Menos de una semana después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibiera un duro golpe en las elecciones de medio periodo en su país, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu lo instó a «crear una amenaza creíble de una acción militar» contra Irán.
La reacción inicial de Washington fue negativa. El secretario (ministro) de Defensa, Robert Gates, insistió en que la estrategia de Obama, enfocada en negociaciones y sanciones multilaterales contra Teherán, y que será retomada a fines de este mes después de una pausa de un año, estaba funcionando mejor de lo esperado.
"Discrepo totalmente con que sólo una amenaza militar creíble puede obligar a Irán a tomar las acciones necesarias para poner fin a su programa de armas nucleares", dijo Gates cuando fue consultado sobre las afirmaciones de Netanyahu durante una visita a Australia.
"Estamos preparados para lo que sea necesario, pero a estas alturas seguimos creyendo que el enfoque político y económico que hemos adoptado está teniendo un impacto (positivo) en Irán", añadió.
Según fuentes diplomáticas citadas por la prensa, Netanyahu hizo formalmente su llamado en una reunión con el vicepresidente estadounidense Joseph Biden el domingo en la sudoriental ciudad de Nueva Orleans.
[related_articles]
Esto sugiere que su gobierno de derecha y sus aliados en Washington, incluyendo a la rama más belicista del opositor Partido Republicano, que tomará el control de la Cámara de Representantes en enero, se preparan para incrementar la presión contra Obama para que adopte una postura más hostil hacia Teherán.
De hecho, cuando Netanyahu le decía a Biden, según fuentes anónimas, que "sólo una amenaza militar real podía prevenir la necesidad de usarla", la senadora republicana Lindsay Graham afirmaba en una conferencia en Canadá que Obama ganaría posibilidades de reelección en 2012 si dejaba "perfectamente claro que todas las opciones estaban sobre la mesa" en relación a Teherán.
Y si los iraníes desarrollan un arma nuclear, dijo, el mandatario estadounidense debería actuar "no sólo para neutralizar su programa atómico sino para hundir sus navíos, destruir su fuerza aérea y dar un golpe decisivo a la Guardia Revolucionaria" iraní. "En otras palabras", señaló, "castrar al régimen. Destruir su capacidad de contraatacar".
La creciente hostilidad de los discursos tanto de Netanyahu como de sus partidarios en Washington se produce en medio de las pugnas diplomáticas entre Irán y el llamado P5+1 (instancia de negociación conformada por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, más Alemania).
Ambas partes discuten aún el lugar y la agenda de una reunión que esperan celebrar a fines de este mes.
El P5+1, representado por la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, propuso realizar el encuentro a mediados de este mes en Viena, pero las autoridades iraníes dijeron el lunes que preferían celebrarlo en Turquía.
Junto a Brasil, Turquía había logrado que Irán accediera a una propuesta, originalmente hecha por el P5+1 un año atrás, de intercambiar en territorio turco 1.200 kilogramos de su uranio débilmente enriquecido por 120 kilogramos de combustible enriquecido para un reactor de investigación médica en Teherán.
El acuerdo con Brasil y Turquía, sin embargo, fue sistemáticamente rechazado por el gobierno de Obama y sus aliados europeos, arguyendo que Teherán ya había incrementado significativamente sus reservas de uranio enriquecido en los meses anteriores.
Sin embargo, en las últimas semanas insinuaron que podrían acceder a un similar plan de intercambio si Irán enviaba una porción más grande de su uranio fuera de su territorio, detenía los procesos de enriquecimiento alto y aceptaba una evaluación de su plan atómico.
El uranio altamente enriquecido es utilizado para la fabricación de armas nucleares. Teherán asegura que su plan tiene solamente fines pacíficos.
En otro claro gesto conciliatorio, la administración Obama incluyó la semana pasada en su lista de organizaciones terroristas al grupo radical sunita Jundallah, que en los últimos años ha perpetrado varios ataques contra las fuerzas de seguridad de Teherán en la sudoriental provincia iraní de Sistan y Baluchistán.
Mientras Netanyahu y sus partidarios en Washington consideran insuficiente la estrategia diplomática de Obama, dos centros de estudios instaron el lunes a Estados Unidos a dar aun más pasos de acercamiento hacia la República Islámica.
En el adelanto de un informe que será divulgado la semana próxima, Barry Blechman y Daniel Brumberg, del independiente Stimson Center, llamaron a Obama a ofrecer "una serie de sólidos incentivos económicos, políticos y estratégicos que motiven a los líderes iraníes a cooperar".
Esto sería parte de una "calibración" de la estrategia estadounidense que reduciría su dependencia de "medidas coercitivas".
Los dos especialistas, en un artículo del diario USA Today, opinaron que Washington debería reconocer explícitamente el derecho de Irán a enriquecer uranio según el Tratado de No Proliferación Nuclear y ofrecer otros incentivos, como realizar conversaciones bilaterales o multilaterales sobre temas de seguridad —en particular sobre Afganistán y sobre tráfico de drogas—, normalizar las relaciones diplomáticas y brindar ayuda para modernizar la industria energética iraní.
Además, un nuevo documento divulgado el lunes por el bipartidista Grupo de Trabajo sobre Irán, del centro de estudios Atlantic Council, llamó a Washington a procurar una "paciencia estratégica" y "evitar las exageraciones que puedan revertir el desarrollo político de Irán".
Aún está por verse si Obama tendrá en cuenta estas recomendaciones, pero está cada vez más claro el sector más belicista en Washington se siente fortalecido tras el resultado electoral de la semana pasada, y podría ejercer más presión al presidente para que tome la dirección opuesta.
* El blog de Jim Lobe sobre política exterior estadounidense puede leerse en: http://www.lobelog.com.