GUANTÁNAMO: Obama en el ojo de la tormenta

La posibilidad de que algunos detenidos en la cárcel de Guantánamo sean liberados en Estados Unidos puso al gobierno de Barack Obama en el ojo del huracán político. Mientras, el presidente estaría considerando reactivar los juicios militares a los prisioneros, que había criticado durante la campaña electoral.

Congresistas del gobernante Partido Demócrata y del opositor Partido Republicano expresaron fuerte oposición al plan de Obama de permitir que unos siete chinos de la etnia uighur, de los 17 que hay en Guantánamo, sean liberados en Estados Unidos como parte de la promesa de cerrar la polémica cárcel el año próximo.

El secretario de Defensa, Robert Gates, confirmó el plan por primera vez, aunque añadió que la decisión final no ha sido tomada. Dijo entender que casi cualquier medida del gobierno referida a Guantánamo sería controvertida, pero subrayó que los uighurs sería perseguidos si regresaban a China. Esa minoría étnica está integrada por musulmanes que hablan turco. "Es difícil para el Departamento de Estado (cancillería) usar el argumento con otros países de que tomen a estas personas que nosotros hemos considerado no peligrosas, si nosotros no queremos tomarlas", dijo Gates ante un subcomité del Senado.

Hay actualmente 17 uighurs en Guantánamo, arrestados en Pakistán en 2002. Si bien se ha declarado que no suponen una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, siguen recluidos debido a que ningún otro país les ha ofrecido asilo.

Una corte de apelaciones concluyó que la admisión de los ex prisioneros en Estados Unidos es un asunto que compete a la ley de inmigración, sobre la cual los tribunales regulares no tienen jurisdicción.
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Los uighurs son originarios del noroeste chino. Beijing ha sido acusado de reprimir sus derechos religiosos y libertades civiles.

Antes de su detención, los uighurs habían viajado a Afganistán, donde recibieron entrenamiento con armas de fuego en un campamento que se informó era liderado por un separatista de esa etnia.

Hay alrededor de 240 presos en Guantánamo. Unos 60, si son liberados, no podrán regresar a su tierra porque podrían sufrir abusos, encarcelamiento o la muerte. Proceden de Afganistán, Arabia Saudita, Argelia, Azerbaiyán, Chad, China y Yemen.

Varias naciones europeas, incluyendo Portugal y Lituania, han anunciado que considerarán recibir a esos detenidos. Otros países, como Alemania, están divididos sobre el tema. Francia recientemente aceptó a un prisionero y la Unión Europea como bloque señaló que consideraría recibir a otros.

El secretario de Justicia de Gran Bretaña, Jack Straw, dijo la semana pasada que su país consideraría aceptar detenidos de Guantánamo si Estados Unidos pedía ayuda para cerrar ese centro de detención.

"Haremos lo mejor de nosotros para apoyar la política del gobierno de Obama de cerrar Guantánamo", señaló Straw. "Si se nos pregunta, por supuesto que consideraremos" recibir detenidos.

Algunos líderes europeos afirman que si los presos han de ser liberados, el lugar debe ser Estados Unidos.

Muchos expertos legales y la mayoría de los defensores de los derechos humanos presionan al gobierno de Obama para que deje en libertad a los presos en suelo estadounidense.

El profesor Francis A. Boyle, de la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago, dijo a IPS: "Obviamente, el gobierno de Estados Unidos no puede enviarlos de regreso a China, donde serán juzgados, lo que violaría nuestras obligaciones bajo el derecho internacional. Y ciertamente no pueden estar detenidos en forma indefinida. Esto violaría sus derechos humanos, lo cual ha hecho la administración de George W. Bush (2001-2009) por varios años".

"La alternativa legal y humanitaria sería concederles asilo político y admitirlos en Estados Unidos", sostuvo Boyle.

Por su parte, Jonathan Hafetz, abogado de la Unión para las Libertades Civiles Estadounidenses, sostuvo: "Es una violación de los derechos humanos básicos y de nuestra Constitución que Estados Unidos siga encarcelando gente, como los uighurs, que reconoció son inocentes y no presentan ningún peligro".

"Estos hombres fueron detenidos por error, vendidos a Estados Unidos por recompensa y entregados a Guantánamo, donde pasaron años en prisión bajo condiciones inhumanas", dijo a IPS.

Mientras, informes que circulan en Washington indican que Obama podría reactivar las comisiones militares para juzgar a los detenidos en Guantánamo, sistema que él mismo había criticado durante el gobierno de Bush.

Si bien algunos detenidos ya están siendo juzgados en cortes federales, abogados del gobierno temen que algunos "sospechosos de terrorismo" no puedan ser procesados en tribunales civiles porque fueron sometidos a torturas o por falta de evidencias.

Ante esto, se rumorea que Obama habría optado por recurrir al sistema de comisiones militares creado por Bush, aunque reformado por su equipo de expertos legales para darle más protecciones a los detenidos.

Aunque Obama no había descartado usar el sistema, funcionarios de su gobierno habían dejado en claro que preferían juzgar a los detenidos en tribunales civiles estadounidenses.

Durante la campaña presidencial, Obama criticó a las comisiones. "Nuestro sistema para juzgar a los detenidos ha sido un fracaso enorme", dijo, y declaró que como presidente "rechazaría la Ley de Comisiones Militares".

Las comisiones han tenido graves demoras en sus procesos, y a los prisioneros se les han negado derechos básicos bajo la ley estadounidense. Sólo dos juicios fueron completados en los casi ocho años desde que Bush anunció su creación.

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