Una coalición de 125 grupos de la sociedad civil de 50 países instó a los gobiernos participantes en las negociaciones de comercio internacional que comenzaron este jueves en Nueva Delhi a rechazar la liberalización de los alimentos y a adoptar políticas que garanticen la seguridad alimentaria y el desarrollo rural.
Las políticas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) provocaron el "fracaso del sistema agrícola mundial, con la extrema volatilidad de los mercados de materias primas, la falta de acceso a los alimentos nutritivos y a bajo costo, el incremento del hambre y la erosión del ingreso de los productores", señalaron las organizaciones no gubernamentales (ONG), 13 de ellas de África, en una carta enviada a los 36 países que asisten a la reunión ministerial.
"Estas políticas derivaron en la crisis alimentaria mundial que enfrentamos hoy, por la cual unas 30.000 personas mueren cada día por causas derivadas de la pobreza, muchas debido a la desnutrición y el hambre", agregaron.
"La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) calcula que más de 1.000 millones de personas padecen hambre ahora, y otras 150 millones sufren hambre como consecuencia de la crisis alimentaria actual", indicaron las ONG.
El nuevo ministro de Comercio de India, Anand Sharma, preside la conferencia que se extenderá hasta este viernes y que constituye otro esfuerzo por acelerar las conflictivas negociaciones de la Ronda de Doha de negociaciones comerciales internacionales de la OMC antes de la séptima reunión ministerial de esta organización, prevista para fines de noviembre en Ginebra.
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De los 36 países invitados, sólo cinco son africanos: Burkina Faso, Nigeria, Sudáfrica, Tanzania y Zimbabwe.
Las negociaciones se centrarán en los dos temas principales que han paralizado a la Ronda: la agricultura y los productos industriales, conocidos como NAMA (siglas en inglés de acceso al mercado no agrícola).
"Es la primera mini-conferencia ministerial celebrada en un país en desarrollo", dijo Linu Mathew Philip, del no gubernamental Centro para el Comercio y el Desarrollo, con sede en Nueva Delhi.
"Ocurre en el contexto de nuevas administraciones políticas en Estados Unidos e India. Tiene lugar cuando el mundo padece una recesión mundial. Pero hay pesimismo porque muchos problemas siguen sin abordarse", agregó.
Los signatarios de la carta argumentaron que las negociaciones actuales de la OMC no constituyen una "ronda de desarrollo" y que una mayor liberalización del comercio no ayudará a los países pobres a recuperarse de la crisis económica y alimentaria.
La liberalización del comercio agrícola llevó a la eliminación de los organismos reguladores de las materias primas que ayudaban a administrar la oferta y que fueron reemplazados por mercados volátiles y especulativos, señalaron.
Asimismo, el sistema agrícola internacional permite que los países ricos subsidien a sus productores. Los productos subsidiados ingresan a los mercados de las naciones en desarrollo, lo cual "representa una competencia desleal para los agricultores locales", fomenta el hambre y destruye sus medios de sustento, asegura la carta.
Las ONG subrayaron que, cuando existen restricciones a los subsidios a la exportación, Estados Unidos y la Unión Europea las violan y hacen que sus productos agrícolas compitan deslealmente en los mercados en desarrollo.
Otro grave problema, en opinión de las entidades de la sociedad civil, radica en que el sistema de comercio mundial no permite a los países en desarrollo proteger y apoyar la producción local de alimentos para consumo propio.
Aunque esto provocó la crisis alimentaria y la erosión del ingreso de los agricultores, el Norte industrializado sigue forzando la apertura de los mercados del Sur en desarrollo, mientras se niega a reducir los subsidios que proporciona a sus exportaciones agrícolas.
El Grupo de los 33 (G-33), en realidad una coalición de más de 45 países, organiza la resistencia a estas políticas y actividades dentro de la OMC. De este modo, presiona para que se implementen productos especiales y mecanismos de salvaguardas especiales que permitan a los países pobres adoptar medidas de protección en tiempos de aumento de importaciones o, directamente, de crisis.
"La unidad entre estos países —apoyados por una coalición aún más grande, de más de 100 países—, es un paso esencial hacia la mejora del actual sistema de comercio agrícola", enfatizan los firmantes. Pero esto es precisamente lo que los países ricos no quieren, y que en julio de 2008 llevó al estancamiento de la Ronda de Doha.
Otra coalición de organizaciones no gubernamentales lideradas por la Red del Tercer Mundo y Focus on the Global South advierte que "en los últimos borradores (del texto en negociación), las disposiciones buscaron proteger los medios de sustento de los agricultores, como los productos especiales y los mecanismos de salvaguardas especiales quedaron sin efecto".
Esta coalición organizó una reunión estratégica el miércoles en Nueva Delhi, un día antes de la mini-conferencia ministerial.
Para los firmantes de la misiva, la solución radica en la soberanía alimentaria y en la posibilidad de que los países en desarrollo exoneren a muchos productos del comercio mundial, cuando son esenciales para la seguridad alimentaria, desarrollo rural y medio de sustento de sus propios agricultores.
También exigen un "sistema de comercio mundial que discipline el comportamiento corporativo", poner fin a la competencia desleal ("dumping") y a los subsidios a las exportaciones de los países industrializados en todas sus formas, especialmente los que atañen al algodón de los países ricos, que perjudican a los productores de África occidental.
Estas organizaciones no gubernamentales también quieren nuevas regulaciones en el mercado, como imponer nuevos límites a la especulación en los mercados de materias primas, como muchos países africanos propusieron ante la OMC.
En cuanto a las negociaciones no agrícolas, que incluyen a las reservas pesqueras, además de otros recursos naturales y productos industriales, "las reducciones arancelarias y otros reclamos obligarán a los países en desarrollo a reducir sus actuales impuestos aduaneros en algunos casos y ofrecerán acceso a sus mercados a los 153 países miembro de la OMC", advirtieron Focus on the Global South y la Red del Tercer Mundo.
"Esto tendrá un impacto enorme sobre nuestros sectores organizado y no organizado, y en el futuro de nuestros sectores manufacturero y pesquero. En un momento en que (India) se aparta de la crisis financiera y agraria, la prisa del ministro Sharma por concluir las conversaciones de Doha es inaceptable", sostuvieron.
Estas organizaciones no gubernamentales dijeron que en los primeros años de la Ronda de Doha (lanzada en 2001) India adoptó una posición progresista, defendiendo sus propios intereses nacionales y también los del mundo en desarrollo.
"Pero desde que el gobierno de la UPA (Alianza Unida Progresista) asumió el poder en 2004, se produjo una constante espiral hacia abajo en las posiciones de India sobre las áreas clave que eran objeto de negociación: agricultura, aranceles industriales, servicios y propiedad intelectual. Organizaciones agrícolas, sindicatos y movimientos sociales deberían presionar al gobierno de la UPA para proteger los derechos de los cultivadores y de todos los trabajadores", agregaron.