El escándalo sexual del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, concentró la atención del público en un grupo de jóvenes trabajadoras sexuales, pero son decenas de miles las víctimas de trata de personas en este país.
Una jueza de Milán dictaminó el martes 15 que habrá un juicio contra el primer ministro por prostitución de menores. La fiscalía investigan a Berlusconi haberle pagado a Karima el Mahrug para mantener relaciones sexuales el año pasado, antes de que la adolescente marroquí cumpliera 18 años.
Son 14 las jóvenes involucradas en el caso. Muchas de ellas son inmigrantes que viven en apartamentos a las afueras de Milán.
Esas muchachas son la cara exterior de una forma de esclavitud invisible, la prostitución.
Por lo menos 50.000 víctimas de trata de personas recibieron protección y asistencia entre 2000 y 2008, según un informe de 2010 del capítulo italiano de la organización Save the Children.
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Eran 4.466 los menores inmigrantes sin acompañante que venían de Afganistán, Bangladesh, Egipto y Rumania.
La mayoría de las personas explotadas sexualmente son inmigrantes sin documentos nacionales en regla procedentes de diversos países que tienen entre 15 y 18 años.
"Cuando comenzamos a trabajar en los años 90, la mayoría procedían de los países de Europa oriental, Albania, Rumania y Moldavia", dijo a IPS la fundadora del Comité para los Derechos Civiles de las Prostitutas, Carla Corso, cuya organización trabaja con víctimas de esclavitud y explotación sexual en el noreste de Italia.
"En la actualidad siguen viniendo de Rumania, pero también de Nigeria y Colombia. También hay cada vez más chinas en las calles de noche, pero es muy difícil ponerse en contacto con ellas porque pertenecen a un comunidad bastante inaccesible", explicó.
"Desde que Rumania se incorporó a la Unión Europea, la cantidad de rumanas explotadas sexualmente en los programas de protección disminuyó de forma drástica", dijo a IPS la investigadora Emiliana Baldoni.
"Es difícil para las asistentes sociales entrar en contacto con las víctimas y ayudarlas a salir, Las organizaciones de derechos humanos estudian el asunto", apuntó.
Pero algunas víctimas lograron reunir fuerzas para denunciar a los explotadores.
"Las mujeres que colaboran con la policía pueden acceder a programas de protección social y obtener un permiso de residencia por un año. Es el punto de partida para una nueva vida", dijo Corso a IPS.
La trata de personas se volvió más sutil en los últimos años, indicó Baldoni.
"Las estrategias de coerción son cada vez más sutiles y sofisticadas. Formas extremas de intimidación, secuestro, violencia física y violación son menos frecuentes que en el pasado. Ahora las víctimas son sometidas mediante un comportamiento engañoso, chantajeadas y manipuladas afectiva y psicológicamente, que ellas mismas no suelen identificar como tal", explicó.
El gobierno de Berlusconi endureció en 2008 la ley contra la prostitución, que ahora prevé penas y cárcel tanto para prostitutas callejeras y clientes. Las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres sostienen que la norma sólo empeora la condición de esclavitud invisible, lo que permite a los delincuentes trabajar en apartamentos sin interferencia de la policía.
"El gobierno aprobó leyes agresivas y represivas para combatir la prostitución callejera", dijo Corso a IPS. "Pero está bien que frecuenten los pasillos del poder. Sigue siendo un país con doble moral, de día debes tener un comportamiento intachable, pero de noche puedes hacer lo que quieras y alegar que es privado", se lamentó.
"Las compañeras de fiesta sufren tanto como las prostitutas callejeras, víctimas de un sistema que las obliga a pasar por la cama de hombres poderosos para tener éxito", explicó.
"La única diferencia es que las primeras venden su cuerpo para comprar carteras Prada, mientras sus compañeras de la calle lo hacen para comprar comida", añadió Corso.