Los campesinos Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera buscan en Costa Rica una justicia que no pudieron encontrar en su país natal, México, a donde quieren retornar para estar con sus familias.
"Les dije toda la verdad, todos los incidentes por los que cruzamos, por qué razones fuimos detenidos, torturados, encarcelados y no sólo eso, también por qué razones tuve que salir del país y estar asilado en Estados Unidos", relató vía telefónica a IPS el ecologista Montiel, oriundo del sureño estado de Guerrero.
Montiel, quien se radicó en la costa oeste de Estados Unidos luego de recibir amenazas, dio este jueves su testimonio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José de Costa Rica, el más alto tribunal continental adscrito a la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Los magistrados de la Corte analizarán hasta este viernes en su 88 período de sesiones el expediente de Montiel y Cabrera, quienes fueron detenidos y torturados en 1999 por soldados mexicanos y condenados en 2000 a seis y 10 años de cárcel, respectivamente, por porte de armas y siembra de marihuana.
Montiel, Cabrera y un grupo de campesinos fundaron en 1999 la Organización de Campesinos Ecologistas de la Sierra de Petatlán y Coyuca de Catalán (OCESP), para detener la creciente deforestación en la zona, a unos 600 kilómetros al sureste de la capital mexicana.
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Ganadores de varios premios internacionales de derechos humanos, Montiel y Cabrera, quien también vive fuera del territorio mexicano, llegaron el 22 a Costa Rica y permanecerán hasta el domingo 29 en este país centroamericano.
"Tenemos muy buenas expectativas, creemos que Rodolfo Montiel rindió un testimonio muy completo, muy emotivo y muy verídico de lo que pasó sobre las violaciones a los derechos humanos", declaró a IPS Jacqueline Sáenz, abogada del no gubernamental Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).
Los centros Prodh, de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan y por la Justicia y el Derecho Internacional presentaron en 2001 el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, adscrita a la OEA y con sede en Washington, por las anomalías existentes en el proceso contra ambos ecologistas.
La Comisión trasladó en junio de 2009 el expediente ante la Corte, que inició el lunes 23 su periodo de sesiones y lo finiquitará el 4 de septiembre.
Las organizaciones no gubernamentales presentaron este jueves dos peritajes, el primero sobre las torturas padecidas por Montiel y Cabrera, elaborado en 2000 por el médico danés Christian Tramsen, quien en ese momento pertenecía a la organización internacional Médicos por los Derechos Humanos.
El peritaje restante estuvo a cargo del experto en derecho penal mexicano Fernando Coronado Franco, quien expuso sobre las deficiencias del sistema judicial de este país norteamericano de 107 millones de habitantes, que propicia casos como el de ambos ecologistas, según el Centro Prodh.
En 2001, el entonces presidente conservador Vicente Fox (2000-2006) les condonó la sentencia por "motivos humanitarios" y por la presión nacional e internacional en torno a los casos, pero sin que éstos fueran analizados jurídicamente.
Encabezada por Alejandro Negrín, director general de Derechos Humanos y Democracia de la Secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores, la delegación gubernamental mexicana pronunciará este viernes 27 sus argumentos. Completan el grupo funcionarios de las secretarías de Gobernación y de Defensa Nacional.
"Al Estado le pedimos que públicamente declare nuestra inocencia y que los militares torturadores sean investigados y llevados ante un tribunal, pero un tribunal que sea un juez civil, que no sean jueces militares, porque los militares no pueden investigarse a sí mismos", pidió Montiel.
La demanda ante la Corte plantea inquietudes sobre el fuero de guerra, figura especial establecida por el Código de Justicia Militar de 1933 para los delitos civiles que cometan los soldados en el ejercicio de sus funciones.
El gobierno del también conservador presidente Felipe Calderón anunció que enviaría un proyecto de reforma al Congreso legislativo.
"El Estado sigue sin reconocer las violaciones a derechos humanos, su estrategia ha sido siempre negar, en éste y otros casos", señaló Sáenz, quien se desplazó a Costa Rica.
Las organizaciones arguyen que ha habido violaciones a los derechos a la libertad y a la seguridad personal, a la integridad personal, a la libertad de asociación y al debido proceso.
Otros dirigentes de OCESP también han sufrido agresiones. En 2004 fue aprehendido y encarcelado Felipe Arreaga, acusado del asesinato del hijo de un empresario maderero, y en 2005 Alberto Peñaloza sufrió un atentado que culminó con la muerte de dos de sus hijos.
A esto se suma la ejecución, en junio de 2009, de Leonel Castro y su sobrino Ezequiel Castro, también integrantes de esa agrupación campesina.
En 2009, fueron asesinados al menos cinco protectores de la ecología en esta nación norteamericana, según colectivos de derechos humanos.
Montiel acusa molestias en el testículo derecho, las piernas, "especialmente la derecha, la tengo como dormida". También tiene afectados los brazos, la espalda y el oído izquierdo a consecuencia de la tortura sufrida.
"Tengo malos sueños, se me olvidan las cosas. Siento como temor. Sigo viviendo preso, porque aunque estoy libre, estoy peor que cuando estaba preso. Ahora que estoy en Estados Unidos, mi familia no puede venir a verme", refirió el ambientalista.
En este periodo de sesiones, la Corte dictará sentencias por los casos de las indígenas mexicanas Inés Fernández y Valentina Rosendo, violadas por militares también en Guerrero en 2002.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó en noviembre de 2009 en dos ocasiones al Estado mexicano. La primera fue por el asesinato en 2001 de tres jóvenes en la norteña Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, en lo que se conoce como el caso del "Campo Algodonero", por el sitio donde aparecieron los cadáveres.
El otro fallo fue por la desaparición forzada del maestro y dirigente comunitario Rosendo Radilla en 1974, también en Guerrero.
