SOCIEDAD-AMÉRICA LATINA: Integración bipolar

Los latinoamericanos aprueban en su mayoría la integración económica regional y se muestran dispuestos a hacer concesiones, pero desconfían de la cooperación política y se resisten a la libre circulación fronteriza de personas, según una investigación divulgada este martes en la capital chilena.

"La gente quiere cada día menos integración política y cada vez más integración económica", resumió ante una consulta de IPS la directora de la Corporación Latinobarómetro, Marta Lagos, tras la presentación del trabajo recopilado el año pasado por la entidad.

El latinoamericano "dice 'quiero bienes, tráiganme bienes; no me traigan problemas, no me traigan política, no me traigan gente, tráiganme bienes'", graficó la socióloga chilena, quien cree que estos resultados debieran ser recogidos por los líderes políticos de la región para promover políticas de acercamiento y confianza entre los pueblos.

"El impacto negativo de (Hugo) Chávez (presidente de Venezuela) es fatal para estos temas de la integración", porque "ha polarizado" a la región, opinó Lagos, a cargo del estudio denominado "América Latina mira al mundo. La Economía y la Política de las Relaciones Internacionales", para el cual se entrevistó cara a cara a 20.000 personas de 18 países entre el 1 de septiembre y el 11 de octubre.

Una mayoría de 73 por ciento de consultados aprobaron la integración económica, porcentaje que ha variado en la década entre 70 por ciento en 2002 y 85 por ciento en 2005.

Asimismo, 67 por ciento de ellos dijeron que "es posible avanzar en la integración de la región", voluntad que, sin embargo, no se traduce en políticas concretas por parte de los países.

Consultados sobre si están dispuestos a hacer concesiones para avanzar en la integración, 60 por ciento de los latinoamericanos respondieron favorablemente, seis puntos porcentuales más que en 2007. Aunque constituyen una mayoría al alza, es evidente que no todos los que aprueban la integración están dispuestos a hacer concesiones, observó Lagos.

Los más dispuestos a la integración son los uruguayos, ya que 85 por ciento de ellos dicen estar "muy y algo a favor" de la idea, seguido de los paraguayos con 83 por ciento, los chilenos y argentinos con 82 por ciento, y los colombianos con 80 por ciento.

Ante la pregunta "¿hay algún país con el cual no debería integrarse nunca?", el 29 por ciento de los consultados respondieron que ninguno y 30 por ciento que no saben o no responden. Sólo tres países concentraron el rechazo: Estados Unidos, con 10 por ciento, y Cuba y Venezuela, con ocho por ciento.

Los más dispuestos a hacer concesiones son los venezolanos, 75 por ciento, seguidos de 72 por ciento de los dominicanos, 68 por ciento de los uruguayos, 67 por ciento de los colombianos, 64 por ciento de los ecuatorianos y costarricenses, 63 por ciento de los brasileños, y 62 por ciento de los mexicanos.

En la otra vereda, los chilenos lideran la lista de quienes consideran que es preferible no avanzar si es necesario hacer concesiones, con 28 por ciento, seguidos de los salvadoreños con 27, los argentinos con 26, los hondureños con 23, los mexicanos y los paraguayos con 22, y los brasileños con 21 por ciento.

En cuanto a la cooperación política, el porcentaje de latinoamericanos que la miran con buenos ojos bajó de 71 por ciento en 2002 a 60 por ciento en 2008.

Habitantes de países del Cono Sur de América, como Argentina, Paraguay y Uruguay, además de Colombia, mostraron alta disposición a la cooperación política, entre 70 y 80 por ciento, a diferencia de algunas naciones centroamericanas, como Honduras, Guatemala y Panamá, donde el porcentaje bordeó 50 por ciento.

La búsqueda de una solución al problema de la energía puede ayudar a la integración regional, señalaron la gran mayoría de los entrevistados. Asimismo, 69 por ciento de ellos aprobaron las inversiones trasnacionales y 57 por ciento la creación de un Banco Central Sudamericano.

Pero sólo 46 por ciento de los latinoamericanos consultados se mostraron proclives a la libre circulación de los ciudadanos por las fronteras, apenas dos puntos más que en 2007.

Esto último es patente en Venezuela, donde sólo 31 por ciento de los encuestados apoyaron la idea, seguido de Ecuador con 32 por ciento, Argentina con 35, Paraguay con 36 y Chile con 38 por ciento. En Panamá, sólo 23 por ciento de los entrevistados la consideran un desafío de la integración.

Estas cifras son consistentes con la opinión sobre las fronteras: 84 por ciento de los ciudadanos señalaron que se debe tener respeto por los límites territoriales.

Según Lagos, América Latina es la región más desconfiada del mundo. "Mientras no existan políticas de acercamiento de los pueblos, más allá de sus gobernantes, difícilmente aumentará la confianza entre los pueblos y con ello las posibilidades de integración regional", concluyó el estudio.

El Latinobarómetro 2008 también identificó un aumento del interés de los habitantes de la región por la globalización, que pasó de 44 por ciento en 2004 a 53 por ciento en 2008, especialmente entre los hombres adultos jóvenes con menos educación, ya que ésta se ve como una ventana de salida a la pobreza, dijo Lagos.

En cuando a la opinión regional sobre potencias mundiales, en promedio, 62 por ciento de los latinoamericanos dijeron tener una buena imagen de España, porcentaje que baja a 61 puntos en el caso de Japón y a 58 en el caso de Estados Unidos y China.

La opinión positiva de los habitantes de la región sobre Estados Unidos, al final del segundo gobierno de George W. Bush, cayó a su peor nivel desde 1995, siendo la guerra de Iraq iniciada en 2002 el punto de inflexión para ese desempeño.

De todas maneras, las opiniones de los países son totalmente dispares. Mientras 88 por ciento de los dominicanos tienen una postura favorable hacia Estados Unidos, sólo 32 por ciento de los argentinos piensan lo mismo.

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