«Yo era la mujer, la esposa y la madre perfecta. Desde los 19 años estoy en pareja y tengo cinco hijos que ahora son adultos. Invisibilizada, sin salario ni retribución de la sociedad, perdí muchos años de desarrollo de mis capacidades y de mi persona, sin ser conciente de eso», cuenta Leonor Rodríguez.
«Viví el ámbito doméstico y lo disfruté, pero hoy me pregunto si alguna vez opté por eso o actué condicionadamente cumpliendo ese rol de cuidadora para siempre», se cuestiona quien hoy es coordinadora de una red de mujeres del departamento de Canelones, el segundo distrito en importancia de Uruguay, contiguo a Montevideo.
«¿Qué ventajas tiene quién se queda cuidando esa unidad de desarrollo básico que es la familia?», continúa Rodríguez en entrevista con IPS.
[related_articles]Sólo después de mucho tiempo de cumplir ese papel en la familia pudo ser conciente de lo que eso significaba. Fue hace 20 años, en un ámbito de participación ciudadana, que ella tuvo la oportunidad de integrarse a un grupo donde surgieron reflexiones internas sobre el rol de la mujer en la sociedad.
«Ese grupo no lo deshicimos más y de a poco se fue convirtiendo en lo que es hoy la red de mujeres Canarias en Movimiento», nombre que toma el apodo de los habitantes de Canelones por la importancia de la inmigración desde esas islas españolas en la zona.
Para esta militante feminista, «ese proceso fue muy duro». En mi interna familiar tuve que negociar muchas cosas, pero la calidad de vida mía y de mi familia mejoró, porque ahora todos respetamos el derecho del otro y de la otra, mirando el mundo de forma diversa, sin excluir a nadie por su condición», explica.
«Fue un avance muy importante y un cambio fundamental. Ahí empecé a trabajar duramente para multiplicar y difundir las experiencias de mujeres que habíamos hecho este proceso», apunta.
La incorporación de un área de género y equidad en la estructura de gobierno de Canelones, el desarrollo de políticas que fortalezcan la salud sexual y reproductiva y la libre determinación de las mujeres sobre este tema, además de la lucha contra la violencia doméstica, son ejes prioritarios de la red de mujeres Canarias en Movimiento.
Si bien Rodríguez reconoce que se han dado algunos pasos positivos en el tema, asegura que aún falta voluntad política para profundizar la tarea.
«En el tema de género se ha avanzado muchísimo en lo declarativo, pero no en la actitud, que por lo general no es coherente con ese discurso. Después de que la declaración y la voluntad política aparece explícita, pasa nuevamente a ser patrimonio de la sociedad civil y del movimiento de mujeres, a la interna de la institucionalidad es terriblemente dificultoso que alguien levante esta bandera», sostiene.
[pullquote]1[/pullquote]En ese sentido, Canarias en Movimiento es el grupo que está permanentemente poniendo el tema sobre la mesa, incidiendo oportunamente y colocando en evidencia algunas contradicciones, cumpliendo nuestro rol de control ciudadano. Es un desgaste mayor, pero seguimos porque estamos convencidas de que hay que hacerlo mientras no se consigan más alianzas», dice.
LAS RELEGADAS DE SIEMPRE
A su entender la división sexual del trabajo remite a las mujeres a un rol reproductivo y de cuidados a lo largo de toda su vida y al hombre lo coloca en los espacios públicos, vinculado al trabajo, lo político y a la libertad de su ocio.
«Eso nos condiciona fuertemente. Si no damos oportunidades desde todos los ámbitos para que eso cambie va a ser mucho más largo el camino del cambio, porque evidentemente no somos las grandes mayorías las que planteamos estas cuestiones», comenta.
«Se ve especialmente hoy, en un escenario político donde se reduce y se corren las oportunidades de las mujeres en la oferta partidaria», opina, haciendo referencia a las escasez de candidatas en las listas para las elecciones generales de fines de octubre en Uruguay.
Rodríguez enumera que son muchas las dificultades que las mujeres encuentran en su desarrollo.
«Para tener oportunidades tenés que participar de los contextos. Si realmente estas excluida o te discriminan de esos contextos, no tenés oportunidad de desarrollarte igual que los varones. Si no logramos modificar algunas pautas culturales tan fuertemente arraigadas en un sistema patriarcal que todo lo determina, las mujeres vamos a seguir siendo las más discriminadas, las más pobres y las más afectadas. Esa base de discriminación opera en el desarrollo de todas las mujeres», señala.
A modo de ejemplo, Rodríguez recuerda que en Uruguay las mujeres son las que tienen las mejores calificaciones de toda la matrícula universitaria, pero sin embargo cuando quieren desarrollar esa práctica no tienen el mismo éxito que los hombres y para eso requieren de un sacrificio mayor.
«Si hoy a una mujer le preguntas donde le gustaría estar, si en el espacio doméstico o político, de pronto contesta en lo primero porque es lo que tiene incorporado, donde se siente más segura, porque de lo otro nunca tuvo ni la oportunidad de poner el ojo, de eso estamos hablando y esa barrera todavía no se ha bajado», sostiene.
«En nuestro país, más allá de los discursos que son muy amorosos y parece que estamos todas incluidas en todo, la realidad es distinta. Si se compara el discurso y la realidad se ve que hay dificultades en los avances», considera.
[pullquote]2[/pullquote]Rodríguez opinó que todavía falta muchísimo para lograr revertir esta situación de discriminación. «Si no hay mujeres en el ámbito de toma de decisiones, más difícil va a ser la aplicación de políticas que promuevan una transformación cultural y social. Al paso que venimos, al 2030 todavía llegaremos a tener una participación significativa».
NINGUNEOS POR IZQUIERDA
En la misma línea, la directora de Mujer y Salud en Uruguay y coordinadora ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguimiento, Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía, Lilián Abracinskas, dijo a IPS que fue un logro del movimiento feminista haber puesto el tema de género en la agenda política, aunque después no pase de los discursos políticos.
«Que este tema esté en el discurso político no está mal, porque empieza a tener visibilidad es un avance, pero no se tradujo en una prioridad pública ni en una voluntad política. No tenemos avances y hay riesgos de retroceso», señala.
Abracinskas dio como ejemplo el veto que el presidente de Uruguay, el socialista Tabaré Vázquez, puso sobre la ley de Salud Sexual y Reproductiva aprobada en el Parlamento, que permitía, entre otras cosas, la libre determinación de las mujeres sobre sus cuerpos.
Otro signo de retroceso es, a su entender, la falta de mujeres en la propuesta electoral. «Hoy por hoy las mujeres dentro de los partidos políticos y sindicatos están enojadas porque el ninguneo es enorme», afirma.
«Los gobiernos de izquierda suelen ser tan conservadores como los de derecha en este sentido», opinó, en referencia a las expectativas que había en este aspecto cuando en 2005 asumió por primera vez la presidencia un representante de esa corriente ideológica, Vázquez, líder del Frente Amplio.
Para avanzar hacia la equidad de género, Abracinskas consideró que «habría que aumentar la capacidad de exigibilidad de derechos por parte de las mujeres, que eso se exprese y empiece a condicionar en las políticas».
A su entender las políticas de género que se han impulsado desde el actual gobierno nacional han sido «muy tibias, leves y de bajo nivel de resultados».
En cambio, Carmen Beramendi, directora del Instituto de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social, entiende que se han logrado avances significativos en la equidad de género.
«Pasamos de una lógica de gobierno donde los temas de género ni existían a integrarlos permanentemente a la agenda de políticas públicas. La herramienta para eso fue el Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos, respaldado por una ley, que funciona como una hoja de ruta, una guía para la implementación de políticas que combatan la discriminación de la mujer por el hecho de ser mujer», dijo Beramendi a IPS.
Explica que este plan, incorporado al presupuesto nacional, obliga a que todas las políticas públicas deban establecer compromisos concretos en materia de igualdad de genero.
Por otra parte mencionó que se estableció un sello de calidad con equidad que es otorgado tanto a empresas estatales como privadas, que incluyen procedimientos para erradicar la discriminación de género. Además consideró que se han dado avances significativos en la respuesta a la violencia doméstica.
Según la funcionaria, combatir la desigualdad de género «es un trabajo de largo aliento» y consideró que «sin duda existe un discurso que incorpora el género como algo políticamente correcto».
En lo que tiene que ver con la representación política dijo que «estamos ante una nueva restauración machista y tenemos un gran debe en términos de participación política femenina». A su entender todavía falta avanzar mucho.
«Queremos que los mecanismos de género se vinculen directamente a los organismos de toma de decisiones. Así como también hay que destinarle más recursos económicos a las políticas de género para poder revertir las desigualdades», concluyó.