Los productores de programas televisivos infantiles bregan cada día en América Latina contra pocos espacios disponibles en las cadenas comerciales, falta de financiamiento y leyes que desincentivan esa actividad educativa y cultural.
"No hemos encontrado caminos, ni legales ni de política pública, para garantizar a los niños el ejercicio de sus derechos informativos", dijo a IPS la mexicana Irma Ávila, fundadora de la no gubernamental Comunicación Comunitaria, organización que impulsa las libertades de expresión e información.
En 2003, Ávila creó el proyecto Radio Bola TV, que difunde programas educativos para menores de edad a través de Internet. El año pasado ganó el primer lugar del Premio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la categoría Mejores Prácticas de las Organizaciones de la Sociedad Civil por su manual de educación para los medios.
En América Latina, México y Brasil encabezan la producción audiovisual para niñas y niños.
El estatal Canal 11 mexicano transmite materiales para este segmento de la población elaborados por radios y señales televisivas universitarias. En Brasil, se destacan los canales privados TV Cultura y Futura.
"En general, la tendencia de las emisoras comerciales y públicas es seguir el modelo estadounidense de Disney, pues se considera el más exitoso. Cómo quebrar ese modelo es nuestro deber", señaló a IPS Susana Velleggia, presidenta de la no gubernamental Nueva Mirada de Argentina.
Vellegia dirige el Festival Internacional de Cine "Nueva mirada" para la Infancia y la Juventud, que tendrá su novena edición entre el 2 y el 8 de septiembre en Buenos Aires.
Temas como el derecho a la información, y el contenido, producción y distribución de los programas, fueron los ejes de "Apantall@dos", el primer Festival Niños y 1/2s de comunicación desarrollado en la capital mexicana entre el 16 y 18 de julio.
El festival, organizado por el gobierno izquierdista de la capital mexicana, la estatal Universidad Autónoma de México y Comunicación Comunitaria, buscó aproximarse al estado de la producción televisiva para los infantes en la región.
La cita tuvo una muestra de medios para niñas y niños, un seminario sobre el tema, un encuentro de productores cinematográficos y una exhibición de filmes de 12 países.
"Hay una necesidad de que los niños se vean reflejados, una televisión que los haga partícipes y les dé voz", señaló a IPS Hazel Jirón, coordinadora de Radio y Divulgación de la no gubernamental Fundación Puntos de Encuentro de Nicaragua.
Entre 2002 y 2006 esa institución no gubernamental produjo y transmitió la serie "Creciendo", que consta de 80 capítulos dirigidos a la adolescencia nicaragüense y que ya se ha visto en las pantallas de Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y la sudoriental ciudad estadounidense de Miami.
Puntos de Encuentro se prepara para iniciar la grabación de la serie de título provisional "Puerta azul", orientada también a jóvenes, que abordará temas como los derechos económicos, sexuales y reproductivos, la migración y la diversidad sexual. Los primeros 20 segmentos serían proyectados en 2011.
"Los niños son considerados por las cadenas comerciales de televisión únicamente como potenciales consumidores, no como ciudadanos con derechos", señaló Claudia Rodríguez, directora de contenidos de la Muestra Iberoamericana de Televisión Infantil que anualmente organiza la Comisión Nacional de Televisión de Colombia.
Uno de los mayores obstáculos de los productores de programas infantiles es su colocación en las cadenas privadas, por lo cual deben recurrir a esquemas creativos para obtener horas en las ondas. Si una organización internacional o no lucrativa pauta la publicidad, los canales pueden así programar las franjas televisivas.
En la capital mexicana docenas de niñas y niños se reunieron en abril en un congreso infantil sobre alfabetización audiovisual. En su declaración final pidieron respeto por sus derechos a la comunicación y la aprobación de leyes que velen por mejores canales y programas televisivos.
En México, las cadenas privadas Televisa y TV Azteca dominan el espacio televisivo con una programación que, en esencia, ofrece los mismos contenidos estereotipados y triviales, según las denuncias de organizaciones dedicadas a promover el derecho a la información.
"El problema no es el monopolio privado, sino la falta de pluralidad y de espacios para diversos sectores. No hay derechos, no hay espacios. Por eso, esto es un ejercicio de construcción de ciudadanía", planteó Ávila.
Según Comunicación Comunitaria, en México los niños y niñas de entre seis y 12 años permanecen un promedio diario de 4,5 horas frente a la televisión, a las que hay que sumar las destinadas a los videojuegos y la navegación en Internet, en comparación con las cuatro horas que pasan en la escuela en clases efectivas.
En Colombia, los menores de edad pasan frente a la pantalla cerca de tres horas por día, según Rodríguez.
Además, los niños y niñas mexicanas observan 39 anuncios de "comida chatarra" por hora, frente a los 24 transmitidos en Estados Unidos, los 16 en Francia y los cinco en Holanda, según Comunicación Comunitaria y organizaciones de consumidores de este país norteamericano.
No obstante, en la región se dan pasos para vencer las barreras históricas.
En Argentina, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, promulgada en octubre de 2009, estable la creación del Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia y el Fondo de Fomento Concursable para la Producción de Programas de Televisión de Calidad para los Niños, Niñas y Adolescentes.
En Colombia, la Comisión Nacional de Televisión y el Ministerio de Cultura crearon un fondo de 400.000 dólares para el programa Estímulos para la Producción de Televisión Infantil, por el cual se han rodado cinco series para niños.
A partir de la investigación de necesidades e intereses del espectador, se ha diseñado el modelo de producción para la televisión infantil, según Rodríguez.
Al festival Apantallados asistieron 52 productores mexicanos y de 11 naciones latinoamericanas y aproximadamente 3.000 niñas y niños de la capital mexicana, nombrada para 2010 como capital iberoamericana de la cultura por la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas.