PERIODISMO: Equidad de género es cuestión de palabra

Un centenar de periodistas colombianos y del exterior se darán cita en noviembre en esta capital para debatir formas más eficaces de promover la visión de género en los medios. Sólo en 22 por ciento del flujo informativo mundial se menciona o se cita a mujeres, aunque son la mayoría de la población.

El Tercer Encuentro Internacional de Periodistas con Visión de Género se realizará en Bogotá entre el 27 y el 30 de noviembre, organizado por una comisión coordinadora de la Red Colombiana de Profesionales de la Comunicación con visión de género y relacionada con la Federación Colombiana de Periodistas, filial de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).

El objetivo es "llegar al corazón de las salas de redacción para lograr que en los medios haya visión de género", según Fabiola Calvo, coordinadora de la comisión.

"Que se sumen hombres y mujeres. La tarea es cambiar los patrones culturales de todas y todos", agregó. La primera meta es poner en presente la agenda de derechos de las mujeres e impulsar la formación de periodistas en el uso de un lenguaje incluyente y no sexista.

En cuanto a esto último, existe desde 2006 en Colombia un antecedente legal: la sentencia C-804 de la Corte Constitucional. El fallo excluyó del ordenamiento jurídico el entonces artículo 33 del Código Civil, vigente desde 1873.

Ese artículo establecía que "las palabras hombre, persona, niño, adulto y otras semejantes (…) se aplican a individuos de la especie humana, (…) comprenden ambos sexos (…)". "Por el contrario, las palabras mujer, niña, viuda y otras semejantes, que designan el sexo femenino, no se aplicarán a otro sexo…", añadía.

La Corte impuso sustituir el artículo 33 por la frase: "La palabra persona en su sentido general se aplica a la especie humana, sin distinción de sexo".

Para el alto tribunal, "el lenguaje jurídico refleja y contribuye a perpetuar formas de pensamiento", y la redacción original del artículo coadyuvaba a "mantener la situación histórica de discriminación contra las mujeres".

Así como los cambios sociales pueden renovar las expresiones y sus significados, "también el lenguaje y la manera como sea utilizado para establecer contenidos puede producir una variación en la percepción de los fenómenos sociales", argumentó la Corte.

En junio, el Concejo (legislativo local) de Bogotá emitió el Acuerdo 381, "por medio del cual se promueve el uso del lenguaje incluyente", definido como "el uso de expresiones lingüísticas que incluyan tanto al género femenino como al masculino, cuando se requiera hacer referencia a ambos y no el uso exclusivo del género masculino".

El Acuerdo o norma local obliga a las entidades y autoridades del Distrito Capital a usar ese lenguaje en todos sus documentos, alocuciones y en los "medios de comunicación de las entidades distritales".

Pero otro es el cantar en la práctica del mundo periodístico.

Marta Ruiz es editora de seguridad de Semana, la principal revista política de Colombia. Ella no cree que en dicha publicación haya una apertura hacia la visión de género.

"No hay una exclusión hacia la mujer periodista, pues las mujeres siempre han sido líderes al interior de la redacción y siempre logran contener el discurso más patriarcal. Pero es un trabajo de contención. No existe una labor deliberada para generar equidad", dijo a IPS.

El debate se ha planteado con frecuencia en el consejo de redacción, cuando surgen "sesgos de la cultura patriarcal", relató, pero habitualmente "esa no es una reflexión en el medio en el que yo trabajo".

La tarea es larga y, para Ruiz, comienza por "mostrar descarnadamente cómo lo estamos haciendo, con estudios de caso".

Ruiz mencionó, como ejemplo del tratamiento de un tema que se debe desmontar, "el morbo" con el que fue acosada por los medios de comunicación Clara Rojas, la política que fue tomada rehén por las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia durante casi seis años, en compañía de Ingrid Betancourt.

Cuando Rojas salió libre, en enero de 2008, ya se conocía que había tenido un hijo de padre guerrillero, y muchos periodistas querían saber literalmente todos los detalles.

"Eso me parece inadecuado. A los hombres que estuvieron secuestrados y que vivieron también procesos sentimentales y afectivos en cautiverio, nadie los interrogó al respecto", comentó Ruiz.

Otra fórmula que ve Ruiz para que el periodismo de género se abra paso "es proponerles a los medios agendas informativas muy puntuales, con temas que nunca se incluyen".

En todo caso, "partimos de cero", remarcó Calvo, periodista y activista que lleva al menos ocho años promoviendo que las mujeres periodistas se coordinen internacionalmente. La labor se ha ampliado hoy a periodistas hombres a quienes inquiete la visión de género.

Ahora, este tercer encuentro cuenta con el respaldo de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que tiene en su subsecretaría de Mujer, Géneros y Diversidad Sexual un ente transversal que involucra a todas las dependencias que puedan tener relación con la visión de género.

El encuentro también es apoyado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem)–Región Andina, Alma Mater, que reúne a 10 universidades estatales del Eje Cafetero en el centro del país, y por las universidades privadas Javeriana y Santo Tomás, ambas confesionales.

Sin embargo, no hay ningún apoyo del gobierno colombiano del derechista Álvaro Uribe.

La Red Internacional de Periodistas con Visión de Género surgió durante la Segunda Conferencia Latinoamericana de Mujeres Periodistas, convocada por la FIP en 2004 en Río de Janeiro.

Su primer encuentro fue en noviembre de 2005 en Michoacán, México, con representantes de 14 países de América y de Europa. Al segundo, realizado en 2007 en Oviedo, España, asistieron periodistas de 15 naciones.

Estas conferencias son equivalentes a una asamblea general, que esta vez en Bogotá espera emitir un Manifiesto, aún en proceso de discusión.

La capital colombiana espera a periodistas de España, Italia, Suecia, Marruecos, Jordania, México, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina y Brasil, así como de cuatro regiones de Colombia.

El encuentro será escenario para presentar el trabajo titulado "Sin nosotras se acaba la fiesta, América Latina en perspectiva de género", con relatos ejemplares de periodismo de género en 15 países de la región, en torno a temas que están lejos de ser marginales.

Son ellos drogas, accidentalidad con hombres al volante, políticas de fecundidad, mujeres negras, prostitución y tráfico de mujeres, racismo y violencia, sensacionalismo mediático, tierra, seguridad alimentaria, guerra y desplazamiento forzado, ecoturismo, política y religión.

El libro fue compilado por el Centro de Competencia en Comunicación para América Latina de la alemana Fundación Friedrich Ebert y Artemisa Comunicación, una organización argentina que incluye entre sus actividades una agencia de noticias con visión de género.

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