El descubrimiento de un enorme yacimiento de gas en Venezuela fue anunciado este viernes por el presidente de ese país, Hugo Chávez, en su breve visita a la capital española, donde también mostró, con diplomacia, posiciones divergentes con el gobierno anfitrión en asuntos internacionales.
Fuertemente protegido, Chávez estuvo en la tradicional Casa del Libro acompañado por Antonio Brufau, el presidente de la firma petrolera española Repsol, involucrada en la exitosa prospección de los yacimientos gasíferos. Tras elegir libros por casi una hora, el mandatario se detuvo para dialogar con los periodistas e informarles detalles del descubrimiento.
La noticia del hallazgo le había sido comunicada al visitante en el mismo Palacio de la Moncloa, donde se reunió con el presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
La noticia, que el mandatario venezolano calificó de "tremenda", indica que las reservas encontradas en el Golfo de Venezuela, donde se perfora el proyecto gasífero Rafael Urdaneta, podrían ubicarse entre siete y ocho billones de pies cúbicos de gas, equivalentes a entre 1.200 y 1.400 millones de barriles de petróleo o el consumo de España durante cinco años.
El hallazgo es el más importante realizado por la empresa española en su historia y, como destacó Chávez, esas "reservas de gas, al ritmo que llevan los descubrimientos científicos certificados, colocarán al país entre los cinco grandes gigantes productores del mundo ( )".
"Ya somos el primero en reservas de petróleo y ahora vamos a estar entre los primeros del mundo del gas", añadió.
A continuación hizo referencia a otras actividades económicas comunes a los dos países, recordando las inversiones en ferrocarriles, el metro (tren subterráneo) de Caracas y el de la vecina Guarenas, así como de las proyectadas en vivienda y energía eólica.
Por ello, y teniendo en cuenta el desarrollo español, el mandatario confirmó su voluntad de "trabajar con España, no sólo en Venezuela, sino también en otros países de América Latina, y llevando energía alternativa".
También explicó, ante una consulta, que Repsol participa en el cuantiosos yacimiento encontrado en "condiciones de igualdad, de hermandad, eso es lo que queremos". Al preguntarle uno de los periodistas si habría riesgos de nacionalización respondió que no, porque así lo establece la legislación venezolana.
Fuentes de la comitiva que acompañó a Chávez precisaron que en la explotación de la reserva tendrá un 35 por ciento la firma estatal Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa), mientras que Repsol y la italiana ENI se reparten el resto en partes iguales.
Pero así como en el plano económico todo fueron alegrías y acuerdos, en el político se mostraron claras diferencias, aunque sin escándalos.
En el diálogo entre Zapatero y Chávez, el primero hizo clara su posición contraria a la ruptura de relaciones entre Venezuela y Colombia, a causa del acuerdo firmado por el último país con Estados Unidos para que use sus bases militares.
Sobre Honduras, Zapatero le manifestó con claridad a Chávez que el gobierno español condena el golpe de Estado y se pronuncia porque lo antes posible se recupere la democracia en ese país con la reinstalación de Manuel Zelaya en la presidencia.
Respecto del conflicto entre Colombia y Venezuela, el gobernante español le expresó al visitante que está dispuesto a colaborar en todo lo que se solicite para que el diálogo avance y se llegue a un acuerdo lo antes posible.
España ya fue varias veces facilitadora del diálogo entre países enfrentados en América Latina y el Caribe, destacándose la participación en el proceso de paz en América Central a fines de los años 80.
Tomando en cuenta las dificultades existentes en esa región en la actualidad, Zapatero le planteó a Chávez que considera muy importante que Venezuela apoye la cumbre entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea (UE), prevista para 2010, cuando España tendrá la presidencia temporal de ese último bloque.
El objetivo perseguido es que en esa Cumbre, le dijo Zapatero, se refuerce, amplíen e impulsen las relaciones inter-regionales en los ámbitos económicos, políticos, sociales y culturales.
El presidente venezolano respondió que lo tendría en cuenta, dijeron a IPS miembros de la comitiva venezolana.
Otro tema sobre el que intercambiaron opiniones es el ambiental y estuvieron de acuerdo en trabajar activamente para el éxito de la cumbre convocada para el 22 de este mes en Nueva York por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, así como para el de la conferencia de Copenhague en diciembre, sobre el mismo asunto.
Chávez subrayó que hay que borrar la idea de que España es la puerta de América Latina hacia Europa, pues "nosotros no necesitamos de esas puertas, no debemos seguir repitiendo clichés colonialistas. Andamos en condiciones de igualdad".
Esa posición del presidente venezolano contradice la idea impulsada en las Cumbres Iberoamericanas de que España, siendo miembro pleno de la Comunidad Iberoamericana y también de la UE tiene la responsabilidad de plantear dentro de ese bloque las posiciones latinoamericanas y también a la inversa. O sea ser "una puerta o una bisagra", como se dice coloquialmente.
Cuando pasó por la Casa del Libro, Chávez denunció que existe una gran campaña mediática en su contra y que hay gobiernos europeos que utilizan mentiras y tergiversaciones de la derecha internacional para perjudicar a América Latina. Y, sin pelos en la lengua, afirmó que "el Estado español es igual a los demás".
Simultáneamente, el embajador venezolano, Isaías Rodríguez, emitió un comunicado en el que dice que están esperando de España "la comprensión a nuestros procesos y la solidaridad con nuestros pueblos".
En el texto se indica, además, que la presidencia española de la UE es una oportunidad "para que Europa no nos vea sólo como un mercado, sino como un continente y que reconozca en nosotros la dignidad que tienen nuestros gobiernos. En todo caso, tanto desde el lado venezolano como del español se consideran superadas las divergencias surgidas en Santiago de Chile, en 2007, cuando el rey Juan Carlos le pidió a los gritos, en medio de la sesión plenaria de la Cumbre Iberoamericana, que no interrumpiera a Zapatero en el uso de la palabra con el ya famoso "¿¡por qué no te callas!?".
Este acercamiento se pudo apreciar en los encuentros entre ambos gobernantes celebrados este viernes, aunque los grupos afines a Chávez que, poco numerosos, se manifestaron frente a su hotel lanzaron gritos a favor de la revolución socialista y en contra del Rey y de Estados Unidos.