SALUD-AMÉRICA LATINA: Dengue se expande y se agrava

La susceptibilidad de la población a padecer cuadros más severos de dengue preocupa a especialistas de salud, mientras la epidemia se expande en Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay.

Mosquito Aedes aegypti alimentándose de un humano. Crédito: Dominio público
Mosquito Aedes aegypti alimentándose de un humano. Crédito: Dominio público
El dengue es una sola enfermedad, pero su expresión clínica y gravedad pueden ser muy diferentes en cada persona, según diferentes factores de riesgo. El fundamental, coinciden los expertos, es haber contraído la infección por segunda vez.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el total de contagios reportados disminuyó en América 5,5 por ciento el año pasado respecto de 2007, pasando de 900.754 a 850.769, con una mayoría de casos en Brasil y Bolivia.

Sin embargo, en el mismo periodo aumentó 46 por ciento la proporción de cuadros graves, mientras las muertes pasaron de 317 a 584, un aumento de 84 por ciento, revelando una mayor presencia de manifestaciones severas de esta enfermedad febril causada por alguno de los cuatro serotipos del virus de dengue.

Esa tendencia se mantiene este año. Entre enero y comienzos de abril, la OPS informa de más de 215.000 casos en América, con un elevado aporte sudamericano —en Argentina la epidemia está en pleno desarrollo—, y un nuevo incremento de la letalidad, que pasó de 1,2 en 2007 a 2,2 en lo que va de 2009.
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El dengue se contrae por la picadura de un mosquito Aedes aegypti infectado con alguno de los virus. El insecto se reproduce en depósitos de agua limpia en regiones tropicales y subtropicales.

Se cree que al recuperarse de una primera infección, la persona adquiere inmunización de por vida ante el serotipo que la causó, pero queda expuesta a los restantes.

Se estima que entre 20 y 50 por ciento de los contagiados no presentan síntomas o éstos pueden confundirse con los de una gripe. Los cuadros más claros se manifiestan con fiebre, cefaleas, dolores musculares y articulares.

Los pacientes pueden desarrollar manifestaciones hemorrágicas leves, como manchas rosadas en la piel o sangrado de encías. Los más severos, el dengue hemorrágico y el choque por dengue, son más frecuentes en quienes sufren una segunda infección.

En Brasil, el Ministerio de Salud informó que en las primeras 10 semanas de este año se notificaron 114.355 casos, de los cuales 603 fueron graves y 23 terminaron en muertes.

En Bolivia, el responsable de Enfermedades Transmitidas por Vectores del Ministerio de Salud, Juan Carlos Arraya, confirmó a Tierramérica que de 56.530 casos, el mayor registro de los últimos 20 años en ese país, 174 se consideraron "dengue hemorrágico probable" y 25 personas murieron.

La OPS reportó 2.277 infecciones en Paraguay, cinco de ellas graves, si bien no se diagnosticaron cuadros hemorrágicos. Ese país ha sufrido epidemias severas en los últimos años. En 2007 hubo 28.000 personas afectadas, de las cuales 17 murieron.

Según el Ministerio de Salud paraguayo, si se consideran vulnerables a cuadros graves las personas que superaron una primera infección, entonces hay 600.000 habitantes susceptibles de contraer dengue hemorrágico, lo que equivale a 10 por ciento de la población.

En Argentina, las autoridades sanitarias reconocieron a mediados de abril más de 12.500 casos, el triple registrado apenas 15 días antes, aunque gobiernos provinciales y personal hospitalario estiman que el número real debería triplicarse.

Es la epidemia más extendida desde que reapareció la enfermedad en este país austral en 1998. Hay cinco muertes confirmadas, mientras menudean denuncias de resistencia de las autoridades a difundir datos, que se emiten con gran retraso.

El panorama general ha puesto en alerta a los epidemiólogos y virólogos. Pero especialistas de Argentina y Brasil consultados por Tierramérica difieren sobre los factores de la vulnerabilidad al dengue más grave.

En Argentina preocupa sobre todo la amenaza de una segunda infección, porque se considera que en esa etapa aumenta el riesgo de contraer dengue hemorrágico, más difícil de controlar si afecta a niños de dos a 14 años, a ancianos o a personas que padezcan enfermedades crónicas, sobre todo si no son tratados de inmediato.

La Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) de Brasil advierte que los cuadros severos se pueden manifestar también al primer contagio.

En los cuadros graves, los afectados requieren hospitalización por el aumento de la permeabilidad vascular, la pérdida de plasma y la disminución de plaquetas, que ayudan a la coagulación.

Si bien la OPS destaca que hay pruebas convincentes de que la infección secuencial aumenta el riesgo de contraer dengue hemorrágico, el médico infectólogo Rogério Valls de Souza, de Fiocruz, advierte que "no hay un dato certero" sobre cuántas personas son vulnerables a una manifestación severa por haber padecido un primer caso de dengue.

"El dengue está relacionado al tipo de virus que circula. Por ejemplo en la epidemia de Río de Janeiro —en el verano austral de 2008— el virus que más circuló fue el tipo tres y los casos más graves, no necesariamente de dengue hemorrágico, se manifestaron en una primera infección", remarcó a Tierramérica.

El experto sostuvo que incluso en el marco de la OPS se está analizando evitar la diferenciación entre "clásico" y "hemorrágico" por ser una categorización estrecha que no siempre comprende las manifestaciones más graves de la enfermedad.

En Argentina, en cambio, los especialistas mantienen esa diferenciación.

"En América tenemos los cuatro serotipos de dengue. Una vez que una persona fue infectada, en la otra oportunidad, pase el tiempo que pase, si es infectada por otro serotipo tiene todas las chances de desarrollar la variante hemorrágica", dijo a Tierramérica el médico Jorge Gorodner. La mortalidad varía entre 15 y 35 por ciento, aseveró.

Gorodner es profesor de Infectología de la Universidad Nacional del Nordeste y director investigador del Instituto de Medicina Regional, pero admite que nunca presenció una epidemia con cuadros hemorrágicos. Ésta es la primera vez que aparecen en Argentina.

"Prácticamente 100 por ciento de los contagiados son susceptibles. Pero la gravedad depende de cada persona. Ahí está la verdadera dimensión del daño que genera la falta de vigilancia epidemiológica", añadió.

El médico Alfredo Seijo, encargado de la Unidad de Dengue del Hospital Muñiz de Buenos Aires, dijo a Tierramérica que "el brote en Argentina es importante por la cantidad de personas que quedan sensibilizadas al dengue hemorrágico".

Según Seijo, los cuadros hemorrágicos están en aumento en todos los países donde se expandió el dengue.

Para los especialistas, la única arma efectiva es reducir la presencia del mosquito transmisor, sobre todo eliminando recipientes con agua donde se crían sus larvas, al tiempo que se implementa una campaña de prevención comunitaria.

Controlar al vector es clave mientras no exista vacuna. Tanto la OPS como los expertos consultados señalan que, pese a los avances en el desarrollo de una vacuna, es difícil encontrar una fórmula que inmunice contra los cuatro serotipos del virus.

Una inmunización parcial puede ser peligrosa, porque la infección por otro serotipo en el individuo vacunado puede manifestarse en forma más severa, causando mayores riesgos, advierten.

* Con aportes de Fabiana Frayssinet (Río de Janeiro), Natalia Ruiz Díaz (Asunción) y Franz Chávez (La Paz). Este artículo fue publicado originalmente el 18 de abril por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.

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