AMÉRICA LATINA: El fisco carga sobre los que menos tienen

El sistema tributario de América Latina y el Caribe no sólo es en promedio el que menos recauda en el mundo, pese al buen desempeño de su economía en esta década, sino que sigue siendo de los más injustos, al prevalecer los impuestos indirectos que pagan por igual ricos y pobres, según la Cepal.

Los impuestos en esta región llegaron a representar 18,4 por ciento del producto interno bruto (PIB), indica el informe de la Cepal en base a datos de 2008, la mitad del promedio de lo que se aporta en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que cuenta entre sus miembros a todos los países industrializados.

Pero la comparación aún puede ser peor. En 2008, el mayor peso de la recaudación fiscal media de la región recayó en apenas tres países, con Brasil a la cabeza con 35,5 por ciento respecto de su PIB, seguido de Argentina con 30,6 por ciento y de Uruguay con 23,3 por ciento, que llegó a este puesto tras la reforma de 2007 que va en dirección a corregir la tradicional desigualdad tributaria.

En la otra punta de la escala se encuentra México con sólo 9,4 por ciento de su PIB, según el informe titulado "La Hora de la Igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir", elaborado por la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).

Mientras que hay otros países como Bolivia, Perú y Venezuela que presentan un incremento acelerado de su caja fiscal debido a la expansión de la explotación de recursos naturales, pero que a juicio de los expertos resultan volátiles.

"Si se recaudara más y mejor, habría más capacidades para implementar políticas públicas e incrementar el gasto social", indicó a IPS Osvaldo Kacef, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.

Para Kacef, la recaudación es poca en la región si se compara con la experiencia con otras con crecimientos económicos similares.

El informe compara que, "entre 1990 y 2009, los 19 países estudiados de América Latina crecieron en promedio a razón de 1,7 por ciento al año en términos de PIB por persona, igual que Estados Unidos".

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, puso el dedo en la llaga la noche del martes en Brasilia, en la clausura del 33 período de sesiones de la Cepal, al criticar que algunos países, pese a que lograron crecimientos económicos importantes en los últimos años, no aumentaron el gasto social acorde a esa mayor riqueza por no haber atacado la injusticia fiscal y mejorado la recaudación.

"Si no hay carga tributaria, no hay Estado", completó.

El informe de la agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que menos de un tercio de la recaudación corresponden a impuestos directos, como a las ganancias empresariales y financieras y a la renta personal, mientras que dos tercios provienen de los indirectos, como los cobrados a las ventas o al valor agregado, que son pagados por igual ricos y pobres.

"Este tipo de recaudación agrava la inequidad y no genera un impacto en la redistribución porque en el bolsillo del pobre ese impuesto pesa más que en el del rico", añadió Kacef.

El análisis de la Cepal también incluye una comparación entre la región y la OCDE, a partir del coeficiente de Gini que mide la desigualdad en la distribución de los ingresos en las sociedades en una escala de cero, que es la paridad, a uno.

Al respecto, se observa que el coeficiente se reduce en aproximadamente 0,15 en promedio en la OCDE luego del pago del impuesto y las transferencias a los sectores sociales con menos recursos como parte de una acción redistributiva de los Estados, en contraste con la merma de 0,02 en América Latina.

"La diferencia en los niveles de presión tributaria entre los países de la OCDE y América Latina puede explicarse principalmente por la baja carga sobre las rentas y el patrimonio en la región, ya que el impuesto sobre los consumos presenta un nivel bastante similar", sostiene el estudio.

Añade que, si bien la recaudación del impuesto es parecida en ambas áreas comparadas, las diferencias son significativas en el impuesto a la renta, que es sólo de 0,9 puntos porcentuales del PIB en América Latina frente a casi nueve en la OCDE.

"Como el impuesto a la renta personal es el más progresivo, se puede inferir que la estructura tributaria de América Latina y el Caribe es más regresiva que la correspondiente a las economías desarrolladas, lo que afecta negativamente la distribución del ingreso y constituye uno de los factores que hace de esta región una de las más desiguales del mundo", concluyen los expertos de Cepal.

Gert Rosenthal, representante permanente de Guatemala ante la ONU, consideró que es importante que los gobiernos practiquen la transparencia y rendición de cuentas si es que deciden imponer más carga tributaria.

Para Rosenthal, quien fue secretario ejecutivo de la Cepal entre 1988 y 1997, ésta es una manera muy práctica de poner sobre la mesa los ingredientes que se requieren para encarar una reforma que permita reducir las desigualdades, sin caer en una discusión filosófica de la relación Estado y mercado.

La evasión es otro de los problemas críticos, ya que diversos estudios indican que en el caso del impuesto a la renta oscila entre 40 y 65 por ciento.

Por su parte, el vicepresidente de Uruguay, contador Danilo Astori, señaló que se necesita "una estructura tributaria más justa". Pensar en las reformas fiscales es ocuparse de las políticas a largo plazo, puntualizó en el último día de las sesiones de Cepal.

Agregó que una mejora en la eficiencia de la recaudación es una forma de ir hacia la equidad.

"Las sociedad se transforman haciendo políticas" y los gobiernos no deben conformarse con ser recordados por las tasas de crecimiento, insistió Astori, quien fue responsable de la reforma tributaria de su país como ministro de Economía del gobierno precedente, de Tabaré Vázquez (2005-20101), que al igual que el actual pertenece al izquierdista Frente Amplio.

Cepal proyecta que la economía de América Latina crecerá 4,1 por ciento este año, pero a la vez considera que los nueve países de la región con mayores niveles de desigualdad tendrían que invertir entre seis y nueve por ciento del PIB para mejorar la situación de sus poblaciones más vulnerables.

También resalta la necesidad de aplicar mejores políticas de empleos y de protección social como mecanismo de redistribución.

Al cierre de las sesiones de Brasilia, los países miembros de la Cepal acordaron que el próximo período de reuniones de 2012 se realizará en El Salvador. Entre los temas que serán tratados figura la promoción de un pacto social a través del aumento de la igualdad, la reducción de los riegos sociales y una mayor incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas.

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