Mientras los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Africana, reunidos en Kampala, discuten sobre cuestiones de salud materna e infantil, Zimbabwe tiene dificultades para llevar a la práctica sus políticas en la materia por el elevado costo de las consultas médicas.
Es obligatorio que embarazadas, mujeres que acaban de parir y niños recién nacidos reciban asistencia gratuita. Pero el declive económico de la pasada década obligó a los centros de salud a buscar ingresos propios para cubrir los gastos.
Las mujeres se quejan de que no las atienden porque no tienen dinero para pagar el costo de la consulta.
Thandeka Mbwew, de 25 años, hasta tiene dudas de tener otro hijo.
Mbwew no tenía dinero para pagar los gastos médicos ni la ambulancia que la llevaría al hospital. Hace un mes que tuvo a su bebé y todavía no pudo juntar el dinero y saldar la deuda.
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"Ha sido duro tener a este bebé", observó consternada.
Costos excesivos
Para tener un parto asistido en clínicas y hospitales estatales, las embarazadas deben pagar 50 dólares, un tercio del salario mensual de un funcionario estatal de rango bajo.
El personal hospitalario suele decir a las madres que no se pueden retirar hasta que no salden la deuda. Muchas de ellas optaron por sacar a sus hijos de forma clandestina.
Una madre llevó a esconder al recién nacido en una chaqueta y se escabulló.
Otras veces no les dan los documentos necesarios para tramitar el certificado de nacimiento.
"Nuestros hijos no pueden ser ciudadanos hasta que no paguemos. Es injusto", se lamentó Mbewe. Además, su hijo tampoco puede recibir asistencia médica.
"Las enfermeras se negaron a realizar a mi hijo la visita quincenal obligatoria", indicó Mbewe a IPS.
Cumplimiento de los ODM en peligro
La mortalidad infantil disminuyó de 65 fallecidos cada 1.000 nacidos vivos a 60 entre 1999 y 2006, muy por debajo del objetivo de 22, según un estudio realizado en 2009sobre el progreso del cuarto de los ocho Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, entre 1990 y 2015.
Las otras metas apuntan a reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, en el mismo periodo.
También luchar contra la expansión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
La situación empeorará si se insiste en que las mujeres salden sus deudas antes de otorgar a niños y niñas la atención médica necesaria, advirtieron trabajadores de la salud.
Las parteras presionan al gobierno para que directamente elimine el costo total de la atención materna.
"Muchas madres nos culpan por no atender a sus hijos", señaló Ntandokayise Ndebele, quien trabaja en la clínica en uno de los suburbios más densos de esta ciudad zimbabuense. "Pero cumplimos órdenes. Muchas de ellas desaparecieron después de recibir tratamiento".
Auge de medicina alternativa
El costo de los servicios en la salud pública estimuló la proliferación de la medicina tradicional.
"Cuando no la atienden en los centros médicos, las madres buscan ancianas que dicen conocer hierbas que pueden curar a los niños. Pero no siempre funciona y se corren riesgos innecesarios", señaló la enfermera especializada Hilda Noko.
El mercado de remedios a base de hierbas es visible en la terminal de autobús Renkini y en el suburbio de Makokoba.
El severo recorte de gastos sociales por los programas de ajuste estructural de fines de los años 90 perjudicó seriamente al sistema de salud pública de Zimbabwe. Además, tampoco logró recuperar la economía.
Algunos gobiernos africanos buscan formas de eliminar el costo de la atención médica, con respaldo de los donantes. Desde este año, en Sierra Leona no se cobra la atención a embarazadas ni a menores de cinco años.