El aumento de los precios de bienes, servicios e impuestos en México hace prever un nuevo año con dificultades económicas para la mayoría de sus casi 107 millones de habitantes.
Los mexicanos comenzaron el año con las noticias de aumentos en el precio de las gasolinas, del gas, la electricidad, los trámites gubernamentales, del boleto para el Servicio de Transporte Colectivo-Metro y las telecomunicaciones, junto con el incremento en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y en el que se aplica a la renta (ISR), entre otros, que agravan la tradicional "cuesta de enero", tras la temporada navideña.
Este año "será en extremo difícil", pues se "espera que la recuperación sea muy lenta, particularmente ante la debacle del 2009, y con poca generación de empleo y menores aumentos salariales", previó ante IPS Enrique Dussel, coordinador del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México.
El gobierno mexicano del conservador Felipe Calderón decidió subir el valor de venta de los combustibles, la electricidad y el gas licuado de petróleo, que es utilizado principalmente en los hogares para cocinar y calentar agua, para captar más recursos que sustenten las alicaídas arcas públicas.
Con el alza del precio de las gasolinas, iniciado en diciembre, Calderón hizo a un lado el Acuerdo Nacional en favor de la Economía Familiar y el Empleo, de enero de 2009, que estipulaba congelar el valor de los carburantes por un año.
El gobierno necesita paliar un déficit público de unos 23.000 millones de dólares.
Mientras, la administración izquierdista de la capital mexicana decidió elevar el precio del transporte Metro (tren metropolitano), impuestos locales y costos de trámites oficiales para apuntalar sus finanzas.
La canasta básica aumentó 30 por ciento en los primeros días de este mes en la metrópoli, según sondeos. Productos de primera necesidad, como el arroz, el fríjol, la lenteja, el maíz, el huevo y el azúcar, registraron incrementos.
"Se va a presentar el estrangulamiento económico de la clase media, con la pérdida de empleo, la caída del consumo y el vencimiento de los créditos hipotecarios y de consumo", declaró a IPS Alfonso Ramírez, presidente y fundador de El Barzón, una organización de usuarios de servicios financieros surgida luego de la crisis de 1995 que pulverizó los ahorros de los titulares de cuentas corrientes.
En 2009, México fue uno de los países más afectados de América Latina por la crisis económico-financiera internacional, nacida en el vecino Estados Unidos.
La pobreza pasó de 31,7 a 34,8 por ciento de la población, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, desaparecieron más de 400.000 puestos de trabajo, el producto interno bruto retrocedió entre siete y ocho por ciento, cayeron las cotizaciones del petróleo, la principal fuente de ingresos del fisco, y la inflación llegó a casi cuatro por ciento.
En noviembre pasado, Calderón declaró el fin de la recesión en el país, aunque no ha quedado claro en cuáles indicadores se basó para tal afirmación.
Sin embargo, las perspectivas para este año no son muy halagüeñas. Las autoridades esperan que la economía se expanda tres por ciento y que la inflación sobrepase cinco por ciento, con la promesa de crear unos 400.000 nuevos empleos.
En su propaganda oficial, el gobierno usa el slogan "vivir mejor", pero pocos habitantes de esta nación norteamericana pueden hacer honor a la frase oficial.
La salida de la recesión "tiene poca relevancia para el grueso de la población, que ve el incremento de los precios en productos y servicios sin que sus ingresos, o las posibilidades de empleo, compensen las pérdidas", señaló en su editorial de este lunes el periódico El Universal.
Una encuesta reciente del diario Reforma halló que 42 por ciento de los consultados considera que crecimiento económico y más empleo son los mejores regalos para 2010.
Mientras, un instrumento estadístico similar levantado por El Universal concluyó que la situación económica de este año estará peor en comparación con 2009.
A fines del año pasado, se decretó un aumento de casi cinco por ciento del salario mínimo, que llegará al equivalente de unos cinco dólares diarios.
"Es particularmente preocupante la dinámica en el empleo y los salarios, ya que desde hace años pareciera que no pudiéramos llegar a peores pisos y constantemente lo hacemos", analizó Dussel.
En promedio, México creció en la década pasada 1,8 por ciento anual, una de las tasas más bajas en la región.
"Vamos a vivir una nueva oleada de alimentos sumamente caros y ante la cual el gobierno no tiene ninguna perspectiva", indicó Ramírez.
En marzo, El Barzón organizará en la capital mexicana la Convención Nacional de Consumidores, que se centrará en el precio de los alimentos y los costos de los servicios financieros.
El comienzo de año coincide con una baja de los aranceles industriales, que en promedio se estacionan en 5,3 por ciento, uno de los más bajos en América Latina, según la Organización Mundial de Comercio. De esa forma, México queda más expuesto a la entrada de productos provenientes de otros países.
Esos gravámenes descenderían hasta una media de 4,3 por ciento en 2013, según el programa oficial de apertura comercial vigente.