HAITÍ: Nadie esperaba que fuera «uno grande»

Marjorie Louis estaba sentada en su cocina cenando cuando sintió que su casa se sacudía, pero no se levantó.

Muchas de las estructuras de la ciudad están en ruinas, incluyendo el palacio presidencial (en el fondo), y por eso los residentes instalan carpas temporales como refugio. Crédito: Marco Dormino/UN Photo
Muchas de las estructuras de la ciudad están en ruinas, incluyendo el palacio presidencial (en el fondo), y por eso los residentes instalan carpas temporales como refugio. Crédito: Marco Dormino/UN Photo
"No pensé que iba a ser tan grave, y estaba esperando que se detuviera. Pero me di cuenta que no iba a parar, y finalmente decidí levantarme de la mesa, pero simplemente no podía", contó Louis, una banquera que vive en Delmas.

"Miré por afuera de la ventana y vi una enorme nube de polvo, y comencé a escuchar a mis hijos gritar", añadió.

No obstante, Louis está entre las más afortunadas: sobrevivió a un terremoto que mató a decenas de miles de haitianos. Pocos días después de finalizados los temblores, las historias de supervivencia, muerte y destrucción empiezan a recorrer este país caribeño y montañoso de alrededor de nueve millones de habitantes.

Su historia es similar a la de otros millones luego de que Puerto Príncipe fuera azotada por un terremoto de magnitud 7.0 en la escala de Ricther el martes pasado. Miles de personas murieron y quedaron atrapadas bajo los escombros por la misma razón: en el momento no pensaron que el sismo sería tan grande.
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Para los haitianos, los pequeños temblores se habían vuelto comunes en los últimos años. Nunca imaginaron una catástrofe como ésta.

"Ahora sé que no abandonar la casa y hacer que salga mi familia fue un error. Me siento tan vacía e impotente", dijo Louis. Otras seis personas del mismo hogar están a salvo. Afortunadamente pudieron salir.

Según un médico haitiano, "hay una regla de los cinco segundos". "Si cuentas hasta cinco y sigue temblando, es cuando la cosa es seria", explicó.

Lamentablemente, este terremoto duró más de cinco segundos y, para cuando una persona terminaba de contarlos, ya era demasiado tarde para escapar.

Lyvee Memon acababa de llegar a su casa de un funeral en la Iglesia del Sagrado Corazón, edificio histórico que luego quedaría completamente destruido.

Ella estaba en la sala de su hogar cuando comenzó el terremoto. No podía creer que fuera real, y prefirió esperar a que se detuviera, hasta que las paredes de la casa se cayeron en torno a ella. Sin embargo, sobrevivió y quedó atrapada bajo los escombros.

"Pude encontrar un pequeño, diminuto agujero por el que sólo podía pasar un niño", contó Memon días después.

Herold Guillaume conducía su sedán Toyota verde por la calle Nazon cuando comenzó el temblor. Su primer pensamiento fue que otro coche le había chocado. Miró los edificios y vio que escombros caían alrededor de él. El cielo pronto fue tapado por un espeso polvo.

"Dejé el coche y me fui caminando a casa, todo el tiempo pensando en mi padre, que había quedado solo", contó Guillaume.

Emmanuel Jean estaba en el último piso de su hogar de tres plantas, y su padre se encontraba en el estudio del primero. El robusto edificio se desmoronó y Jean apenas pudo escapar.

"Corrí a la planta baja, busqué a mi padre y lo saqué", dijo Jean, un ingeniero eléctrico. Desde entonces, vive en su patio mientras hace los arreglos para reunirse con su madre y hermanas en Nueva York.

"Todavía estoy conmocionado. Nunca esperé que esto ocurriría. Ahora tenemos que comenzar nuestras vidas de la nada. No sé qué vamos a hacer", afirmó.

* Especial para IPS de The Haitian Times.

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