Nomboniso Gasa preside la Comisión para la Equidad de Género de Sudáfrica. Estuvo presa por primera vez a los 14 años de edad, cuando su país sufría el apartheid, el infame régimen racista que oprimió a la mayoría negra hasta 1994.
Esta feminista y activista política, dedicada hoy a investigaciones sobre identidad cultural, inequidad de género y derechos humanos, acaba de concluir un ayuno de tres semanas en solidaridad con el pueblo de Zimbabwe y viajó por Estados Unidos para informar sobre la crisis política y económica que sufre aquel país.
Gasa realizó esta actividad en el marco de las jornadas para presionar a otros gobiernos africanos convocadas por la Campaña de Solidaridad Salvar a Zimbabwe Ahora.
Lo que sigue es un resumen del diálogo entre la activista con IPS en la sede neoyorquina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
IPS: ¿Cuál es la situación de los presos políticos en Zimbabwe?
NOMBONISO GASA: Algunos fueron liberados, pero aún quedan muchos entre rejas. Los presos son miembros del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), de organizaciones femeninas, hay periodistas
de todo. No violaron ninguna ley y no fueron sometidos a juicio.
[related_articles]
La situación de los liberados es mala. Para salir de la cárcel, deben renunciar al derecho a recibir cualquier compensación o recurso legal contra lo que le hicieron.
IPS: ¿Logró sus objetivos el acuerdo político por el cual el MDC comparte el poder con la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) del presidente Robert Mugabe?
NOMBONISO GASA: Resulta muy claro que Zimbabwe no está avanzando a ningún lado. Es preciso cambiar el enfoque. El acuerdo no está funcionando porque buena parte de lo acordado no es cumplido. Esa situación tan inestable es causa de gran preocupación para muchos gobiernos africanos.
ZANU-PF socava los derechos humanos y ahora rompe el acuerdo. No hay por parte del gobierno un reconocimiento real del trato, y ni siquiera se sabe si lo respetará en algo. Tampoco hay transparencia, así que la gente no sabe qué está pasando.
IPS: ¿Cómo afecta la crisis económica, política y de salud afecta a las mujeres de Zimbabwe?
NOMBONISO GASA: Todas las crisis afectan más severamente a las mujeres. Un problema importante es el uso generalizado de la violación como arma política. Hubo cambios notables en el modo en que las fuerzas de seguridad tratan a las mujeres.
Jestina Mokoko tenía puesto apenas un camisón cuando la arrestaron. Pidió que la dejaran vestirse, pero le negaron no sólo el derecho a cambiarse de ropa sino también el de llevar sus medicamentos.
La generalizada escasez de alimentos también perjudica más a las mujeres, porque ellas siempre son las últimas en comer. Aun cuando sean las que producen más comida, el turno de ellas llega después de los hombres y los niños, cuando a veces no queda nada.
IPS: ¿Cuál es la situación de los derechos humanos en los campamentos de refugiados de zimbabwenses en Sudáfrica y en otros países? ¿Y la de las mujeres allí?
NOMBONISO GASA: Ése es uno de los peores problemas. Hay tantos, y las condiciones de vida son tan malas
La violencia sexual es muy común allí y no hay atención para las embarazadas.
El gobierno de Sudáfrica, donde están la mayoría de los refugiados, no ha intentado solucionar esto. Muchos de los campamentos son inseguros. O técnicamente ni siquiera son campamentos, sino lugares abiertos donde los refugiados se afincan sin seguridad ni protección.
El gobierno de Sudáfrica no ayuda porque no cumple con su promesa de proteger y ayudar a los refugiados. La ley dice que los refugiados tienen derecho a la atención médica, pero en realidad no reciben asistencia en ese sentido.
IPS: Joyce Mujuru, actual vicepresidenta de Zimbabwe, luchó en la guerra de independencia y es una de las mujeres más encumbradas en los gobiernos africanos. ¿Eso ayuda a las mujeres y a la percepción de los roles de género?
NOMBONISO GASA: Muchas mujeres en Zimbabwe actúan hoy con más estridencia para exigir el respeto de sus derechos. Pero Mujuru no es una de ellas. En la política partidaria de Zimbabwe, las mujeres que alcanzan posiciones elevadas como Mujuru son las que no sacudirán el bote. Son tradicionalistas: apoyan a sus esposos y no avanzan en la agenda femenina.
Después de la guerra por la independencia, las mujeres que lucharon por la liberación no continuaron luchando por los derechos femeninos, sino que se retrajeron en sus roles familiares. Mujuru está donde está porque los poderosos se sienten cómodos con ella.
IPS: ¿Cómo ve los esfuerzos de la comunidad internacional y de la Unión Africana (UA) para ponerle fin a la crisis?
NOMBONISO GASA: Francamente, la UA está mejor, pero no mucho. Los que estamos interesados en un Zimbabwe equitativo, justo y estable debemos apoyar el acuerdo alcanzado, pero debemos vigilar también que se cumpla.
La comunidad internacional no debe ser complaciente. Esto es muy complicado, lo cual nos obliga a ser cuidadosos y creativos. La ayuda a Zimbabwe debe fluir sin que sea manipulada o mal utilizada a gran escala.
Confiamos en que el flamante gobierno de Estados Unidos nombre a un enviado especial a Zimbabwe para que dialogue con la gente común, la gente que sufre y que sabe qué necesita. Luego, será el momento de comenzar a hablar de levantar las sanciones.