BRASIL: Activistas denuncian holocausto homosexual

En 2008 fueron asesinados en Brasil 190 homosexuales, uno cada dos días. Esa cantidad representa un aumento de 55 por ciento en relación al año anterior, y un verdadero «homocausto», señalan organizaciones de derechos humanos.

El Informe Anual de Asesinatos de Homosexuales, producido por el Grupo Gay da Bahia (GGB), señala que entre las víctimas 64 por ciento son gays, 32 por ciento travestis y cuatro por ciento lesbianas.

"El riesgo de que una travesti sea asesinada es 259 veces mayor que la de un gay", destaca el estudio que se basa en noticias divulgadas en los medios de comunicación, ya que no existen estadísticas oficiales sobre crímenes de odio en Brasil.

Citado por instituciones como la Secretaría Nacional de Derechos Humanos del gobierno y por el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, el informe de 2008 es "preocupante", según el presidente del GGB, Marcelo Cerqueira.

En entrevista telefónica con IPS, Cerqueira explicó que el documento da cuenta de crímenes específicamente "motivados por la homofobia y el prejuicio".
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El análisis —coordinado por el ex presidente del GGB, Carlos Mott, uno de los más combativos activistas de la causa gay en Brasil— detalla que 13 por ciento de las víctimas eran menores de 21 años.

Entre los muertos predominan travestis, profesionales del sexo, peluqueros y vendedores ambulantes, aunque esto no excluye otras profesiones y perfiles, como comerciantes, médicos, ingenieros y abogados.

Cerqueira explica la mayor predominancia de trabajadores sexuales a la pobreza existente en muchos estados, que obliga a mucha gente a prostituirse aunque sea de "forma eventual".

"Tal prevalencia se explica debido a la práctica de la prostitución en las calles y carreteras, zonas muy frecuentadas por marginales y traficantes", puntualiza el informe.

El argumento de la pobreza se evidencia en estados como Pernambuco, en el Nordeste, el más violento según el estudio que registró allí 27 asesinatos de homosexuales.

"Un gay nordestino corre 84 por ciento mas riesgo de ser asesinado que uno del sur o del sudeste del país", subraya el documento.

Cerqueira sostiene que el espectacular aumento de asesinatos es un "indicador positivo", atribuible a "un aumento de instrumentos más eficaces en el control y registro de este tipo de homicidios".

Pero, por otro lado, el activista alerta que las cifras, aun indicando un subregistro, muestran que la violencia homofóbica aumenta cada día.

Esta es una situación "alarmante" que se explica asimismo por la impunidad de este tipo de crímenes en Brasil, que tiene una población de más de 190 millones de personas.

De acuerdo con el documento, este países el "campeón mundial de crímenes homofóbicos", seguido de México, con un promedio de 35 asesinatos de este tipo en 2008, y de Estados Unidos, con 25 en una población que supera en 100 millones de personas a la de Brasil. Luego vienen Perú, con cinco, y Argentina, con cuatro.

Se trata de un "verdadero homocausto", como llaman los activistas al exterminio de homosexuales, afirma el GGB que entre 1980 y 2008 ha contabilizado 2.998 víctimas.

Estos asesinatos se siguen cometiendo aún después de la creciente presencia de las llamadas "paradas gays", marchas y manifestaciones contra la homofobia y de la elección de cinco concejales barriales homosexuales o transexuales, según el GGB.

En 2004, la gubernamental Secretaría de Derechos Humanos lanzó una campaña contra la homofobia.

La iniciativa "Brasil sin homofobia" tiene como objetivo promover la ciudadanía y los derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales, travestis y transexuales (LGBT), a través del apoyo a instituciones de combate a la homofobia, de la capacitación de personas que actúan en el movimiento y de la diseminación de informaciones sobre las garantías fundamentales de las personas.

Pero, según Cerqueira, ese programa es todavía muy "tibio" y necesita fortalecer acciones más contundentes.

Por ejemplo, se deberían crear comisarías policiales especiales para atender este tipo de crímenes, e incluir la educación sexual en las escuelas para "enseñar a convivir con la diversidad sexual, propuso.

Otra acción importante, según el presidente del GGB, es que así como existen campañas oficiales como "agua para todos", "luz para todos" o "casas para todos", se implementen otras dirigidas al combate de la homofobia.

Las campañas en los medios de comunicación, dijo, deben "educar a la población para que entienda que el homosexual no es un ciudadano de segunda categoría, y que su homosexualidad es apenas un componente de su identidad".

El activista criticó a los medios brasileños que contribuyen a la homofobia con bromas y sátiras a los homosexuales, especialmente en los programas de humor

Ese tipo de humor refuerza la idea de que es posible "burlarse e insultar a un gay" y de allí al odio homofóbico hay un solo paso.

La idea de que Brasil es un país libre sexualmente es "un mito" creado por símbolos como el carnaval. Pero, mientras existe mayor proporción de personas homosexuales según parámetros internacionales —20 por ciento de la población—, la "homofobia es muy grande".

Las organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales piden que así como existen secretarías gubernamentales dirigidas a la mujer y a los derechos raciales, se cree también una para la homosexualidad.

Esas entidades podrían fortalecer campañas como las promovidas por el movimiento gay contra la homofobia y alertar a los propios gays y travestis para que eviten situaciones de riesgo, como llevar desconocidos a casa o tener relaciones sexuales "con marginales", agrega el presidente de la GGB.

El grupo anticipa que si el gobierno no toma medidas más efectivas para disminuir la violencia, lo denunciará ante organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El informe del GGB sostiene que en lo que va de 2009 se registraron 48 homosexuales asesinados.

El escenario criminal indica que 45 por ciento de los gay son asesinados dentro de su residencia, 31 por ciento son víctimas de cuchilladas, pero también estrangulados o golpeados, lo que evidencia el odio homofóbico, a veces por la cantidad de puñaladas o golpes que recibe la víctima.

El asesinato revela un "modus operandi" diverso. 60 por ciento de los "trans" fueron victimas de armas de fuego, 80 por ciento ejecutadas en espacios públicos.

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