Serbia renueva la esperanza de integrarse a la Unión Europea (UE) y dejar atrás de forma definitiva la guerra de los Balcanes de los años 90 con la designación del moderado Irinej Gavrilovic como patriarca de la influyente Iglesia Ortodoxa de este país.
"La elección del nuevo Patriarca fue uno de los acontecimientos más importantes y son muy buenas noticias para la Iglesia y la población", dijo a IPS el especialista en religión Mirko Djordjevic. "Es una de esas personas con una vida en la que nadie podrá encontrar ni una sola declaración extremista", añadió.
Gavrilovic, de 80 años, obispo de la meridional ciudad serbia de Nis, fue elegido el 22 enero para reemplazar al patriarca Pavle, llamado Gojko Stojcevic (1914-2008) y fallecido en noviembre. Con su designación al día siguiente se terminó la lucha por la sucesión entre clérigos de línea dura y liberales.
El poder de la Iglesia Ortodoxa creció una enormidad en los últimos dos decenios e influyó mucho en el desarrollo de la guerra de los Balcanes y en el repentino surgimiento del nacionalismo serbio tras la caída del régimen comunista.
El clero justificó la guerra como "defensa de los serbios" residentes en esos territorios, junto con bosnios musulmanes y croatas católicos.
[related_articles]
Para la Iglesia Ortodoxa, las autoridades serbias no cometieron crímenes de guerra y, además, los propios serbios fueron víctimas de esas barbaridades a manos de otros.
Esa visión de los hechos, ampliamente propagada, generó confusión e intolerancia religiosa contra otras confesiones entre unos 7,5 millones de serbios, que todavía no han podido superar el conflicto, que se cobró la vida de más de 100.000 personas, y a quienes les cuesta pensar en una reconciliación con sus vecinos.
"Se trata de un doloroso asunto y el nuevo Patriarca, conocido por su modestia, tolerancia, responsabilidad y cercanía con la gente, debe guiar a la Iglesia y a los creyentes por una nueva senda", dijo a IPS el especialista Zivica Tucic.
"Asuntos modernos como el desempleo, la recuperación económica y la pobreza van de la mano con cuestiones tradicionales vinculadas a la región, eso supone verdaderos desafíos para la Iglesia Ortodoxa de Serbia", explicó.
"Los temas sociales son un asunto importante", declaró Gavrilovic, quien llamó a una conferencia de prensa el 25 de enero. Ésa fue la primera vez que un Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia hace algo así, lo que fue una sorpresa para la población así como para los medios de comunicación.
"Es un tema para la Iglesia en su conjunto porque la cantidad de pobres aumenta. Su actividad debe ser más amplia que ahora y debe hacer todo lo que pueda para aliviar la situación de la gente", respondió al ser consultado por IPS sobre el papel de la institución.
El Patriarca habló sin problemas de la integración de Serbia a la UE, un asunto polémico porque los nacionalistas temen que se pierda la identidad serbia.
Más de 75 por ciento de los encuestados para distintos estudios están a favor de integrarse al bloque de 27 países, pero los oponentes hacen más ruido y muchos integran la jerarquía eclesiástica.
"Históricamente pertenecemos a Europa", declaró el Patriarca. "Toda forma de unión es constructiva y tenemos esperanzas de que Europa respete nuestra religión", añadió.
También se refirió a uno de los asuntos más intrigantes que surgió pocas semanas antes: la posibilidad de una reconciliación entre las iglesias, en especial entre la Ortodoxa y la Católica, divididas desde el siglo XI.
"Esperamos que la conmemoración del llamado Edicto de Milán sea una oportunidad para que las iglesias vuelvan al periodo de unidad, por cierto que estamos afín de seguir el nuevo camino cristiano, con el deseo de ser una Iglesia Cristiana", señaló.
La celebración se realizará en la ciudad de Nis en 2013, cuando se cumplen 1.700 años del histórico acontecimiento de la cristiandad. Se considera una oportunidad única para que los distintos patriarcas se reúnan con el papa Benedicto XVI.
El emperador romano Constantino, nacido en la actual Nis emitió un edicto en el año 313 en la ciudad de Milán que prohibió la persecución de los cristianos.
Esos encuentros son raros y ningún Papa se reunió nunca con un Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia o con la mayor de las iglesias ortodoxas, la rusa.
"Esa oportunidad y la invitación enviada al Papa para que visite Serbia en 2013 es un giro importante en la política de la Iglesia Ortodoxa Serbia, una nueva era no sólo para la región, sino en un sentido más amplio", explicó Djordjevic a IPS.