Obama debe seducir a Irán, no amenazarlo

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, debería adoptar una «estrategia de compromiso» con Irán, ofreciéndole incentivos más atractivos para que ponga freno a su programa nuclear, recomienda un informe elaborado en conjunto por dos centros de estudios en Washington.

El trabajo, en el que participaron más de 40 reconocidos expertos en política exterior, no proliferación y asuntos iraníes, también alerta que un ataque militar, sea por Estados Unidos o por Israel, tendría un efecto contraproducente en todo aspecto.

Una ofensiva contra Teherán, "sin evidencia convincente de un inminente ataque iraní contra algún aliado o alguna instalación estadounidense, desestabilizaría todo Medio Oriente en formas que podrían provocar un grave daño a los intereses estratégicos, económicos y políticos de Estados Unidos, alienando a todo el mundo árabe", advierte el estudio.

También fracturaría "la coalición que ha impuesto sanciones contra Irán, fortalecería la determinación de ese país a adquirir armas nucleares y condenaría en forma definitiva al movimiento democrático" iraní, añade el trabajo de 77 páginas, titulado: "Compromiso, coerción y el desafío nuclear de Irán".

Además, Washington "debería evitar cualquier referencia a la posibilidad de una guerra preventiva o a ataques aéreos. La capacidad militar estadounidense es bien conocida. Recordarle eso a Irán sólo fortalece los argumentos (de aquellos) en Teherán que presionan para adquirir armas atómicas".
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El informe del Instituto de Paz (financiado por el Congreso legislativo de Estados Unidos) y del Stimson Center es divulgado en momentos en que Israel y sus aliados preparan una nueva campaña para persuadir a Obama de que adopte una línea más dura con Teherán si las sanciones y los esfuerzos diplomáticos no logran frenar su programa nuclear para la próxima primavera boreal.

"Si la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, espera detener el programa atómico iraní sin recurrir a la acción militar, tendrá que convencer a Irán de que está preparado para tomar" esa opción bélica, afirmó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en una reunión la semana pasada con representantes de la comunidad judía en la sudoriental ciudad estadounidense de Nueva Orleans.

Netanyahu le habría dado el mismo mensaje en forma privada al vicepresidente estadounidense Joe Biden. "La contención no funcionará contra Irán", señaló.

Sus declaraciones fueron seguidas por una columna esta semana en el influyente semanario Defense News escrita por uno de los consejeros de Netanyahu, Efraim Inbar, politólogo de la israelí Universidad Bar-Ilan, en la que señaló que la diplomacia estaba muerta y concluyó que "sólo la acción militar podía evitar que Medio Oriente se convirtiera en una región aun más brutal".

Al mismo tiempo, legisladores del opositor Partido Republicano, estrechamente asociados con los líderes del llamado "lobby israelí", repitieron sus llamados a una postura más belicista.

En declaraciones ante el Foro sobre Seguridad Internacional en Halifax, reproducidas y comentadas en profundidad en las páginas del semanario conservador Weekly Standart, el senador Lindsey Graham dijo que Obama podría asegurar sus posibilidades de reelección en 2012 si dejaba "perfectamente claro que todas las opciones estaban en la mesa" para detener el programa atómico iraní, incluyendo la militar.

Si Teherán efectivamente obtiene un arma nuclear, Obama debería actuar "no sólo para neutralizar su plan atómico… sino también para hundir cada navío, destruir su fuerza aérea y dar un golpe decisivo a la Guardia Revolucionaria. En otras palabras, castrar al régimen, destruir su capacidad de contraatacar", afirmó el congresista.

Fortalecidos por el triunfo electoral este mes que les concedió el control en la Cámara de Representantes, líderes republicanos presionan a la administración de Obama para que endurezca las sanciones contra las compañías, principalmente de China y Rusia, que continúan haciendo negocios con Irán, preparando el terreno para medidas más severas.

El gobierno de Obama, por su parte, ha respondido a la creciente presión israelí y republicana.

El secretario (ministro) de Defensa, Robert Gates —quien entre los más cercanos consejeros del presidente sería el principal opositor a la idea de una acción militar—, discrepó públicamente la semana pasada con el llamado de Netanyahu a hacer más "creíble" la amenaza a Teherán.

Gates aseguró que la actual estrategia diplomática y de sanciones estaba "teniendo un impacto" en el gobierno iraní.

En una reunión con empresarios el martes, el ministro sostuvo que un ataque solamente uniría a Irán detrás de sus líderes de línea dura y haría que el programa nuclear de Teherán se volviera "más profundo y encubierto".

"La única solución a largo plazo para evitar que Irán adquiera capacidad nuclear es que los iraníes decidan que no está dentro de sus intereses", señaló Gates. "Todo lo demás es una solución a corto plazo".

Pero para llegar a esa decisión, el nuevo informe sugiere que los líderes iraníes necesitarán incentivos y una clara muestra de Washington de que está dispuesto a aceptar el derecho de Teherán bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear a enriquecer uranio con fines pacíficos, a cambio de un estricto régimen de inspecciones.

* El blog de Jim Lobe sobre política exterior puede leerse en http://www.lobelog.com

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