BRASIL: Vigilia contra ofensiva agropecuaria en la Amazonia

Una vigilia frente al Congreso legislativo de Brasil, impulsada por artistas y organizaciones no gubernamentales, busca impedir la votación de un proyecto de ley que podría causar «un desastre ambiental» mayor en la selva amazónica.

La vigilia que se celebra desde este miércoles hasta el jueves por la mañana, tiene lugar frente a la sede del plenario del Senado Federal, por iniciativa del Movimiento Amazonia para Siempre, encabezado por la actriz Christiane Torloni, entre otros artistas, como Victor Fasano y Marcos Palmeira.

Según ese movimiento, la "bancada rural", como se llama en Brasil al bloque de legisladores que representan los intereses del sector agropecuario, ha impulsado varias reformas destinadas a "debilitar la legislación ambiental".

Por ejemplo, una medida provisoria que permite al Estado transferir sin licitación terrenos de hasta 1.500 hectáreas de la Amazonia a ocupantes ilegales.

El propósito original de la Medida Provisoria 458/2009, impulsada por el gobierno, buscaba regularizar la propiedad de tierras ocupadas antes de 2004, estableciendo varios requisitos, como la reforestación de áreas devastadas y límites para nuevas talas.
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Pero los cambios introducidos por diputados como Asdrúbal Bentes, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño —aliado del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva—, apuntan a eliminar esas condiciones.

El ministro de Ambiente, Carlos Minc, que participaría de la vigilia, ha dicho que de prosperar esos cambios al texto original, podría haber un "desastre ambiental", es decir un avance descontrolado de la deforestación.

Sería el equivalente a que "el gobierno entregue a los agricultores el título de propiedad en una mano y una motosierra en la otra", advirtió el ministro a la prensa.

El gobierno teme que, de ser aprobada esa ley, también esté en riesgo el Fondo de la Amazonia, instituido para recolectar recursos financieros mundiales destinados a iniciativas de defensa de la selva amazónica.

En entrevista con IPS, el director adjunto de la organización no gubernamental Amigos de la Tierra – Amazonia Brasileña, Mario Menezes, alertó sobre el "gran riesgo" de que la medida en cuestión pueda beneficiar precisamente a los "grilheiros", ocupantes ilegales que se apropiaron de tierras del Estado en forma "ilícita y muchas veces violenta".

Según Menezes, tampoco "es verdad" el argumento del gobierno acerca de que los beneficiarios serán pequeños productores rurales. Los "grandes grilheiros", que ocuparon por ejemplo 15.000 hectáreas, pueden perfectamente registrar a nombre de terceros terrenos de 1.500 hectáreas, como determina la ley, y terminar ocupando extensiones de tierra aun más grandes.

La "Carta abierta de artistas brasileños sobre la devastación de la Amazonia", que será presentada a las comisiones legislativas que discuten las reformas en cuestión, llama la atención sobre los últimos datos de deforestación de esa selva.

"Acabamos de conmemorar la menor deforestación de la selva amazónica de los últimos tres años: 17.000 kilómetros cuadrados", afirma.

Esa extensión, dice la carta, corresponde a casi la mitad de un país como Holanda. Hasta el momento ya se deforestó 16 por ciento de la Amazonia, equivalente a tres estados de São Paulo.

"No hay motivo para celebraciones. La Amazonia no es el pulmón del mundo, pero presta servicios ambientales importantísimos para Brasil y el planeta", dice la carta.

Entre otros beneficios, menciona, esa selva de más de cinco millones de kilómetros cuadrados es "una cubierta térmica engendrada por la naturaleza para que los rayos solares no afecten el suelo, propiciando la vida de la más exuberante floresta de la Tierra, y auxiliando en la regulación de la temperatura del planeta".

El movimiento se refiere también a la expansión de las fronteras agrícolas en áreas protegidas. "Un país que tiene 165.000 kilómetros cuadrados de área deforestada, abandonada o semi abandonada, puede duplicar su producción de granos sin necesidad de derrumbar un solo árbol", puntualiza el texto.

Menezes acaba de publicar un estudio sobre la explotación pecuaria en la Amazonia, donde concluye que 40 por ciento del rebaño bovino de Brasil está en ese bioma.

El director adjunto de Amigos de la Tierra destacó que de 73 millones de hectáreas ya deforestadas, 80 por ciento corrió por cuenta de los ganadores, que ocupan unas 60 millones de hectáreas. De toda la carne producida en esa región, un tercio es destinado a exportación.

Según Menezes, "el estudio muestra por encima de todo que el dinero público está yendo a los frigoríficos" porque el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) estaría financiando ese tipo de desarrollo, aseguró.

Solo el año pasado, abundó, el BNDES invirtió en ese sector 6.000 millones de reales (unos 2.857 millones de dólares), superando por ejemplo las inversiones en toda la industria automovilística.

Para Menezes, la agropecuaria es la actividad que más estimula la deforestación, favoreciendo de paso a sus grandes ocupantes ilegales.

En ese aspecto, apuntó, una solución sería que los financiamientos públicos se reorientaran a actividades agropecuarias en áreas ya degradadas y que se invirtiera en el desarrollo de tecnologías para aumentar la productividad y evitar la expansión sobre la selva.

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