SIDA-ASIA: Estigma y recesión entorpecen acceso a tratamiento

La crisis financiera mundial y los problemas para llegar a la gente más necesitada, casi siempre la más discriminada, son los mayores obstáculos de la lucha contra el sida en Asia y el Pacífico.

Esa fue la evaluación realizada este lunes por varios expertos, que coincidieron en señalar el avance regional en materia de cantidad de tratamientos antirretrovirales contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Los especialistas se reunieron en el Noveno Congreso Internacional sobre el Sida en Asia y el Pacífico, que se inició el domingo y continuará hasta este jueves en la isla indonesia de Bali.

Es la mayor conferencia regional sobre la pandemia, con la participación de más de 4.000 personas, entre especialistas en salud pública, investigadores, organizadores comunitarios, activistas y funcionarios de agencias de desarrollo.

Los concurrentes reconocieron que Asia-Pacífico ha logrado importantes avances hacia el objetivo de brindar un acceso universal al tratamiento para abatir la proliferación del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) en el organismo humano.
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Esas terapias, que suelen combinar varios fármacos contra el retrovirus, reducen drásticamente la mortalidad, frenando el desarrollo de la enfermedad y por tanto las condiciones propicias para las infecciones oportunistas que atacan a las personas con sistemas inmunitarios deprimidos.

La cantidad de pacientes con terapias antirretrovirales llega hoy a 565.000 en la región, el triple que en 2003, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).

Con este avance, cumplir con el acceso universal al tratamiento no es una mera aspiración, sostuvo JVR Prasada Rao, director del Equipo de Apoyo Regional para Asia-Pacífico de Onusida.

"Los progresos muestran que en esta región el acceso universal es posible, no una utopía", agregó Michel Kazatchkine, director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

El 2 de junio de 2006, los estados miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reunidos en la Asamblea General suscribieron un compromiso de trabajar para lograr en 2010 el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo a las personas con VIH/sida.

Buena parte del avance regional corresponde a países como Camboya, Laos y Tailandia, que han conseguido brindar medicamentos antirretrovirales a 80 por ciento de quienes los necesitan.

Pero aunque esos logros pueden ser motivo de optimismo, los expertos también señalaron que Asia-Pacífico puede tener un desempeño mucho mejor en prevención, atención y apoyo, los otros componentes del objetivo. En toda la región, estos aspectos se ven debilitados por el estigma y la discriminación, así como por la falta de protección legal que coloca en situaciones de riesgo a grupos como los usuarios de drogas, los trabajadores sexuales y los hombres homosexuales.

También los perjudican las limitaciones de recursos que enfrentan los gobiernos en una época de recesión.

"Necesitamos llegar a los hombres que tienen sexo con hombres, a los usuarios de drogas intravenosas y a los trabajadores sexuales, y disponer del marco legal adecuado para asegurarles el acceso universal" a prevención, tratamiento, atención y apoyo, dijo Kazatchkine.

Esto no es posible si el uso de drogas sigue siendo castigado con la pena de muerte en muchos países asiáticos, agregó. Compartir jeringas es una de las principales formas de transmisión del VIH.

En 2007, Indonesia tuvo la cifra más alta de Asia de consumidores de drogas infectados con VIH: 60 por ciento. Le siguió Birmania, con casi 50 por ciento. Afganistán tiene un millón de usuarios, de los cuales unos 120.000 se las inyectan.

Además, 12 países de la región tienen leyes que criminalizan a los homosexuales.

Sin embargo hay algunas buenas noticias, como la decisión de la Alta Corte de Nueva Delhi de revocar una sección del Código Penal indio que penalizaba las relaciones homosexuales. Taiwán tiene una nueva ley que concede a los trabajadores sexuales los mismos derechos que a sus clientes. Nepal reconoció los derechos constitucionales de las minorías sexuales y de género.

"Los jóvenes que están fuera de la escuela, los niños de la calle, las y los jóvenes trabajadores sexuales, incluidos hombres jóvenes que tienen sexo con hombres, tienen diferentes necesidades. Pero también tienen los mismos derechos", dijo la coordinadora de la campaña de jóvenes, Liping Mian.

Las mujeres —entre ellas las embarazadas— y la juventud requieren también un abordaje diferente. Cincuenta millones de mujeres, que representan 34 por ciento de todas las personas infectadas en la región, fueron puestas en riesgo por sus compañeros sexuales, señaló Onusida.

David Cooper, del Centro Nacional de Epidemiología e Investigación Clínica sobre VIH de la Universidad de Gales del Sur, atenuó parte del optimismo de las instituciones oficiales de desarrollo.

Cooper señaló algunas brechas preocupantes: la gente más pobre se beneficia menos de las medicinas y los cuidados que prolongan entre 12 y 20 años la expectativa de vida de las personas con VIH/sida.

"Ahora tenemos todos los fármacos disponibles, pero no estamos tratando a niños con VIH ni a quienes pertenecen a los sectores de medianos y bajos ingresos", dijo Cooper.

"Tenemos que desempeñarnos mejor, no lo estamos haciendo con las embarazadas y los niños. Se debería ampliar la estrategia de prevención", agregó.

"No estamos ni cerca del acceso universal en esta región", enfatizó.

Los debates sobre cómo mejorar las respuestas a la pandemia casi 30 años después de declarada, se desarrollan en el contexto de la crisis financiera mundial, que ejerce una presión adicional sobre los ya escasos recursos de los países en desarrollo.

El Onusida espera que el Fondo Mundial aporte "un financiamiento mucho mayor", que pueda ayudar a que más personas tengan tratamientos en Asia, dijo.

Pero el médico indonesio Samsuridjal Djauzi, copresidente del Noveno Congreso, señaló que se debería "debatir cómo movilizar otros recursos" a fin de continuar con los programas y alcanzar los objetivos de acceso universal.

Indonesia es uno de los países que espera alcanzar la meta en 2010. La prevalencia del VIH es baja en este país, de 0,2 por ciento, y la mortalidad disminuyó de 46 por ciento en 2006 a 17 por ciento en 2008, gracias a las terapias antirretrovirales.

"La crisis financiera no puede ser una excusa para gastar menos en salud. Es importante que no echemos por la borda los triunfos que hemos cosechado", destacó Kazatchkine.

En la inauguración del Congreso, el domingo por la noche, el presidente indonesio Susilo Bambang Yudhoyono dijo que el liderazgo es clave para prevenir y hacer frente al VIH/sida.

"La mejor manera de asestarle un golpe al sida es con una conducción clara. Sin ella, el combate se vuelve esporádico, reactivo, sin objetivo, carente de recursos, y terminará perdiendo impulso", sostuvo.

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