Crisis marfileña pone a prueba a la ONU

La coherencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está siendo probada por la crisis constitucional en Costa de Marfil, donde el presidente se niega a entregar el cargo al triunfador de las últimas elecciones.

La situación se ha agravado con enfrentamientos entre militares leales al mandatario Laurent Gbagbo y rebeldes que apoyan al líder opositor Alasanne Ouattara.

Muchos se preguntan hasta cuándo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, o el Consejo de Seguridad podrán involucrarse en asuntos internos de un estado soberano, aun si se constatara que hubo fraude en las elecciones o si Gbagbo persiste en su negativa a reconocer su derrota.

Según el Capítulo VII de la Carta de la ONU, el Consejo de Seguridad tiene el derecho a intervenir en un país sólo si existe una amenaza a la paz y seguridad internacionales. Pero, ¿podría llegar a considerarse la crisis de Costa de Marfil una amenaza mundial si la situación continúa así?

¿Y está autorizada la ONU a enviar una fuerza intervencionista, avalada por el Consejo de Seguridad, para colocar en el cargo al presidente que considere correcto?
[related_articles]
Consultado sobre la legitimidad de una eventual intervención, el portavoz de la ONU dijo a IPS: "Es claro que estamos actuando de acuerdo con el mandato provisto por el Consejo de Seguridad".

Ese órgano de 15 miembros, el más poderoso del foro mundial, no sólo ha reiterado su apoyo al "constructivo rol del secretario general", sino también condenado "en los términos más fuertes" los actos de violencia en Costa de Marfil contra los soldados de paz de la ONU, que suman más de 9.100 en ese país africano.

Al hablar el martes ante la Asamblea General, Ban alertó que la situación marfileña era "cada vez más volátil".

"Hay un riesgo real de retorno a la guerra civil", dijo a los delegados, señalando que la fuerza de paz de la ONU, la Unoci, confirmó que mercenarios, incluyendo ex combatientes de Liberia, han sido reclutados para atacar a ciertos grupos de la población.

El secretario general negó que el foro mundial estuviera violando la soberanía marfileña.

"La ONU ha estado del lado de África contra este intento de descarrilar el proceso democrático y la voluntad del pueblo marfileño", dijo.

La reacción internacional es abrumadoramente contraria al presidente Gbagbo, claramente derrotado en los comicios presidenciales del mes pasado.

El candidato victorioso, Ouattara, ex alto funcionario del Fondo Monetario Internacional, es fuertemente apoyado por la ONU y varios organismos regionales, como la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas) y la Unión Europea.

Pero el presidente derrotado continúa aferrado al poder con el respaldo de los militares, que suman más de 30.000.

Consultada sobre la presencia de mercenarios, la embajadora de Washington en la ONU, Susan Rice, dijo a periodistas el lunes: "Si se confirma, sería una fuente de grave preocupación, no sólo para Estados Unidos, sino en efecto para todo el Consejo de Seguridad".

La tensión entre la comunidad internacional y Gbagbo se convierte rápidamente en una prueba de voluntades.

El fin de semana, el Consejo de Seguridad extendió el mandato de la Unoci hasta el 30 de junio de 2011.

La semana pasada, la situación marfileña se agravó con ataques armados contra las fuerzas de paz de la ONU que ofrecían seguridad al presidente electo Ouattara.

Ban dijo que las fuerzas leales a Gbagbo obstruían el movimiento de personal del foro mundial y dificultaban las operaciones en Costa de Marfil.

"Es una flagrante violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad y al mandato de la ONU", añadió.

Frente a este "directo e inaceptable desafío" a la legitimidad de la ONU, la comunidad internacional no puede permanecer indiferente, sostuvo.

Hablando a condición de mantener el anonimato, un diplomático del foro mundial dijo a IPS: "La ONU está en Costa de Marfil para mantener la paz, y el Consejo de Seguridad ha autorizado una operación con ese propósito".

El representante especial del secretario general, Choi Young-jin, recibió el mandato de certificar el resultado de las elecciones. Hasta ahora, la ONU ha hecho todo bien, afirmó el diplomático.

"Puede no ser de agrado para el titular (de la Presidencia marfileña), pero la posición de la ONU es respaldada por la UA, la Ecowas y el Consejo de Seguridad", subrayó.

No obstante, reconoció que, como la situación se deterioraba en el terreno, había un riesgo real de que las fuerzas de la ONU quedaran atrapadas en el fuego cruzado entre las partes en combate.

Cualquier ataque a la ONU sería considerado una ofensa a la comunidad internacional y derivaría en serias acciones contra los perpetradores, advirtió.

"Existe el temor de que, si las tensiones no se disipan y la violencia se sale de control, puedan producirse asesinatos masivos y genocidios, exactamente lo que queremos evitar", dijo.

"El Consejo de Seguridad tiene que actuar. Es el órgano responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales. Debe dar pasos decisivos para poner fin a la violencia y restaurar la normalidad", agregó.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe