Las remesas que millones de inmigrantes —documentados e indocumentados— que trabajan en Rusia envían a sus repúblicas de Asia central aumentaron sustancialmente, según varios expertos.
Rusia es al fuente más importante de remesas para muchas ex repúblicas soviéticas, en particular Azerbaiyán, Armenia, Kirguistán, Moldova, Tayikistán, Uzbekistán y Ucrania, dijo a IPS Nilim Baruah, asesor de políticas migratorias para Asia central en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Moscú.
"Durante la crisis económica, el volumen de las remesas cayó significativamente, pero siguió siendo grande", agregó.
Según el Banco Central de Rusia, las remesas personales enviadas desde ese país a ex repúblicas soviéticas en 2009 ascendieron a 13.000 millones de dólares.
El Banco Mundial estima que en el caso de Armenia fueron 729 millones de dólares, en el de Azerbaiyán 1.243 millones de dólares, en el de Kirguistán 882 millones, en el de Moldova 1.211 millones y en el de Tayikistán 1.747 millones.
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Baruah dijo que las remesas son particularmente importantes en Tayikistán, Moldova y Kirguistán, donde, según el Banco Mundial, en 2008 representaron 50, 31 y 28 por ciento del producto interno bruto (PIB) respectivamente.
Un estudio de la OIT estima que las familias de Tayikistán ahorraron 617 millones de dólares procedentes de remesas en 2008. Pero la mayor parte de esta suma no ingresó al sistema bancario bajo la forma de depósitos o cuentas.
El informe señala que 98 por ciento de los receptores de remesas no tenían cuenta bancaria. Y concluye que en el sistema bancario hay un enorme potencial para atraer remesas, siempre y cuando los ahorristas puedan confiar más en esas instituciones financieras.
El impacto en términos de fuga de cerebros es diverso, dijo Baruah. "Por un lado, en algunas profesiones los mercados laborales de los países de origen simplemente no pueden absorber toda la mano de obra disponible. Por otro, en ciertas profesiones, por ejemplo las relacionadas con las tecnologías de la información, la medicina y la construcción, hay una escasez de formación en los países de origen, que empeora por la emigración de recursos humanos calificados", sostuvo.
Según un estudio realizado por la OIT en 2008 en Tayikistán, 52 por ciento de los máximos gerentes de 100 empresas encuestadas dijeron que en los últimos tres años en sus compañías habían renunciado empleados para irse a trabajar al exterior.
Existe una considerable fuga de cerebros de estas ex repúblicas soviéticas, dijo a IPS en una entrevista por correo electrónico el profesor Timothy Edmund Heleniak, del Departamento de Geografía de la estadounidense Universidad de Maryland.
"Sin embargo, buena parte de la mismo no es permanente y consiste, principalmente en una migración temporaria de mano de obra. La mayoría preferiría vivir permanentemente en sus países junto con las personas de su misma etnia", agregó.
"Sus economías no pueden ofrecerles suficientes trabajos para mantenerlos empleados y Rusia, con su población cada vez menor, sí. A largo plazo, puede beneficiar a estos países tener una temporaria fuga de cerebros, dado que sus trabajadores adquieren habilidades que luego pueden usarse en su país", señaló Heleniak, quien ha investigado las migraciones de mano de obra en las ex repúblicas soviéticas para el Banco Mundial.
Cuando la crisis económica mundial se volvió inevitable a mediados de 2008, los expertos rusos argumentaron que un menor volumen de remesas sería una de las principales consecuencias en Asia central.
Pero aunque las remesas cayeron drásticamente en el cuarto trimestre de 2008, ahora su volumen va en aumento gracias a que hay más ciudadanos de Kirguistán, Kazajstán, Tayikistán, Uzbekistán, Ucrania y Belarús buscando trabajo en Rusia.
El jefe del Servicio Federal de Migraciones, Konstantin Romodanovsky, dijo el mes pasado en una reunión con el primer ministro Vladimir Putin que se estima que en Rusia viven cuatro millones de inmigrantes indocumentados procedentes de ex repúblicas soviéticas.
Según él, los ciudadanos extranjeros son alrededor de cinco millones, "de los cuales apenas un millón está oficialmente registrado" y cuatro millones trabajan en la informalidad.
Dmitry Valentey, coordinador en Rusia de relaciones con la Organización Internacional para las Migraciones, dijo a IPS que es probable que en los próximos años a los emigrantes de Asia central les resulte más fácil ganar más dinero.
Esto se debe a que la economía de Rusia se expande por los recientes cambios introducidos en la legislación y a la voluntad política de parte de los funcionarios rusos por simplificar los procedimientos de registro para los inmigrantes, sostuvo.
La inmigración "beneficia significativamente a las economías rusa y kazaja, dado que estos países tienen una relativa escasez de mano de obra —trabajos manuales o de escasa paga que los ciudadanos nacionales no realizan— que es cubierta por los inmigrantes", dijo Baruah.
"Las autoridades ( ) deberían controlar el empleo y las condiciones laborales en esos puestos, para cumplir con los estándares nacionales e internacionales y para que más personas que realizan estos trabajos ingresen a la economía formal", añadió.