PAKISTÁN: El Talibán ya no es bien recibido

El movimiento islamista Talibán, otrora considerado por muchos en las áreas tribales de Pakistán un verdadero defensor de la fe musulmana, pierde hoy popularidad debido a sus continuos ataques contra mezquitas, escuelas y civiles.

Controles de seguridad en las FATA. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS
Controles de seguridad en las FATA. Crédito: Ashfaq Yusufzai/IPS
"No sorprende que la popularidad del Talibán esté cayendo. Ya no gozan del apoyo público que tenían cuando las fuerzas de Estados Unidos atacaron Afganistán", dijo Jamilur Rehman, residente de Waziristán del Sur y estudiante en la Universidad de Peshawar.

Rehman espera que el Talibán pronto se desvanezca, porque rápidamente pierde apoyo local debido a las atrocidades que comete, matando mujeres y niños.

Movidos por sentimientos religiosos, miles de pakistaníes han donado generosamente al Talibán, y miles de jóvenes se trasladaron a Afganistán para apoyar a ese grupo en su lucha contra la invasión estadounidense de 2001.

Partidos y grupos religiosos pakistaníes han recolectado millones de rupias para apoyar al Talibán.
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Miles de jóvenes pakistaníes permanecen en cárceles afganas, mientras que cientos están desaparecidos.

"Talibán" literalmente significa "estudiantes de una escuela religiosa", pero ahora la palabra es sinónimo de militancia, violencia y terrorismo.

El grupo islamista adquirió protagonismo internacional en 1994, y en una par de años logró controlar 95 por ciento de Afganistán, país que gobernó hasta 2001.

La mayoría de las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA) de Pakistán, con una población total de cinco millones de habitantes, recibieron a miembros del Talibán y le dieron refugio. Desde allí, el grupo luego lanzó ataques contra el propio ejército pakistaní.

El apoyo sin precedentes del que gozaba el Talibán en Pakistán quedó en evidencia cuando la alianza de partidos religiosos Muttahida Majlis-i-Amal (MMA) ganó las elecciones regionales de octubre de 2001 en Khyber Pakhtunkhwa y en Balochistán, provincias que gobernó cinco años.

Los líderes de la MMA se opusieron vigorosamente a la campaña antiterrorista de Estados Unidos en Afganistán y acusaron al presidente Pervez Musharraf de convertirse en una herramienta de Washington. La alianza además hizo campaña a favor de la aplicación de la shariá (ley islámica) en el país y por el retiro de las fuerzas estadounidenses en Pakistán.

Pero el apoyo al extremismo islámico fue decayendo. En 2002, la MMA recibió 11 por ciento de los votos en las elecciones nacionales, más de 3,3 millones, pero en 2008 se quedó con apenas seis bancas en la Asamblea General, al obtener 772.798 sufragios.

"El asesinato de respetados eruditos religiosos, como Muhammad Farooq Khan, Maulana Hasan Jan y Mufti Farooq Naeemi erosionaron aun más la imagen pública del Talibán", dijo a IPS el politólogo Majeed Shah, de la Universidad de Gomal, en Dera Ismail Khan.

"La gente que los tenía en alta estima ahora los maldicen debido a sus insensateces", añadió.

Dera Ismail Khan, uno de los 24 distritos de Khyber Pakhtunkhwa, es hogar de unas 80.000 personas desplazadas de las agencias adyacentes de Waziristán del Sur y Waziristán del Norte, donde el Talibán ha paralizado la vida de sus habitantes.

"Nuestros hijos no pueden salir de nuestras casas debido al toque de queda y a las continuas batallas. El Talibán no permite que nuestros hijos jueguen o vayan a la escuela. ¿Cómo podemos apoyarlos?", afirmó Jamal Akbar, otrora fuerte partidario del grupo islamista.

Akbar, comerciante en Waziristán del Sur, dijo que los pakistaníes se volvían cada vez más pobres por culpa de las actividades del Talibán.

"Los ataques a mezquitas y escuelas han herido profundamente los sentimientos de las personas, y el Talibán ha hecho ambas cosas", dijo Wajid Ali, de 25 años, maestro de una escuela religiosa en la Agencia Khyber, una de las siete que conforman las FATA.

El Talibán hasta ahora ha ejecutado a 54 personas sentenciadas por tribunales islámicos, señaló, y contó el caso de una bailarina asesinada y colgada de un poste de electricidad por los radicales islámicos.

"El lunes de la semana pasada, le cortaron las manos a los integrantes de una familia que tuvieron una discusión con un comandante talibán en la Agencia Orakzai", indicó Wajid Ali.

Antes de 2004, solían haber manifestaciones cada vez que las fuerzas de Pakistán, de Estados Unidos o de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) asesinaban a un combatiente del Talibán, pero después de 2005 no ha habido más protestas, a pesar de que, cada semana, aviones no tripulados estadounidenses matan a unos 50 militantes islámicos.

"Los militantes han incendiado mezquitas y libros sagrados en los ataques", dijo Juma Gul, ex funcionario de inteligencia afgano. El 19 de noviembre, combatientes vinculados con la red islámica Al Qaeda quemaron una mezquita en el área de Gerai, del distrito afgano de Gizab, donde se quemaron decenas de textos religiosos.

"El año pasado, 1.224 personas inocentes murieron y 2.100 resultaron heridas en ataques suicidas perpetrados por combatientes islámicos. Esto fue suficiente para crear un sentimiento de desdén en el pueblo contra el Talibán", dijo Sajjad Shah, oficial de policía en Dera Ismail Khan.

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