Convencer a jóvenes que abandonaron los estudios para que vuelvan no es tarea fácil. Por eso un consorcio de organizaciones sociales de Argentina lo intentará a partir de 2011 con una novedosa campaña.
"Teníamos experiencia pero es la primera vez que tenemos una oportunidad de un trabajo en esta escala", dijo a IPS Miguel Vidal, del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), una de las organizaciones del grupo encargado del desafío.
Las entidades, con experiencia en trabajo social territorial, saldrán en busca de los ex estudiantes y luego esa labor será respaldada por una campaña de difusión en radio y televisión sobre la importancia de volver a estudiar.
La convocatoria partió del gobierno de Cristina Fernández, que procura así atraer de nuevo al sistema educativo o de capacitación para el empleo a unos dos millones de personas de entre 18 y 29 años que dejaron la escuela primaria o secundaria.
Para la campaña, el Ministerio de Educación llamó a concurso y se presentaron principalmente grandes grupos de medios de comunicación y agencias de publicidad que aspiraban a conquistar un presupuesto de 800.000 euros (más de un millón de dólares), financiados por la Unión Europea.
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"La ventaja fue para nuestro grupo porque tenemos referentes en todo el territorio, y en cada localidad podemos derivar a los interesados a que consulten las opciones de estudio en nuestros locales", remarcó Vidal. El programa tiene un costo total de 30 millones de euros (casi 40 millones de dólares) e incluye sobre todo acciones para fortalecer y ampliar la oferta educativa y de formación en el interior del país, tanto en ciudades grandes como en pequeñas localidades.
Dentro de ese presupuesto se destinarán 800.000 euros a la campaña de promoción, adjudicada al consorcio integrado por Farco, a la Fundación Ses, que trabaja con distintas estrategias para la inclusión social de jóvenes, y a la Red Gesol que integra a 60 organizaciones motivadas por la reducción de la pobreza y la marginalidad.
No se trata sólo de hacer que regresen a la escuela sino de "concientizar a los jóvenes en una cultura del derecho a recibir educación de calidad y de integrarse a una comunidad", explicó a IPS Adrián Falco, de la Fundación Ses.
La red Farco, que agrupa a 65 radios comunitarias, ya tiene una trayectoria en materia de campañas de publicidad de interés social y había trabajado para el Estado y para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Por ejemplo, junto al Ministerio de Salud realizó una campaña de educación sexual para adolescentes en cuatro lenguas de pueblos originarios. "Lo novedoso para nosotros es la envergadura de este proyecto", apuntó el dirigente de Farco.
La idea es que los jóvenes de 150 localidades de 10 provincias sean de nuevo atraídos al sistema educativo formal o encaren alguna instancia de capacitación que les permita acceder a un empleo. Falco señaló que la campaña tendrá una primera etapa en la que promotores educativos de la Fundación Ses se reunirán personalmente con jóvenes que dejaron los estudios, antes de lanzar la difusión masiva de los mensajes.
"Nos ayuda que ya nosotros trabajamos en red con otras organizaciones y vamos a las escuelas a ver los listados de matriculados y sabemos quiénes abandonaron", indicó. Luego se lanzará la campaña en radios y televisión.
"En el proyecto que presentamos, propusimos incluir a aristas, cantantes y deportistas que llamen a los jóvenes a volver al sistema educativo, y los que estén interesados pueden contactarse con nuestros referentes en cada lugar", dijo Vidal.
Esos referentes les darán a los jóvenes las herramientas y los contactos para que puedan acceder a los trámites necesarios para las distintas escuelas o institutos de formación profesional más cercanos.
La propuesta incluyó además un ejercicio de validación de la campaña por parte de un grupo de 30 jóvenes provenientes de movimientos sociales, partidos políticos, y estudiantes de comunicación, que podrán opinar y sugerir cambios.
Vidal sostuvo que, a diferencia de otras propuestas de agencias o medios de comunicación, la iniciativa del consorcio "no termina en la publicidad" sino que apunta a un trabajo articulado entre el Estado y la sociedad civil para el objetivo.
Aclaró, además, que el hecho de que un grupo de organizaciones de la sociedad civil sea responsable de una campaña de publicidad no está relacionado con la promulgación en octubre de 2009 de la ley de servicios audiovisuales, apoyada por ellas y resistida férreamente por los grandes consorcios multimedios, como el grupo Clarín, porque restringe los monopolios.
Pero Vidal admitió que ayudó el amplio debate suscitado con la norma, cuya aplicación aún está congelada por causa de recursos jurídicos presentados por Clarín.
La polémica le "dio mayor visibilidad a los medios de comunicación no comerciales, como las radios comunitarias, y forzó a las grandes empresas privadas de comunicación a tener un espacio obligatorio de difusión de estas campañas", remarcó.