CAMBIO CLIMÁTICO-ASIA: Peligro de conflictos

Mientras fenómenos meteorológicos extremos exacerban la escasez de agua y alimentos en Asia, crece la preocupación por nuevos conflictos que podría desatar el cambio climático.

Inundaciones y sequías de las últimas semanas aportan clima de urgencia a la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tendrá lugar del 7 al 18 de diciembre en Copenhague.

El objetivo de la reunión en la capital danesa es llegar a un nuevo acuerdo obligatorio de reducción de emisiones contaminantes sucesor del Protocolo de Kyoto, que expirará en 2012.

La combinación del aumento de precio de los alimentos, la escasez de agua y los problemas de acceso a la tierra se suman a las presiones sociales, señaló Mark Rosegrant, director del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, con sede en Washington.

Rosegrant hacía referencia al fantasma de la inestabilidad al hablar en la reunión que se inició el lunes en Bangkok y se extenderá hasta el 9 de octubre, la penúltima instancia de debate rumbo a Copenhague. La última será del 2 al 6 de noviembre en Barcelona. "Será un enfrentamiento entre vecinos", agregó.
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A medida que el ambiente se deteriora, puede haber "un deterioro social muy significativo, y también un relajamiento de los vínculos sociales", agregó.

En una serie de informes sobre clima, energía y migraciones presentados el miércoles, el Banco Asiático de Desarrollo señaló que la seguridad alimentaria se ve amenazada por la caída de los rendimientos agrícolas causados por inundaciones, sequías, precipitaciones erráticas y otros impactos del cambio climático.

Los precios de los alimentos pueden subir drásticamente, más de 30 por ciento en el caso del arroz, 50 por ciento el maíz, e incluso 100 por ciento el trigo, en las próximas cuatro décadas. Se espera que Asia meridional sea la más perjudicada por las sequías.

El Banco sostuvo que la agricultura es especialmente vulnerable al cambio climático. En Asia hay unos 2.200 millones de personas que dependen de esta actividad para subsistir.

"El cambio climático está amenazando los sistemas de producción de alimentos, y por lo tanto el sustento y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas que dependen de la agricultura en la región Asia-Pacífico", señaló.

El informe agrega que las actividades agrícolas liberan a la atmósfera cantidades significativas de gases de efecto invernadero, y que Asia-Pacífico contribuye con 37 por ciento de las emisiones agrícolas mundiales. Solamente China emite más de 18 por ciento del total.

El aumento de las temperaturas en Asia tendrá un impacto desproporcionado en los pobres. Las mujeres rurales de los países en desarrollo serán las más afectadas, debido a que dependen de los cultivos de subsistencia.

Por lo menos la mitad de la población asiática vive con menos de dos dólares por día. El Banco Asiático de Desarrollo dijo que este sector tiende a depender de la agricultura que se irriga con las lluvias y vive en asentamientos muy expuestos al cambio climático.

El Banco sostuvo que el acceso a energía barata también está cada vez más amenazado, con brechas en la relación oferta-demanda, alta dependencia de combustibles tradicionales, como leña, y uso intensivo de la energía.

Se espera que las amenazas a la agricultura y a la energía de Asia causen importantes desplazamientos humanos. Y existen áreas vulnerables, especialmente en zonas costeras densamente pobladas, que probablemente sufrirán daños por el aumento del nivel del mar, la escasez hídrica, las inundaciones y los ciclones.

El principal desafío radica en garantizar electricidad de bajo costo "para millones de personas que hoy no tienen acceso a la energía", dijo Leena Srivastava, directora ejecutiva del Instituto de Energía y Recursos, con sede en Nueva Delhi, que promueve el desarrollo sostenible.

Las fuentes energéticas alternativas requieren tecnologías accesibles. Según Srivastava, es necesario garantizar técnicas que estén al alcance de los pobres.

"Eso contribuirá no sólo a la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, porque se estará ayudando a pasarse a formas de energía más limpias, sino también a la adaptación, porque esto crea resiliencia y contribuye al desarrollo", declaró a IPS.

Sin embargo, Srivastava admitió que "el acceso a la energía será un problema clave".

El Banco Asiático de Desarrollo estima que la región tiene un "vasto potencial de energías renovables" que puede ayudarla a responder al cambio climático, pero sólo si las medidas políticas y financieras amplían las tecnologías disponibles para los pobres, entre ellas las pequeñas centrales hidroeléctricas y la energía solar.

Pero el problema radica más en la política que en la tecnología y los logros técnicos, opinó Srivastava. El financiamiento también es un desafío, agregó.

Según el Banco Mundial, entre 2010 y 2050 los países en desarrollo perderán 100.000 millones de dólares anuales por el costo de adaptarse al cambio climático.

La Organización de las Naciones Unidas, por su parte, estima que, para 2030, el mundo necesitará gastar entre 36.000 millones y 135.000 millones de dólares anuales para hacer frente a los impactos más amplios del cambio climático.

La realidad, tal como expuso el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (conocido por sus siglas en inglés IPCC), es que "sin importar qué hagamos, estamos destinados a cierto nivel de cambio climático".

Según Srivastava, "ya existe un grado de vulnerabilidad en una gran cantidad de países y que necesita ser abordado".

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