Las unidades de conservación son un medio clave para preservar la diversidad biológica, concluyó el estudio “Biodiversidad, genes, especies y biomas brasileños”, del Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA). La obra evalúa el conocimiento nacional acumulado sobre las especies autóctonas, los animales amenazados de extinción y la deforestación amazónica, entre otros rubros.
La investigación lista como las principales amenazas al ambiente la destrucción de hábitat, las alteraciones en los ecosistemas, el aprovechamiento económico por encima de la capacidad de restauración, la introducción de especies invasoras, el cambio climático y la contaminación.
“Brasil es uno de los pocos países megadiversos del mundo, es necesario proteger ese patrimonio”, comentó a Tierramérica Júlio César Roma, técnico de planificación e investigación de IPEA.
“La mayor parte de las unidades de conservación del país son áreas de protección ambiental, hecho preocupante porque ese sistema ofrece poca protección a la biodiversidad”, agregó.