La respuesta de la comunidad internacional a la crisis económica debe ser equitativa en materia de género, advirtió una red mundial de organizaciones de la sociedad civil, en su mayoría femeninas.
"La ONU, y no las instituciones financieras internacionales, es la que debe liderar este proceso", dijo a IPS Gigi Francisco, coordinadora general de una de esas organizaciones no gubernamentales, Alternativas de Desarrollo para Mujeres en la Nueva Era (DAWN, por sus siglas en inglés).
Francisco aludía a la cumbre que se celebrará del 24 al 26 de este mes en el marco de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para considerar mecanismos para afrontar la crisis financiera y económica mundial.
Para la activista, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) están respondiendo a la recesión mundial como si nada hubiera ocurrido.
Las propuestas de DAWN, detalladas en una declaración de cuatro páginas, incluyen: microfinanzas para las mujeres que han perdido sus trabajos debido a la crisis; un mayor acceso a programas gubernamentales de crédito y la eliminación de la brecha salarial en base al género.
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La red también propuso crear indicadores sobre trabajos pagos y no remunerados en la contabilización de ingresos nacionales y estadísticas de la fuerza laboral, y un presupuesto de paquetes de estímulos fiscales basado en el género.
La declaración también exige el establecimiento de un Consejo Mundial de Coordinación Económica de la ONU, que sea "transparente, responsable y con una representación plena y equitativa para los países en desarrollo, y el involucramiento de organizaciones de defensa de los derechos femeninos y de la sociedad civil".
Francisco dijo que las instituciones financieras internacionales continúan pasando por alto las viejas prescripciones de las redes de seguridad social y la imposición de condiciones "modernizadas".
"Necesitamos nuevas políticas y acuerdos para reestructurar radicalmente la arquitectura mundial financiera, económica y de desarrollo", agregó.
Contrariamente al argumento predominante en Occidente, la ONU es el foro adecuado para discutir estos temas, opinó.
Los países occidentales, entre ellos Estados Unidos y los 27 miembros de la Unión Europea, no serán representados por sus jefes de Estado o de gobierno en la cumbre de la semana próxima.
También expresaron que son las instituciones financieras internacionales, y no la ONU, las que deberían hacer frente a la crisis financiera mundial.
Pero Ernest Corea, ex embajador de Sri Lanka en Estados Unidos, dijo a IPS que una de las razones de tal ausencia es que estas naciones pueden perder la votación en la Asamblea General, donde alrededor de dos tercios de los 192 miembros son países en desarrollo.
También señaló que temen que la Asamblea General pueda adoptar resoluciones adversas a sus intereses sobre la base de "un país, un voto".
Pero en el Banco Mundial y el FMI, el sistema de votación, basado sobre el aporte financiero de cada país al tesoro de esas instituciones, hace prevalecer el interés de los donantes occidentales, explicó Corea.
El FMI no puede ser designado como un "consejo de seguridad" económica, pues está dirigido por sus principales accionistas, dijo en abril Jo Marie Griesgraber, de la Coalición por Nuevas Reglas para las Finanzas Mundiales.
Antes de que el FMI pueda asumir nuevas y mayores responsabilidades, la institución debería cambiar, incluso en su régimen de contrataciones, sostuvo.
La mayoría de los funcionarios del FMI comienzan a trabajar luego de graduarse y siguen allí el resto de su carrera, recordó Griesgraber. "Su persistente política hacia los países pobres creó la recesión y contrajo las economías", agregó.
Mientras, la coalición internacional llama a una reformulación del liderazgo de la ONU en una nueva arquitectura mundial de desarrollo y finanzas que integre plenamente la igualdad de género y los derechos femeninos.
La coalición está integrada por la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la Comunicación, el Foro Político Mundial, la Organización de las Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo, la Red de Organizaciones No Gubernamentales Árabes para el Desarrollo, la Fuerza de Tareas Feministas, el Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza y DAWN.
La decisión de dotar de más recursos al FMI, tomada por el Grupo de los 20 (G-20), tiene profundos defectos, pues perpetúa fallidas políticas económicas neoliberales, refuerza desigualdades estructurales y aumentará el endeudamiento de los países en desarrollo, señala la declaración.
Los miembros del G-20 son los ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales de 19 países —Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía— más así como la Unión Europea, representada por su presidencia rotativa y por el Banco Central Europeo.
"Necesitamos un proceso alternativo, más inclusivo, no impuesto por las instituciones financieras internacionales, que han creado la crisis, sino desde la ONU, que hoy es la única plataforma para un diálogo global genuino y para la gobernanza de los bienes públicos globales", indica el texto.
El proceso debe "consagrar los derechos de las mujeres y los derechos humanos" y asegurar que "cada país, grande o pequeño, tenga voz", señalaron.
"Reconocemos que la crisis financiera y económica representa una oportunidad crítica para hacer cambios estructurales importantes en la arquitectura macroeconómica y financiera para el desarrollo mundial, que refleje principios equitativos y basados sobre los derechos humanos", agregó.