La influenza A inició su viaje hacia el sur de América Latina transportada por pasajeros procedentes de zonas con epidemia. Pero su mortalidad es menor que la observada en México, y no hay indicios de «contagio doméstico sostenido», es decir por circulación del virus dentro de cada país.
Según el médico infectólogo Gabriel Levy Hara, del Hospital Durand de Buenos Aires y coordinador de la Red de Infectología de la capital argentina, la epidemia causada por el nuevo virus A/H1N1 arrancó con fuerza en México, pero se va debilitando a medida que se traslada hacia el sur del continente.
Aunque despertó airadas reacciones, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lo resumió con su habitual sinceridad. La influenza es grave, pero "no del tamaño que parecía ser", dijo.
En Brasil, donde hasta el día 14 se registraron ocho casos, ninguno ha evolucionado hacia formas más graves, y un paciente ya recibió el alta médica.
Según destacó a IPS el médico infectólogo Alberto Chebabo, la mayoría de los casos son de "jóvenes adultos" que viajaron a Estados Unidos o a México, mientras otros proceden de otras zonas infectadas, como el de una mujer que volvió de Europa tras un recorrido por varios países.
[related_articles]
Dos de los enfermos brasileños contrajeron la gripe por "transmisión autóctona", es decir dentro de este país, pero Chebabo, del Hospital Universitario Clementino Fraga Filho de Río de Janeiro, aseguró que por ahora "no hay epidemia en Brasil".
Esos dos casos mencionados son el de un amigo y la madre de uno de los viajeros infectados que habían regresado de México. El Ministerio de Salud los tipifica como "con vínculo epidemiológico".
De los 33 países que reportaron contagios confirmados, hasta el momento nueve presentan "transmisión autóctona": Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, México y Panamá. Pero sólo tres de ellos tienen lo que se llama "transmisión sostenida", Canadá, Estados Unidos y México.
La influenza evoluciona de la misma manera en otros países latinoamericanos, como Colombia, donde el Ministerio de Protección Social confirmó un nuevo caso de gripe porcina, aumentando a siete las personas infectadas en ese país.
Se trata de un hombre que había viajado a la capital de México y "que, como los demás casos colombianos, evolucionó satisfactoriamente y se encuentra totalmente recuperado", dijo el Ministerio.
Para evitar que el virus llegue por vía aérea, el gobierno de Brasil, como otros de la región, intensificó los controles en los aeropuertos.
Brasil tiene especial cuidado en detectar y controlar internamente a todas las personas que han estado en contacto estrecho con los enfermos.
La vecina Argentina fue más radical. Afectada por un brote epidémico de dengue sin precedentes en el último medio siglo, reaccionó con medidas más drásticas, como suspender el arribo de vuelos provenientes de México.
Esa medida se tomó después de que se confirmara el primero y hasta ahora único caso de gripe A/H1N1 en Argentina, un hombre que había regresado de México el 24 de abril, y que ya está recuperado. Hay además un centenar de personas en estudio.
En Brasil, por el momento, la "evolución de los casos ha sido blanda", dijo Chebabo, a excepción de una mujer que sufrió una neumonía, si bien presenta un cuadro estable.
Pero el médico no descarta que el virus evolucione hacia formas más virulentas, así que la mortalidad podría aumentar.
La situación es similar en Costa Rica. Hasta el día 14 había ocho casos confirmados y otros cuatro con alta probabilidad de ser infecciones de A/H1N1. También se trata de personas que viajaron a México o tuvieron contacto con ciudadanos de ese país o estadounidenses.
Como en Brasil, en ese país centroamericano las autoridades sanitarias aseguran que "no existe ninguna evidencia de transmisión sostenida en las comunidades locales". Pero hubo ya un desenlace mortal: un hombre de 53 años que padecía fibrosis pulmonar.
En su boletín del jueves 14, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 6.497 infecciones comprobadas por pruebas de laboratorio, 65 de ellas mortales, en 33 países.
México, donde se conocieron los primeros casos, tenía 2.446 casos y 60 muertes, y Estados Unidos, 3.352 casos y tres muertos. Los otros dos casos mortales se repartían entre Costa Rica y Canadá, que tenía 389 contagios confirmados.
Los países latinoamericanos a los que llegó la gripe son Argentina, con un contagio, Brasil, con ocho, Colombia, con siete, Costa Rica, con ocho, Cuba, con uno, El Salvador, con cuatro, Guatemala, tres, y Panamá, 29.
Por la experiencia brasileña, los especialistas afirman que de momento la población más susceptible es de adultos jóvenes, con pocos casos de niños y ancianos, aunque admiten que todavía no conocen la causa de esa distribución etaria.
Ese análisis coincide con el de Costa Rica, donde además se subraya la presencia de más contagios entre mujeres que entre hombres.
Los médicos latinoamericanos evalúan que la nueva se ha mostrado contagiosa, pero su mortalidad parece baja.
"Todavía es muy temprano, pero pareciera que la transmisión de este virus es muy fácil. Por otro lado la gravedad de los casos es menor de la inicialmente observada en México", observó Chebabo.
Los casos posteriores a los detectados en ese país "han sido de evolución benigna y los óbitos fueron en pacientes de riesgo ante complicaciones por influenza".
Sin embargo, los expertos no se atreven a vaticinar escenarios. La viróloga Marilda Siqueira, de la Fundación Oswaldo Cruz, dijo que el virus puede permanecer circulando en forma simultánea con otros virus de la gripe, "posibilitando el intercambio genético entre ellos".
"Podría surgir una forma más blanda (o más dura) como resultado de esa combinación. Por ejemplo, el virus puede circular algunos meses y después volver de forma más severa, como fue observado en otras situaciones", anticipó.
Chebabo destacó que no se han observado variaciones genéticas de este virus que muestren mayor virulencia.
Pero no descartó que eso pueda ocurrir "porque el virus de la influenza sufre mutaciones frecuentes que pueden llevar a este A/H1N1 a adquirir esos factores genéticos de gravedad en las próximas olas de la epidemia", aclaró.
"Ahora mismo está contenido", explicó a IPS la viróloga de la Facultad de Microbiología de la Universidad de Costa Rica, Laya Hun Opfer. Pero el virus de influenza es impredecible y podría mutar en uno totalmente nuevo, reconoció.
En cualquiera de los escenarios futuros, coincidieron los especialistas, lo importante es no "relajarse" y continuar en alerta, por ejemplo en la preparación del sistema público de salud para una eventual epidemia.
A nadie escapa que evitar la mortalidad dependerá de otros factores como la capacidad de respuesta de la red hospitalaria.
La pregunta es si los países de América Latina, varios de ellos afectados por otros brotes como el dengue y con sistemas sanitarios a menudo deficientes, podrán enfrentar una epidemia severa de gripe.
La viróloga Hun Opfer afirmó que Costa Rica tiene un sistema de salud "de primer mundo", así que descartó la mortalidad manifestada en México. Además, el virus en humanos "está siendo muy amable" hasta el momento, dijo.
Las medidas de prevención tomadas por las autoridades, agregó, han sido elogiadas por la OMS. A mediados de mes, la Caja Costarricense de Seguro Social anunció la inversión de 700.000 dólares en material sanitario para enfrentar la epidemia.
Además, 3.500 funcionarios están dedicados a buscar casos sospechosos de gripe A/H1N1 en ese pequeño país de 51.000 kilómetros cuadrados y unos 4,5 millones de habitantes.
En Argentina, según dijo Levy a IPS, "la capacidad de respuesta del sistema de salud es alta, hay información y organización", destacó.
La rápida reacción de las autoridades argentinas, dijo el especialista, permite confiar en que no habrá un escenario de mortalidad como el que se presentó en México.
Además, "siempre al comienzo de una epidemia hay un impacto grande, pero después ese impacto declina", dijo Levy. De hecho en México, la curva de afectados descendió abruptamente desde fines de abril, añadió.
El brasileño Chebabo tiene en cambio dudas sobre la capacidad de respuesta del sistema de salud.
"Si los casos se mantienen sin gravedad, como se presentan actualmente, no habrá muchos problemas para la atención. Pero si el número de internaciones aumenta, es probable que tengamos problemas, ya que la red de salud está sobrecargada", advirtió.
Según el Ministerio de Salud de Brasil, para internaciones por gripe porcina hay disponibles cerca de 800 camas en 54 hospitales, y una reserva de nueve millones de tratamientos antivirales, en este país de 189 millones de habitantes.
El médico Chebabo consideró poco probable que se presente una superposición de epidemias como la de dengue y la de gripe. "El dengue es más común en verano y la influenza es más común en invierno", comparó.
Ese temor sí está presente para el Ministerio de Salud de Costa Rica con la llegada de la estación de lluvias, que podría sumar otras amenazas, como el dengue y la malaria, al virus de influenza.
Otra preocupación latinoamericana es la disponibilidad de laboratorios y materiales para detectar la influenza A.
En Costa Rica y Colombia, por ejemplo, las muestras de casos sospechosos se envían a laboratorios de Estados Unidos. Según las autoridades colombianas, los equipos necesarios para practicar esos análisis llegarán antes de que termine este mes.
En Brasil el examen se realiza en tres laboratorios nacionales con equipos enviados por la OMS. Otros laboratorios se muestran interesados en trabajar con equipos propios, desarrollados a partir de los protocolos divulgados internacionalmente.
En México, que concentra más de 90 por ciento de las muertes por influenza, se practicaron pruebas de laboratorio a sólo 20 por ciento de los casos sospechosos en las primeras semanas, aunque esa proporción fue subiendo paulatinamente.
En Brasil, como el número de infecciones es todavía pequeño, se realizan análisis de todos los pacientes. Pero, dijo Chebabo, si la epidemia se confirma "es probable que la rutina sea la misma de México y Estados Unidos, con exámenes realizados por muestras o en pacientes graves".
* Con aportes de Marcela Valente (Buenos Aires) y Daniel Zueras (San José).