«El Islam ha sido malinterpretado. Ninguna ley islámica dice repriman a las mujeres y violen sus derechos», sostuvo la iraní Shirin Ebadi.
«La democracia, los derechos humanos y el liderazgo de las mujeres no son en absoluto hostiles a la doctrina islámica», y las mujeres iraníes son muy conscientes de eso, agregó.
Durante más de 35 años, Ebadi, galardonada en 2003 con el premio Nobel de la Paz y cofundadora de la Iniciativa de las Mujeres Premio Nobel, ha trabajado como abogada y activista dentro de Irán y en el mundo, en defensa de los derechos de mujeres, niños, refugiados, minorías religiosas y prisioneros políticos en su país.
Desde las disputadas elecciones presidenciales iraníes del año pasado, se ha visto obligada a permanecer en el exterior.
«Pero pese al uso de la fuerza y la violencia para dispersar multitudes, y a las terribles imágenes de abusos que todos hemos visto en Teherán, las mujeres estuvieron presentes en grandes cantidades en las calles, porque quieren que sus voces sean oídas», dijo.
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IPS dialogó con Ebadi en ocasión de la 54 sesión de la Comisión sobre el Estatus de la Mujer, que finalizará este viernes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
IPS: En los últimos años, las activistas por los derechos de las mujeres han trabajado muy duramente para lograr la igualdad ante la ley iraní. La enorme presencia femenina en las calles, ¿es parte de esta batalla?
SE: Alrededor de 63 por ciento del estudiantado universitario en Irán son mujeres, y una enorme cantidad de profesores universitarios también. Numerosas mujeres son médicas, abogadas, presidentas de empresas e ingenieras en Irán. Las mujeres tienen derecho al voto desde hace unos 50 años. Han sido integrantes del parlamento. Sin embargo, luego de la Revolución (Islámica, de 1979) se aprobaron leyes muy malas, discriminatorias contra las mujeres.
Daré algunos ejemplos de lo que ocurre. La vida de una mujer vale la mitad de la de un hombre. Esto significa que si una mujer y un hombre salen a la calle y resultan heridos por la razón que sea, los daños que se le pagan a la mujer son la mitad de los que se le pagan al hombre.
El testimonio de dos mujeres en tribunales equivale al testimonio de un solo hombre. Un hombre puede casarse con cuatro esposas y divorciarse cuatro veces, pero a una mujer puede resultarle muy difícil divorciarse.
Estas leyes han generado insatisfacción entre las mujeres y con el gobierno, y es por eso que protestan cada vez que se presenta la oportunidad. Y una de las oportunidades que surgieron para que el pueblo se opusiera fue el resultado electoral.
En los vídeos y las imágenes de las protestas se ve cuántas niñas y mujeres están en las calles. El vídeo del asesinato de Neda (Agha Soltan, de 27 años, víctima de la violencia posterior a las elecciones presidenciales del 12 de junio) se convirtió en un símbolo de estos movimientos.
Neda significa «voz» en persa (o farsi), y esto es como la voz de este movimiento que sale de la garganta de esta mujer.
IPS: ¿Es posible reconciliar el progreso social y político de las mujeres con la doctrina islámica?
SE: Sí, las mujeres (musulmanas) pueden ser líderes, y no lo digo solamente yo. Varios clérigos de alto nivel en Irán han reiterado esto, por ejemplo el ayatolá Sane. Y no olvidemos los ejemplos dados por otros países islámicos, como Indonesia, donde hace 25 años hubo una presidenta, o Bangladesh, o Pakistán con Benazir Bhutto (dos veces primera ministra: 1988-1990 y 1993-1996).
Ésa no es la situación en Irán, donde según la ley el presidente y también el líder supremo tienen que ser hombres.
IPS: En comparación con sus países vecinos, el movimiento feminista de Irán parece muy vibrante.
SE: El movimiento feminista es más fuerte en Irán que en los países vecinos, y el motivo de esto es la actividad social histórica de las mujeres en Irán, y el trabajo de la sociedad civil.
El movimiento feminista está en los hogares de todos los iraníes que creen en la igualdad. La gran cantidad de mujeres que van a las universidades muestra que ellas están mejor educadas que los hombres. ¿Cree usted que en esta sociedad las mujeres pueden aceptar el hecho de que su vida sea considerada la mitad de la de un hombre?
IPS: Algunas mujeres que vinieron a Nueva York para participar en la Comisión sobre el Estatus de la Mujer a fin de dar testimonio sobre la violencia y los abusos que ocurren en sus países —como las que viajaron desde Birmania—, han puesto sus vidas en peligro para venir. Usted está haciendo lo mismo. ¿Cuál es su mayor motivación?
SE: Todo tiene un costo. Y la libertad y la democracia tienen su propio precio. Si una sólo piensa en su propia seguridad o en la seguridad de su familia, entonces no tendremos sociedades democráticas.
IPS: Usted ha reclamado incansablemente una acción internacional para frenar la ofensiva del gobierno contra la oposición en su país. Lo hizo incluso en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra. ¿Cuáles son sus expectativas?
SE: Que los derechos humanos no se vean ensombrecidos por la cuestión nuclear en Irán.