La pesadilla que Israel no pudo detener

Aún no está del todo claro lo que ocurrió con la flotilla humanitaria internacional que se dirigía a Gaza y que fue interceptada por Israel, causando la muerte de por lo menos 16 personas. Pero el incidente ya amenaza con tener serias consecuencias en el conflicto de Medio Oriente.

Lo ocurrido podría darle un impulso fundamental a los esfuerzos del pueblo palestino para poner fin, no sólo al cerco sobre Gaza, sino a toda la ocupación israelí de sus territorios, y para alcanzar aspiración de constituirse en Estado independiente.

El incidente y la polémica que causó es la pesadilla que Israel temía aun antes de que la flotilla partiera días atrás de Turquía.

El caso erosiona, quizás hasta el colapso, la ya endeble imagen internacional de Israel y agrava sus relaciones con el gobierno turco.

Sin duda, habrá una mayor atención mundial sobre la difícil situación humanitaria que atraviesan los 1,5 millones de palestinos cercados en Gaza.
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Esto motiva dos preguntas cruciales. La primera de ellas es: ¿Se convertirá el Marmara, el barco principal de la flotilla internacional, en el "Éxodo" palestino?

En 1947, en medio de los esfuerzos de la comunidad internacional judía por la independencia del entonces Mandato Británico de Palestina, el "Éxodo", un viejo buque de carga, trasladaba a miles de sobrevivientes del nazismo a la región.

Cuando el navío fue detenido por las fuerzas británicas, se generó una polémica mundial que favoreció a la creación del Estado judío.

La otra pregunta es: ¿El incidente con la flotilla pasará a ser el "Sharpeville" de Israel?

En 1961, la policía del apartheid (sistema de segregación racial contra la mayoría negra) en Sudáfrica disparó contra cientos de manifestantes desarmados que protestaban contra el régimen blanco. La masacre fue el detonante de una gran oposición internacional al gobierno sudafricano.

El incidente frente a las costas de Gaza era predecible.

Se esperaba que la flotilla llegara al territorio este lunes. Pero, después del anochecer del domingo, tres barcos de la Marina israelí estacionados en Haifa zarparon para interceptar a los activistas.

Poco antes del amanecer, una unidad de comando naval israelí abordó los seis barcos en los que viajaban unos 600 activistas.

Ambas partes ofrecieron relatos diferentes sobre lo ocurrido.

Un corresponsal en uno de los navíos informó para Turquía que las fuerzas israelíes habían disparado contra el Marmara antes de abordarlo.

Por su parte, funcionarios militares israelíes dijeron que los soldados fueron atacados con cuchillos, palos y barras de hierro cuando intentaron abordar. Fueron amenazados con "un linchamiento", señaló un oficial. Por lo tanto, no tuvieron otra opción que "actuar enérgicamente para protegerse", añadió.

Entre los activistas se encontraba la norirlandesa Mairead Corrigan-Maguire, premio Nobel de la Paz, y legisladores europeos, así como varios ciudadanos de Estados Unidos, incluyendo un ex embajador y un ex alto funcionario del Departamento de Estado (cancillería).

Turquía, devenido en duro crítico de Israel después de la ofensiva de ese país contra Gaza hace 18 meses, en la que murieron 1.400 palestinos, calificó de inaceptable el operativo naval. "Israel tendrá que asumir las consecuencias de su comportamiento", señaló la cancillería turca en un comunicado.

Por su parte, el presidente palestino Mahmoud Abbas calificó el incidente de "masacre", según la agencia de noticias Wafa. Abbas, cuyo partido Fatah perdió control de Gaza a manos del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás) en 2007, decretó tres días de luto en los territorios palestinos.

La Liga Árabe convocó una sesión especial para este martes, en medio de temores de que Abbas pudiera cancelar las próximas conversaciones de paz con Israel, auspiciadas por Estados Unidos.

El vicecanciller israelí Danny Ayalon dijo en conferencia de prensa que se habían encontrado armas en los navíos. La flota era una "armada de odio y violencia", afirmó.

Mientras, el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, lamentó las muertes, pero dijo que "toda la responsabilidad" recaía sobre los organizadores de la flotilla, y de aquellos que atacaron a los soldados cuando abordaron el Marmara. Barak insistió en que los activistas no tenían ningún objetivo humanitario, sino "pura provocación".

Gaza está "bajo el control de una organización terrorista: Hamás", señaló, e insistió en que eso le daba a Israel el derecho a controlar todo lo que ingresara al territorio.

Por su parte, el líder de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh, señaló que "el verdadero rostro de Israel ha sido expuesto ante la comunidad internacional".

Más allá de las acusaciones mutuas, más allá del dolor y la indignación, la cuestión clave es el impacto que tendrá la acción militar israelí en la región.

Una de las consecuencias podría ser un aumento de la presión internacional para que Israel ponga fin a su cerco sobre Gaza.

Pero si activistas y opositores a Israel procuran utilizar el incidente para socavar la legitimidad del Estado judío, en vez de dedicarse a cuestionar la ocupación de los territorios palestinos, podrían recibir un tiro por la culata.

El resultado más probable de esto último sería una nueva ola de enfrentamientos entre palestinos e israelíes.

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