musulmán, se postergaron a causa de la violencia que golpea a esa región, anunciaron funcionarios.

La zona ha sido asolada por días de mortal violencia desde que el presidente Goodluck Jonathan, un cristiano del sur, ganó el día 16 las elecciones para un nuevo periodo en el poder. Los disturbios en el norte dejaron por lo menos 200 muertos y varios miles de heridos.

La comisión electoral dijo que los comicios estaduales no se realizarán el próximo martes en los norteños Bauchi y Kaduna, a raíz de las preocupaciones en materia de seguridad. El anuncio tuvo lugar pocas horas después de que Jonathan expresara en un discurso televisado dirigido a la nación que las elecciones para gobernadores seguirían adelante, a medida que se restableciera el orden en el país.

«Compatriotas, ya es suficiente. La democracia tiene que ver con el imperio de la ley», dijo Jonathan en su discurso del jueves.

«Estos disturbios son más que meras protestas políticas. Claramente aspiran a frustrar las elecciones que quedan. Esto no es aceptable», agregó.
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«Estos actos delictivos son tristes recordatorios de los hechos que sumieron a nuestro país en 30 meses de una lamentable guerra civil», dijo, refiriéndose a las matanzas que derivaron en un conflicto que dejó un millón de muertos en los años 60.

Jonathan señaló que los servicios de seguridad afrontarían «de modo decisivo» cualquier otro tipo de agitación.

«Les aseguro que la calma se está restableciendo en partes problemáticas del país y que las elecciones programadas para el próximo martes continuarán tal como está planeado», afirmó.

Desplazados por la violencia

Los disturbios estallaron en las principales ciudades del norte luego de que Jonathan, quien lidera el Partido Democrático Popular (PDP), fue declarado ganador de los comicios presidenciales con 57 por ciento de los votos, venciendo fácilmente a su rival, Muhammadu Buhari, que obtuvo 31 por ciento.

Se estima que 40.000 personas fueron desplazadas por la violencia en el norte del país. Una organización nigeriana de defensa de los derechos civiles con sede en Kaduna señaló que hubo más de 200 muertos en esa zona, tras estallar los disturbios el domingo.

De la noche a la mañana se reportaron nuevos enfrentamientos en un área de Kaduna. Un líder comunitario dijo a la radio local que «la matanza fue increíble y la destrucción colosal».

Algunos analistas señalaron que las inminentes elecciones estaduales pueden plantear el mayor riesgo de violencia. Los gobernadores ostentan un poder significativo en Nigeria, concediéndoseles enormes presupuestos procedentes, en parte, de las ganancias petroleras.

Violencia «espontánea»

Buhari, el rival de Jonathan, denunció irregularidades en las elecciones presidenciales.

Dijo que la población simplemente «reaccionó ante los resultados» y que no sabía qué había disparado la violencia.

«Fue tan espontánea que ni siquiera me enteré. No les pedí que la iniciaran, pero sí que la frenaran, especialmente la quema de iglesias y otros sitios religiosos», declaró.

Buhari, ex gobernante militar, también negó haber instigado la mortal violencia que se desató en el norte, pero culpó de la misma a lo que llamó elecciones fraudulentas.

Los observadores sostuvieron que los comicios presidenciales fueron limpios, y que implicaron una mejora significativa en relación a los anteriores, realizados en 2007.

Atrincherados

La violencia parece haber seguido criterios religiosos, informó Yvonne Ndege, de Al Jazeera, desde Kaduna.

«Aquí hay musulmanes y cristianos. Allí afuera hay quienes están preparados para usar la religión para atacar adversarios», dijo.

«Bajo todo esto está el sentimiento y la sensación de que el presidente no debería haberse postulado en la carrera electoral de 2011, ya que un acuerdo informal dice que el próximo presidente tiene que venir del norte», continuó.

«No se trata solamente de la carrera presidencial. Hace 10 días tuvimos elecciones parlamentarias y en una semana se eligen gobernadores. Hemos visto a todos los candidatos explotar las diferencias religiosas y étnicas, el tribalismo, la organización de partidos de jóvenes, arreglos para ganar votos», agregó.

«Incluso ahora en el estado de Kaduna recibimos informes —estamos inundados de relatos de testigos— de personas atrincheradas en sus casas por temor a salir y a quedar atrapadas en el caos», señaló.

Nigeria, con 150 millones de habitantes, está dividida entre el sur cristiano y el norte musulmán. Varios estados del segundo se rigen por la Shariá (ley islámica), aunque el área está bajo el control de gobiernos estaduales seculares.

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