El fenómeno climático de El Niño afecta severamente a la capital de Honduras, que vive drásticos racionamientos de agua potable, cuyas reservas vencerán en seis meses. Para mayo de 2010, “la ciudad se quedará sin agua si no iniciamos un plan de racionamiento y no empezamos a construir otra represa como forma alternativa de almacenamiento del líquido”, dijo a Tierramérica el alcalde Ricardo Álvarez.
La capital tiene más de un millón de habitantes, y 300.000 de ellos se verán afectados por el racionamiento, que prevé la suspensión del suministro por espacios de seis y ocho horas diarias, dos veces por semana.
Tegucigalpa es abastecida por los embalses de dos represas que han bajado sus caudales por la sequía.