En una acción que tendrá repercusiones estratégicas, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puso fin este jueves a los planes de desplegar un sistema de defensa antimisiles de largo alcance en Polonia y República Checa.
Estados Unidos pondrá rápidamente en su lugar lo que Obama mencionó como "sistemas probados y efectivos en costos" en Europa y posiblemente más allá para neutralizar posibles ataques de misiles iraníes de corto y mediano alcance, cuyo desarrollo ha buscado la república islámica.
"Nuestra nueva estructura misilística de defensa en Europa suministrará protección más veloz, inteligente y poderosa para las fuerzas estadounidenses y para sus aliados", dijo Obama, subrayando que el secretario (ministro) de Defensa, Robert Gates, y los jefes de las Fuerzas Armadas habían recomendado la adopción de una nueva estrategia.
Gates fungió como jefe del Pentágono entre 2006 y 2009 bajo el gobierno de George W. Bush (2001-2009) responsable del plan desechado este jueves por Obama.
Para el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Anders Fogh Rasmussen, se trata de un "paso positivo". El Kremlin también reaccionó favorablemente, y sus portavoces indicaron que así desaparecía un gran elemento de irritación en las relaciones entre Washington y Moscú.
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Las autoridades de Rusia aseguraban que el plan de Bush iba dirigido prioritariamente contra ese país, y no contra Irán u otros "estados díscolos" capaces de adquirir tecnología para lanzar misiles balísticos intercontinentales con ojivas nucleares, como alegaba Washington.
"Hemos dicho varias veces a Rusia que sus preocupaciones sobre nuestros anteriores programas antimisiles eran infundadas", dijo Obama.
"Nuestro propósito claro era la amenaza que entraña el programa de misiles balísticos de Irán, y lo seguirá siendo", agregó. Esperamos contar con "la cooperación de Rusia para otorgar a este sistema la capacidad de convertirse en una más amplia defensa de nuestros intereses estratégicos comunes, mientras continuamos nuestros esfuerzos conjuntos para poner fin al ilícito proyecto nuclear iraní", dijo el mandatario.
Los impulsores del plan reaccionaron con estupor, afirmando que tanto Teherán como Moscú se beneficiarían a expensas de Estados Unidos y de sus aliados.
La decisión es "peligrosa y miope", pues "no sólo deja vulnerable a Estados Unidos, sino que atrasa el reloj a los tiempos de la Guerra Fría", dijo el senador del opositor Partido Republicano, Jon Kyl.
El ex embajador de la administración Bush ante las Naciones Unidas, John Bolton, consideró que se trata de una "capitulación preventiva" y de "una conveniente cortina de humo para hacer (lo que el gobierno de Obama) quería hacer de cualquier modo: renunciar a nuestra defensa misilística con la esperanza de que los rusos sean buenos con nosotros".
"Es una concesión a los rusos sin pedirles nada a cambio", dijo Bolton a la cadena británica BBC de radio y televisión.
La decisión se tomó tras una amplia revisión que efectuaron los principales consejeros de seguridad de Obama de la estrategia de Washington y en especial del polémico plan de Bush de desplegar un complejo sistema de intercepción guiado por radares y desplegado en bases terrestres en Polonia y en la República Checa.
Ese sistema, nunca sometido a pruebas, debía estar en funciones para 2012. Mientras algunos líderes de esos dos países europeos lo consideraban una señal del compromiso de Washington con su protección contra las presiones de Moscú, sus parlamentos nunca ratificaron los acuerdos indispensables para instalar las bases.
Mientras, el peligro inminente que dio origen a ese plan —los misiles iraníes de largo alcance— parece menos grave, según las últimas evaluaciones gubernamentales e independientes sobre el programa misilístico de Teherán. El más reciente considera que Irán no contará con un armamento estratégico de este tipo por lo menos hasta 2015.
"Hubiera sido muy imprudente proseguir con el plan del gobierno de Bush e instalar a las apuradas un sistema de intercepción en Polonia para un peligro que ni siquiera existe", indicó el investigador Tom Collina, director de la no gubernamental Asociación para el Control de Armas (ACA).
Teherán, por su parte, ha logrado más avances en misiles de corto y medio alcance que, en teoría, podría lanzar contra objetivos más próximos, como el sur de Europa, Israel, algunos de los países árabes aliados de Estados Unidos en Medio Oriente y en el golfo Pérsico/Arábigo, o contra las tropas estadounidenses en Iraq y Afganistán.
"Paradójicamente, el plan de Bush no hizo nada por afrontar estos peligros", subrayó Gregory Thielmann, ex analista de inteligencia de alto nivel del Departamento de Estado (cancillería) que ahora trabaja para la ACA.
Según Joe Cirincione, experto en proliferación nuclear que dirige el Ploughshares Fund, con sede en Washington, el nuevo plan adopta "una postura más agresiva" que el de Bush contra los presuntos peligros de los misiles iraníes.
"Veremos que el gobierno de Obama despliega defensas misilísticas mucho más rápidamente contra Irán", dijo Cirincione, ex asesor de la campaña electoral de Obama, en una teleconferencia organizada por la National Security Network (Red de Seguridad Nacional). Y agregó que esperaba para 2011 la instalación en el mar Negro de sistemas Aegis de defensa contra misiles balísticos.
Gates sostuvo en una conferencia de prensa en el Pentágono que el nuevo sistema incluiría también dispositivos defensivos en Europa.
La decisión del presidente estadounidense ayudará sin duda a recomenzar mejores relaciones entre Moscú y Washington cuando los dos gobiernos inician negociaciones bilaterales para reducir sus arsenales nucleares.
Pero no está claro si puede vencer las resistencias del Kremlin a imponer nuevas sanciones a Teherán, en caso de que fracasen las negociaciones con Irán sobre su programa de energía nuclear, que empezarán el 1 de octubre.
Varios altos funcionarios de Obama ahora asignados al programa nuclear iraní, habían sugerido antes de ser nombrados que Washington debía prepararse a renunciar al sistema de defensa de Bush para Polonia y República Checa a cambio de una cooperación mayor de Moscú en este terreno.
Otro asunto importante que emerge del anuncio de este jueves es la reacción de Varsovia, Praga y de otras capitales del ex bloque socialista europeo, preocupadas por la creciente presencia y dominación de Rusia en su vecindario.
Obama, que se comunicó personalmente con los jefes de gobierno de Polonia y República Checa antes de efectuar su anuncio, ha enviado altos funcionarios a la región para tranquilizarlos y asegurarles que Washington sigue comprometido con su defensa.
Estados Unidos está obligado a proporcionar protección a esas naciones de Europa oriental que forman parte de la OTAN.