Los propagados reportes de asesinatos extrajudiciales contra supuestos miembros del movimiento islamista Talibán por parte del ejército de Pakistán no preocupan en absoluto a la población civil, amedrentada por ese grupo radical.
Varios residentes del valle de Swat, en la parte nororiental de este país de Asia meridional, zona dominada desde hace tiempo por el movimiento islamista, han expresado su apoyo al ejército, responsable de varios asesinatos masivos de supuestos talibanes.
"Se merecen un trato mucho más duro", llegó a decir un residente.
Swat, distrito administrativo de la Provincia de la Frontera Noroccidental, estuvo bajo control del Talibán hasta que los insurgentes fueron derrotados por el ejército en julio.
"Esos combatientes han masacrado a por lo menos 100 personas inocentes, incluyendo mujeres. Todos los asesinados eran verdaderos musulmanes", señaló Shah Ali Khan, líder político en Swat. "Se merecen esta respuesta ojo por ojo", sostuvo.
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Otros funcionarios expresaron los mismos sentimientos.
"Los combatientes no merecen ninguna compasión. Han destruido 200 escuelas y 500 comercios de música, y han asesinado a decenas de mujeres por atreverse a salir de sus casas", dijo Mian Iftikhar Hussain, líder del Partido Nacional Awami y ministro de Información de la Provincia de la Frontera Noroccidental. "El pueblo quiere que los eliminen de cualquier forma", añadió.
Un funcionario local de Swat, quien habló a condición de mantener el anonimato, dijo que la decapitación de un oficial de policía el 28 de julio era un claro ejemplo de cuán brutal era el Talibán. "Con la ejecución del soldado están provocando la furia del ejército", afirmó.
Los residentes aún recuerdan vívidamente los vídeos que grabaron e hicieron circular los talibanes en abril. Uno de estos mostraba la decapitación de agentes de seguridad frente a jóvenes reclutas que aparentemente fueron obligados a presenciar la ejecución. Otros vídeos mostraban actos similares, que aún están frescos en la mente de la población.
Aunque el Talibán ha dejado de realizar estos actos de terror y algunos de sus líderes han sido detenidos o asesinados, el miedo todavía domina Swat.
"El Talibán ahora ha sido totalmente eliminado de Swat. Están huyendo. La gente también está formando Lashkars (grupos armados) para enfrentar al Talibán", dijo Hussain a IPS.
La gente tiene razones para temer, dijo, añadiendo que los talibanes han roto todos los récords de atrocidades durante su dominio de un año de Swat.
Pero, ahora que ha terminado el control de los talibanes, defensores de los derechos humanos ponen su atención en las tropas del gobierno. El ejército de Pakistán es objeto de críticas por las ejecuciones de supuestos combatientes.
"Hemos obtenido evidencia de asesinatos extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad en Swat. No sólo vídeos y relatos de testigos, sino que además hay fosas comunes", dijo Asma Jehangir, presidenta de la independiente Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.
Periódicos publican informes diarios sobre los cadáveres de supuestos insurgentes hallados en diversas partes de Swat o colgando de postes de electricidad.
En conversación telefónica con IPS desde la oriental ciudad de Lahore, Jehangir informó que una misión de la Comisión enviada en agosto a Swat encontró varias fosas comunes con cadáveres de talibanes.
La misión informó que se encontraron entre 18 y 21 cuerpos acribillados en Swat en las últimas semanas, y expresó grave preocupación por la situación.
Por su parte, el portavoz del ejército, Athar Abbas, negó categóricamente las denuncias contra las fuerzas de seguridad que realizan operaciones en Swat y contra la División Malakand, con jurisdicción en el distrito.
Pero los relatos de testigos serán difíciles de desmentir.
Entre fines de agosto y comienzos de septiembre, aldeanos encontraron un total de 84 cadáveres de supuestos talibanes, incluyendo un conocido comandante del grupo islamista. El ejército los consideró víctimas de "asesinatos de venganza" cometidos por civiles.
A mediados de septiembre, Sher Mohammad Qasab, uno de los 15 comandantes talibanes por quien se pedía una recompensa de 200.000 dólares, fue capturado en Swat y asesinado al día siguiente.
La ya larga lista de combatientes talibanes que habrían sido ejecutados por el ejército todavía aumenta.
La Comisión señaló que la "justicia talibán" ha sido correctamente condenada por su brutalidad y naturaleza arbitraria, y fue "clave para ayudar a que la opinión pública se volviera contra los extremistas". Sin embargo, subrayó, las operaciones militares contra el terrorismo deben distinguirse de las atrocidades cometidas por el Talibán.
"El trato dado a los individuos por el gobierno debe aspirar a un mayor nivel", dijo Jehangir, de la Comisión.
"Las violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad sólo pueden ser desalentadas si el Estado adopta mecanismos transparentes para seguir de cerca los abusos tanto durante como después" de las situaciones de conflicto "y cumple con su obligación de proveer justicia a través del debido proceso", añadió.
Abbas reconoció que "las ejecuciones extrajudiciales son un delito diseminado, e incluso los más bárbaros criminales merecen un juicio justo".
"Sin embargo, es curioso que uno no escuchó ni chillido de la Comisión cuando los que intimidaban a las personas de Swat, desafiaban al Estado, reclutaban a la fuerza a jóvenes casa por casa para hacerlos terroristas y atacantes suicidas crearon un reino de terror en todo el país", añadió el portavoz del ejército durante una entrevista en televisión.
Muchos talibanes, junto con miembros de la red radical Al Qaeda, llegaron a Pakistán en 2001, cuando fueron desalojados de Afganistán por las fuerzas de Estados Unidos, que invadieron ese país tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese país en Nueva York y Washington.