Su conocimiento ancestral y tradiciones serán los aportes que harán las naciones indígenas al debate de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, que comenzará el próximo lunes en la central ciudad boliviana de Cochabamba, según analistas.
"Los 74 pueblos indígenas de la zona amazónica tenemos por costumbre convivir con la naturaleza y los bosques, y los países industrializados deben revertir la contaminación", expresó a IPS el secretario de Salud de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), Julio Quette.
A su vez, la directora ejecutiva de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema), Jenny Gruenberger, comentó a IPS que "Bolivia podría aportar enormemente a partir de los conocimientos tradicionales de las naciones indígenas y originarias que conforman el Estado Plurinacional".
La Conferencia Mundial, que tendrá talleres en Tiquipaya, distrito contiguo a Cochabamba, abrirá el debate en 17 mesas de trabajo que comprenden el análisis de las causas estructurales del cambio climático.
Otros asuntos vinculados al encuentro son: Armonía con la naturaleza, Derechos de la Madre Tierra, Referéndum, Tribunal de Justicia Climática, Migrantes climáticos, Pueblos indígenas, Deuda climática, Visión compartida, Protocolo de Kyoto, Adaptación, Financiamiento, Desarrollo y Transferencia de Tecnología.
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Las organizaciones sociales debatirán sobre la reducción de los Bosques, los Peligros del Mercado de Carbono, las Estrategias de Acción y la Agricultura y soberanía alimentaria.
El presidente de Bolivia, el indígena aymara Evo Morales, informó de la asistencia de suws pares Daniel Ortega, de Nicaragua, Rafael Correa, de Ecuador, Hugo Chávez, de Venezuela, y Fernando Lugo, de Paraguay. Unas 12.000 personas procedentes de los cinco continentes se registraron como participantes de las mesas de discusión
Entre las personalidades anunciadas por la cancillería de Bolivia que llegarán a Cochabamba se encuentra el presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador, Alberto Acosta, el ex titular de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el nicaragüense Miguel DEscoto, y el brasileño Edigio Brunetto, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierras.
"Las organizaciones y gobiernos latinoamericanos podrían adquirir toda la capacidad que requieran frente a la influencia de las naciones industrializadas y convertirse en un polo de resistencia al modelo desarrollista, pero previamente se requiere acordar una posición unitaria", comentó a IPS el coordinador de investigación de Lidema, Marco Ribera.
El especialista considera oportuno superar los "diferentes intereses" que los países impulsan por su lado, y deposita sus expectativas en el foro de Cochabamba para construir "propuestas técnico políticas fuertes, altamente legitimadas, para negociar en la XVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
En opinión de Ribera, el encuentro de Cochabamba se convertirá en una nueva forma de lucha por el planeta, por las oportunidades que los pueblos tienen para expresar sus propuestas, "situación que no se les brinda en los espacios oficiales de negociación internacionales".
Antes de la apertura del foro, los debates y propuestas surgen para promoverlas en el escenario internacional y una de ellas es la campaña por el uso de combustibles limpios sugerida a IPS por el analista en temas energéticos Justo Zapata.
Bolivia cuenta con la segunda mayor reserva de gas de América, con un volumen probado y probable de 49 trillones de pies cúbicos, pero la población continúa consumiendo gasolina, gas licuado y combustible para motores diésel en abundancia, mientras el gobierno gasta anualmente unos 500 millones de dólares para subvencionar precios bajos, cuestiona el experto.
Venezuela provee de gasóleo y gasolina, productos que son altamente contaminantes, mientras los habitantes de la brasileña ciudad de Sao Paulo disfrutan del gas natural limpio que Bolivia exporta, dice Zapata.
Se trata de una defensa económica y ambiental, afirma Zapata, quien reclama acciones de gran alcance como la construcción de cañerías internas para beneficiar a la población y dejar de lado la política del modelo neoliberal de privilegiar la exportación antes que el mercado interno.