VENEZUELA: Ajustada prueba electoral para Chávez y oposición

La oposición parece aproximarse a una victoria relativa en las elecciones a la unicameral Asamblea legislativa este domingo en Venezuela, aunque el partido del presidente Hugo Chávez muy probablemente consiga la mayoría o incluso dos tercios de las bancas.

Presidente Chávez en una caravana electoral Crédito: Cortesía Agencia Venezolana de Noticias
Presidente Chávez en una caravana electoral Crédito: Cortesía Agencia Venezolana de Noticias
Unos 17 millones de electores están convocados para elegir a 165 diputados en el parlamento, donde en 2005 las fuerzas del gobierno ganaron todos los curules, tras el retiro de la oposición, al alegar parcialidad del poder electoral.

Ocho empresas encuestadoras, algunas dirigidas por figuras del oficialismo y otras por consultores de empresarios privados y políticos de oposición, coinciden en que pocos puntos porcentuales separan la votación estimada para los bloques confrontados.

"El escenario más probable es de 52,6 por ciento para el oficialismo y 47,4 por ciento para el resto, con margen de error de dos puntos", dijo a corresponsales extranjeros Jesse Chacón, director de la encuestadora GIS XXI, establecida por ex ministros del actual gobierno, tras completar sus estudios hace una semana.

Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, estimó que el gobierno puede obtener 52 por ciento de votos versus 48 por ciento de los opositores, "aunque cualquier cosa puede pasar". En tanto, firmas como Hinterlaces, Consultores XXI y Seijas creen posible una muy ligera ventaja opositora.
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Chávez ordenó a sus partidarios "demoler a la oposición", pues "si llegasen a ganar la Asamblea comenzaría a desmoronarse la revolución y después vendrían por mí", y claramente planteó la jornada de este 26 de septiembre como el paso previo para ser reelegido en diciembre de 2012, cuando habrá completado 14 años en la Presidencia.

Los sondeos se muestran esquivos a conceder al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) una mayoría de 60 por ciento o más, como las alcanzadas por Chávez en el pasado.

Por ello, el presidente y su partido se han trazado como objetivo ganar dos tercios de la Asamblea, aunque lo consigan con apenas poco más de 50 por ciento de los votos.

De su lado, la oposición podría reivindicar como un triunfo político su regreso al parlamento y un avance neto en números absolutos de votos, que muestre un país electoralmente partido casi por la mitad, para así alimentar la esperanza de disputar con éxito la Presidencia dentro de dos años.

"La diferencia entre la bancada opositora que se elegirá y la del pasado es que antes alimentó la estrategia de desalojar del poder a Chávez de cualquier forma, y ahora se inscribe en un proceso de defensa de la Constitución para revertir la ruina del país", dijo a IPS el opositor Teodoro Petkoff, antiguo líder del socialismo tradicional.

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aglutina a 20 partidos y otros grupo tradicionales y de creación reciente, que van de la izquierda a la derecha, y está fortalecida ante signos de desgaste del gobierno por problemas como la desbordada inseguridad ciudadana, la inflación y la deficiencia de los servicios públicos.

"El resultado de la elección debe estar en un rango entre nuestro plan, que es ganar la Asamblea pues podemos obtener entre 80 y 90 diputados, y el del oficialismo, que es ganar los dos tercios de asientos", dijo a IPS el coordinador de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, un socialcristiano independiente.

Según su tesis, "la competencia ha sido desigual, porque el gobierno ha tenido un superávit de recursos y déficit de escrúpulos, pero confiamos en que la participación derrote la manipulación y permita conquistar una asamblea equilibrada".

Los sondeos pronostican una participación inusualmente alta para este tipo de comicios, de más de 65 e incluso de más de 70 por ciento del electorado.

En parte se debe a que Chávez y el PSUV le han dado a estos comicios casi un carácter de plebiscito sobre el presidente, cuya imagen domina la propaganda y las movilizaciones por sobre la de los candidatos.

Pero la posibilidad de que la oposición gane la Asamblea aparece cuesta arriba, no sólo por el arrastre de la figura de Chávez y la maquinaria del PSUV, sino por el complicado sistema electoral del que surgirá el nuevo parlamento.

Tres puestos de los 165 diputados están reservados a indígenas elegidos en las regiones de frontera, 110 se eligen en 87 circuitos de forma nominal y 52 en listas de dos o tres diputados por los 23 estados y el Distrito Capital, la mitad oeste de Caracas.

El Consejo Nacional Electoral, de cuyos cinco directores cuatro respaldan al gobierno, modificó hace meses un tercio de los circuitos de un modo que la oposición ha criticado porque concentra los votos en los bastiones del gobierno mientras que los dispersa en las zonas donde sus adversarios dominan.

Expertos electorales como Eduardo Semtei y Carlos Genatios explicaron además la sobrerrepresentación de los estados más rurales y menos habitados, bastiones del PSUV, en detrimento de los más urbanos y poblados, donde es fuerte la oposición.

También indican que el nuevo mapa electoral contradice expresamente normas de la Constitución Bolivariana de1999 que imponen la proporcionalidad para la elección de poderes colegiados.

La población de Venezuela se estima en 28,9 millones de habitantes, unos 162.000 por diputado, pero en algunos estados un parlamentario representará a 40.000 habitantes y en otro a más de 400.000, es decir, en unas zonas hay que cautivar a unos 25.000 electores y en otras a unos 250.000.

La combinación del trazado de los circuitos y la sobrerrepresentación de ciertos estados permite proyectar que el PSUV, con 53 por ciento de los votos, alcance dos tercios de la Asamblea, en tanto que la oposición, con igual porcentaje, quede en minoría.

La mayoría calificada tiene más que un valor simbólico porque es necesaria para derogar leyes con carácter orgánico, que se han vuelto un instrumento común de Chávez para avanzar en su propuesta de radicalización socialista.

Además de la MUD, el izquierdista partido Patria Para Todos (PPT), un aliado que abandonó a Chávez este año, se presenta como tercera opción y debería obtener escaños en tres de las 24 entidades del país.

"Habrá más votos no chavistas que diputados de esas tendencias, pero lo fundamental es la pluralidad y la diversidad, porque no se trata ahora de sacar a Chávez del poder sino de crear una nueva plataforma de reflexión política. A Chávez lo podríamos sacar en 2012", comentó a IPS el secretario general del PPT, José Albornoz.

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