Ponerse una camiseta blanca o un pantalón verde oliva pueden ser decisiones de vida o muerte en la empinada montaña de los Andes donde vive Andrés. Tiene 14 años y cursa octavo grado en una escuela en el norte del occidental departamento colombiano del Cauca, zona de guerra.
De cada 1.000 niños que terminan quinto elemental en esta región indígena, 500 quedan fuera de la secundaria, y de los que ingresan se gradúan unos 10. No hay oferta educativa, pero sí hay la hay para el reclutamiento en la guerrilla, y en general en el pie de fuerza militar y de policía.
En la región trabaja la Fundación Tierra de Paz, socia local de la alemana Diakonie-Apoyo en Emergencias, única entidad humanitaria europea que se ocupa del impacto de la guerra en niños y adolescentes.
Si en el apartado vecindario rural de Andrés alguien llega a quedar atrapado en un campo minado, difícilmente acudirá la policía a salvarlo. Mencionar siquiera la idea causa hilaridad en los habitantes, que se saben librados a su suerte en medio del eterno enfrentamiento entre la fuerza pública y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), nacidas en 1964.
Justamente por eso, además de geografía, matemáticas o español, Andrés aprende que las minas antipersonal que siembran las FARC, o bien las granadas y las balas que soldados y guerrilleros dejan abandonadas en el campo, no son cosa de juego.
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Todos los días los niños forman en el patio de la escuela y sus profesores les recuerdan qué hacer si surge una alerta por minas, o si hay combates. Los maestros han sido capacitados por Tierra de Paz, según un plan de riesgos prioritarios elaborado colectivamente.
IPS habló con Andrés, cuyo verdadero nombre, así como el de su vecindario, se guardan por protección.
IPS: ¿Cómo se vive la guerra en tu vereda (vecindario rural)?
ANDRÉS: Antes de nosotros vincularnos al proceso con Tierra de Paz era muy crítica nuestra situación. Nosotros vivíamos el conflicto de una forma, cómo le dijera, sin tener cómo defendernos o cómo manejar esas situaciones. Dado el caso que nos cogiera (sorprendiera) un combate, nosotros no sabíamos qué hacer.
Cuando empezamos a trabajar con Tierra de Paz ya hemos venido adquiriendo conocimientos sobre el manejo de dichas situaciones. En nuestra escuela se ha trabajado mucho. Nos han inculcado mucho eso, de cómo actuar, cómo manejar estos casos.
IPS: ¿Qué hay que hacer cuando uno se encuentra una munición sin explotar (MUSE)?
A: Se presenta muy continuamente la munición sin explotar. Nos han dicho que cuando encontremos una munición sin explotar lo primero que debemos hacer es señalarla, dejar señalizada la zona donde se encuentra, recurrir a un adulto o una persona que tenga un poco de experiencia. Y, dado el caso de que esa persona también sienta un poco de miedo, o no sepa manejar esto, recurrir a una persona que pueda hacer el levantamiento de ese objeto.
IPS: ¿Y qué hacer ante una mina antipersonal (MAP)?
A: Sobre una mina, se han presentado casos en nuestra vereda. Personalmente no me ha tocado esa experiencia, pero un compañero sí la vivió. Se encontró en un campo minado y mire que él se ideó la forma de salir de ahí. El cogió una piedra grande y la fue tirando y se paraba sobre ella, la levantaba y la iba tirando. Y salió. Así como pudo se las ingenió.
IPS: ¿Y tú qué le ves a esa técnica de bueno…, o de peligroso?
A: En primer lugar, es algo siempre peligroso.
IPS: ¿Por qué?
A: Porque la piedra puede caer sobre una mina y puede explotar. La piedra se puede partir y esa esquirla vuela para todos lados. Pero también (puede ser bueno porque), en el lugar donde queda (la piedra), dado el caso que no explote, pues se sabe que ése es un lugar que ya es seguro, donde uno puede pisar.
IPS: ¿Qué debe hacer uno cuando se encuentra en un camino donde de pronto hay minas?
A: Dado el caso de que ya uno se encuentre en campo minado, bregar a salir por lugares donde se vea que han transitado ya. O quedarse quieto, si ya se sabe que alrededor hay minas. Quedarse quieto y pedir ayuda.
IPS: ¿Cómo pides ayuda?
A: Pues gritando (risas).
IPS: ¿Qué más te han enseñado?
A: En la escuela nos han inculcado lo de la camisa blanca, para no ser confundidos por un actor armado. No usar ropa alusiva a la guerra. Ir siempre por los caminos más transitados. No utilizar atajos. ¿Qué más? En caso de encontrar una munición sin explotar, no tirarle piedras, ni moverla, nada, dejarla quieta, ir a avisar lo más pronto posible.
IPS: Tenemos en esta región algunos casos de personas que han sufrido heridas con municiones sin explotar, y continuamente surgen noticias sobre accidentes que ocurren. ¿Tú por qué crees que ocurren esos accidentes con explosivos? ¿Qué ha faltado? ¿De todas maneras es muy difícil de prevenir cien por ciento un accidente?
A: Sí se está trabajando en eso. Pero es que el conflicto es algo muy grande y que no se puede controlar tan fácil. Se hace lo posible, pero no es posible controlarlo totalmente. Es algo que se le sale de las manos a cualquiera. Es muy difícil de manejar.
IPS: ¿En tu vereda ha habido problemas serios con minas?
A: Pues víctimas hasta el momento no se han presentado.
IPS: ¿Pero sí han recogido minas, han desactivado minas?
A: Sí.
IPS: ¿El minado ha aumentado, o no?
A: Pues ya no se presenta tanto. Al principio hubo una época en que se dijo que iba a entrar la erradicación (manual) de cultivos ilícitos. En ese tiempo se minó mucho la zona. Ya las minas se han ido encontrando, ya no se presenta tanto.
IPS: ¿Allá hay todavía cultivos ilícitos?
A: Hay cultivos ilícitos. De eso es de lo que se sobrevive por allá.