Activistas internacionales contra la deuda llaman a crear un mecanismo de arbitraje para atender las dificultades que muchos países del Sur en desarrollo afrontan para pagar sus compromisos atrasados.
Reunidos en Johannesburgo para participar esta semana de la conferencia internacional "Mecanismo de arbitraje justo y transparente para las deudas odiosas e ilegítimas", los activistas se manifestaron en contra del actual sistema, en que las naciones más pobres se hunden cada vez más en el endeudamiento.
Llamaron a revisar el poder con el que cuentan las instituciones financieras internacionales, para así proteger a los pobres del saqueo económico que significan los pagos de la deuda.
Además, sugirieron establecer un proceso de arbitraje de la deuda para equilibrar los intereses tanto de acreedores como deudores, particularmente en el marco de la actual crisis financiera mundial.
"Hay necesidad de un enfoque que pueda presentar una solución duradera a la crisis de la deuda, reconociendo que los deudores y los acreedores deben compartir la responsabilidad de prevenir y resolver las situaciones insostenibles", según Cephas Lumina, experto independiente que trabaja para la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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Al hablar en la conferencia, consideró importante crear un nuevo mecanismo para solucionar las crisis por fuera del marco del Club de París y el Club de Londres, que reúnen a deudores y acreedores.
"Hay una falta de gobernanza global transparente y justa, manifestada en el dominio de los acreedores en las tomas de decisiones para resolver las crisis de deuda y la falta de protección para los deudores", sostuvo Lumina.
Opa Kampijimpanga, de la Red y Foro Africano sobre Deuda y Desarrollo (AFRODAD), sostuvo que los actuales mecanismos de pago son brutales en naturaleza y deben ser transformados.
AFRODAD organizó la conferencia, que terminó el lunes, en colaboración con la Red por Justicia Económica (EJN) de los Consejos de Hermandad Cristiana en África Austral.
AFRODAD es una organización nacida del deseo de lograr soluciones duraderas al problema de la deuda, que ha impactado negativamente en los procesos de desarrollo del continente africano. EJN es una organización sin fines de lucro.
"El actual proceso de deuda es manejado por un sistema que es brutal y capitalista en naturaleza. Llamamos a una responsabilidad equitativa entre el deudor y el acreedor, a la luz de la corrupción y de las malas políticas que se aconsejan. Los acreedores deben entender que también cometen errores y que deben pagar por ellos, y no cargar toda la responsabilidad a los países deudores", añadió Kampijimpanga.
Además, subrayó la necesidad de aplicar un mecanismo para proteger a los países del Sur de algunas de las recetas establecidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
"Debe haber un mecanismo de arbitraje formulado a través de la ONU para darle a las personas comunes que sufren una voz para luchar por sus derechos, ya que sus gobiernos han demostrado ser incapaces de hacerlo", agregó.
¿Pero quiénes pueden jugar ese papel si los gobiernos son muy débiles? "Las organizaciones de la sociedad civil pueden hacerlo en nombre de los ciudadanos y presentar los cargos ante la ONU en línea con la Carta del foro mundial, que protege los derechos de los ciudadanos", sugirió. "Todo lo que queremos es un espacio para hacerlo y una voz para decirlo".
Por otro lado, lamentó las pobres respuestas de los acreedores internacionales al problema de la deuda en África, citando el caso de la iniciativa para Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés) y la Iniciativa Multilateral de Ayuda a la Deuda como casos que deben ser estudiados.
La HIPC fue lanzada por primera vez en 1996 por el FMI y el Banco Mundial. Fue revisada en 1999, vinculando el alivio de la deuda con la reducción de la pobreza, la estabilidad macroeconómica y las reformas estructurales.
Para que un país califique para el HIPC debe tener una carga de deuda insostenible, un historial de reformas y políticas solicitadas por el Banco Mundial y el FMI y preparar los Papeles de Estrategia de Reducción de la Pobreza (PRSP) a través de un proceso con amplia participación.
Los PRSP son los planes sucesores de los programas de ajustes estructurales iniciados en los años 80.
Estas iniciativas supuestamente procuran reducir el dinero que deben pagar los deudores a las instituciones internacionales, pero la realidad muestra otra cosa.
Varios estudios indican que algunos países todavía gastan más recursos al año en servicios de deuda que en los programas nacionales destinados a reducir la pobreza y mejorar las condiciones sociales, incluyendo la salud, la educación, la nutrición y la expectativa de vida.
Otros participantes de la conferencia dijeron que los mecanismos para el pago de las deudas trata a los países deudores como villanos y hacen más énfasis en saldar los compromisos que en las necesidades de los ciudadanos, los derechos humanos y los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio.
Como ejemplo se señaló el caso de la insistencia del FMI en que Zimbabwe debe pagar una deuda atrasada antes de acceder a nuevos créditos, a pesar de que ese país sufre grandes dificultades para proveer servicios básicos a la población, como atención médica, agua potable y educación.
"Es una demanda ridícula del FMI que no debe ser tomada en serio", dijo Lumina Vitalis Meja, de AFRODAD. "Debemos hacer uso de la ONU para presionar por iniciativas más fuertes y enfrentar a las instituciones financieras", indicó.