EEUU-CHINA: Google navega en relaciones turbulentas

La dura condena de la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, a China, acusada por Google de censura y ataque pirata, seguida de una mordaz respuesta de Beijing, hace pensar que los responsables de ese buscador de Internet no son del todo inocentes en esta historia.

Clinton denunció este mes que los ciberataques contra Google supusieron una amenaza a la seguridad nacional a su país, y aseguró que no pasarían desapercibidos y que habría una respuesta.

"Estados, terroristas y aquellos que los representen deben saber que Estados Unidos va a proteger a sus redes", sentenció Clinton.

"Aquellos que distorsionen el libre flujo de información en nuestra sociedad o en cualquier otra suponen una amenaza a nuestra economía, a nuestro gobierno y a nuestra sociedad civil", prosiguió.

Las respuestas de China a las declaraciones de la canciller estadounidense variaron de forma significativa según el público al que apuntaban.
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"Estados Unidos ataca a la política de China al acusarla de restringir la libertad de Internet", se pudo leer el 22 de este mes en el sitio del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país. "Nos oponemos totalmente a esas declaraciones y a esas prácticas que contravienen los hechos y socavan las relaciones" entre ambos países, continuaba.

"Urgimos a Estados Unidos a respetar los hechos y a dejar de atacar a China excusándose en la llamada libertad de Internet", añadió.

Pero en los medios de prensa controlados por el Estado, que apuntan principalmente al público interno, se emplearon palabras más duras.

"La acusación de que el gobierno chino estuvo detrás de los ciberataques, de forma explícita o no, es infundada y apunta a denigrar a China. Nos oponemos totalmente a eso", declaró el portavoz del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información a la agencia estatal de noticias Xinhua.

"El verdadero interés de China en el ‘libre flujo de información’ es evidente en su rechazo a dejarse tratar injustamente por el imperialismo de la información", señaló el periódico estatal en idioma inglés The Global Times.

"Hay que tener presente dos asuntos en lo que respecta a los medios de comunicación en chino", dijo a IPS Christina Larson, especialista en cuestiones sociales de China de la New America Foundation.

"Primero, la controversia sobre Google no es un gran problema. La saga de este asunto es realmente más interesante para Washington que para el promedio de la gente en Beijing o en otro lugar", explicó.

"Segundo, los medios de comunicación chinos presentan el asunto como que las compañías extranjeras no tienen derecho a llegar a China y dictar sus condiciones", añadió Larson.

La guerra de palabras entre Beijing y Washington comenzó el 12 de este mes cuando Google anunció su intención de dejar de censurar los resultados de su buscador en China y reveló que varias de sus cuentas de correo electrónico, pertenecientes a defensores de derechos humanos, diplomáticos y periodistas, habían sido violadas por piratas chinos de la informática.

Las acusaciones fueron seguidas de rumores y más denuncias de que piratas chinos habían robado códigos fuente propiedad de Google.

El código fuente de un programa informático son las instrucciones que debe seguir la computadora para poder ejecutarlo y describe por completo su funcionamiento.

También se dijo que los ciberataques y el espionaje corporativo procedentes de China preocupaban cada vez más a Washington y a las empresas estadounidenses instaladas en China.

La mezcla de denuncias hechas por Google y el pedido de investigación de Clinton a las autoridades generan confusión sobre lo que la compañía pretende conseguir de Beijing cuando negocie su negativa a seguir censurando los resultados de las búsquedas.

Algunos especialistas sugirieron que el gobierno estadounidense podría llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y argüir que la censura de Internet en China supone una desventaja injusta para los servicios de red "importados" o que las instituciones estatales de ese país estuvieron involucradas en violaciones de derechos de propiedad intelectual.

El boletín The Nelson Report, un servicio con información privilegiada sobre cuestiones de política exterior y de comercio, puso en duda la efectividad de denunciar a China ante la OMC, pero concluyó que Washington podría basar el caso en la participación de las autoridades chinas en la violación de derechos de propiedad intelectual.

"Nos sigue interesando saber por qué no sería buena idea denunciar al gobierno chino si Washington está dispuesto a dejar constancia ante la OMC de las pruebas que acopió sobre el robo de propiedad intelectual y sabotajes y que puede demostrar que proceden de órganos e instituciones oficiales de China", escribió Christopher Nelson, editor del boletín.

Google estaría interesado en mantener cierta presencia en China, incluso si debe dar de baja a su buscador local, google.cn.

El anuncio de Google del 12 de este mes colocó en el centro del debate la censura y los ciberataques de piratas informáticos oficiales en China como nunca antes.

El rumbo que pretende dar Google a las próximas negociaciones con las autoridades chinas tras su denuncia pública, así como la de Clinton sobre las prácticas de Beijing respecto de Internet, deja dudas sobre la estrategia de la compañía estadounidense.

"Dejar al gobierno chino mal parado y motivar un discurso de desaprobación de Clinton no propiciará una buena respuesta de Beijing. Google quiere o espera mucho más de lo que revelan las declaraciones públicas", sostuvo Larson, de la New America Foundation.

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