Los gobiernos deben ubicar la gente al tope de sus prioridades para impedir que la recesión económica se convierta en recesión social, concluyeron líderes progresistas de todo el mundo reunidos hasta este sábado en esta ciudad chilena.
Esto puede lograrse "mediante políticas que reanuden el crecimiento, refuercen la protección social y estimulen la creación de empleo", indica el primer punto de la declaración de la sexta Cumbre de Líderes Progresistas celebrada desde el viernes en el centro turístico de Viña del Mar, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
A la cita asistieron los presidentes Cristina Fernández, de Argentina, Luis Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Tabaré Vázquez, de Uruguay, el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, el primer ministro Gordon Brown, de Gran Bretaña, y Jens Stoltenberg, de Noruega, y el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, fue la anfitriona de esta conferencia iniciado con el seminario "Una respuesta progresista a la crisis global", organizado por la organización británica Policy Network y el chileno Instituto Igualdad.
Brown y Biden aprovecharon para realizar una visita oficial a Chile.
[related_articles]
En la cumbre también participaron activamente el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, y la secretaria general de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (Cepal), la mexicana Alicia Bárcena.
Estas cumbres, iniciadas en 1999, reúnen a jefes de Estado y de gobierno que se denominan progresista, vinculados con partidos socialistas, socialdemócratas, socialcristianos, laboristas y demócratas del mundo. Es la primera vez que se realiza una en América Latina.
La conferencia concitó la atención mundial porque antecede a la cumbre que el Grupo de los 20 (G-20) países industrializados y emergentes celebrará el 2 de abril en Londres para tratar la crisis económica mundial.
En la conferencia de prensa final de la cumbre en Viña del Mar, los mandatarios fueron consultados por las protestas realizadas este sábado en varias ciudades europeas por la próxima reunión del G-20.
"Espero que los manifestantes nos den una oportunidad, escuchen lo que tenemos que decir y ojalá que podamos aclararles que vamos a salir de esta reunión del G-20 con algunas propuestas concretas", declaró Biden.
En su intervención en la sesión plenaria de este sábado, Lula envió un "recado" a sus pares del G-20: "No podemos dejar de discutir una solución para los mercados futuros, si no vamos a volver a la crisis del petróleo y de los 'commodities' (productos básicos) en las bolsas a futuros de todo el mundo."
Parte de la expectativa de la cumbre se debía a la presencia en América Latina, por primera vez, de un alto integrante del gobierno de Barack Obama, instaurado en Estados Unidos el 20 de enero.
"El presidente Obama y yo creemos que existe la oportunidad para una transición en la política hacia Cuba", dijo Biden a la prensa, descartando sobre la posibilidad de que su país ponga fin al embargo contra el país caribeño.
"El pueblo cubano es el que debe determinar su propio futuro, pero yo he venido acá a hablar de la economía y no de Cuba", agregó.
En el plenario, Biden explicó a los mandatarios el programa de recuperación económica que implementa su gobierno, y confió en ese sentido en que la recesión estadounidense termine "más adelante este año". Sin embargo, reconoció que el desempleo seguramente persistirá a pesar de la recuperación del producto interno bruto.
"Las personas son lo primero", fue una de las frases que más se escuchó en la cumbre.
Tanto el viernes como este sábado, los mandatarios se refirieron a la necesidad de buscar "soluciones globales" a "problemas globales", como la crisis económica y el cambio climático, así como de regular el mercado, fortalecer los Estados y reformar instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Brown insistió en que las nuevas "reglas globales", tanto para el mercado como para los gobiernos, deben estar basadas sobre valores como la "equidad" y la "responsabilidad".
Lula y Rodríguez Zapatero acotaron que el otro pilar de la nueva arquitectura global debe ser la "solidaridad".
Precisamente, el segundo punto de la declaración final de la cumbre propone "construir las bases de una nueva economía que permita que la prosperidad sea ampliamente compartida", mientras que el tercero postula "reformar la regulación doméstica de las instituciones financieras y de coordinarse internacionalmente en dicha regulación".
La presidenta Fernández sostuvo al respecto que no sólo es importante reformar esas entidades, pues también es indispensable que los países se comprometan a cumplir sus reglas y resoluciones, algo que no sucede en la actualidad, dijo, refiriéndose principalmente a las naciones poderosas.
Más tarde, Biden pareció responderle al señalar: "Necesitamos reglas, eso lo aceptamos, y vamos a jugar según esas reglas".
El vicepresidente estadounidense aclaró que "cuando hay infracción a esas reglas, como sucede, muchas veces la comunidad internacional siente renuencia a velar por su cumplimiento, sea Irán u otro país".
"Nosotros vamos a unirnos y vamos a cumplir con ellas. Seremos parte del esfuerzo de redactarlas, pero cuando haya una infracción, todos necesitamos hacer presencia", planteó Biden.
En la declaración de la cumbre, los representantes progresistas también llamaron a "evitar políticas proteccionistas" y a "concluir exitosamente la Ronda de Doha" de negociaciones multilaterales que se procesa en el marco de la Organización Mundial del Comercio".
Asimismo, abogaron porque "las instituciones financieras internacionales, incluyendo las regionales, jueguen un importante rol en la prevención de las desastrosas consecuencias económicas para los países emergentes y en desarrollo, y que se reformen esas instituciones, lo que podría requerir un incremento de los recursos".
El texto también habla de la necesidad de una "recuperación verde". Es decir, "emprender urgentemente una respuesta coordinada al cambio climático y expandir las inversiones en energías limpias, de manera de establecer el camino para una economía global de bajas emisiones" de gases invernadero causantes del recalentamiento planetario.
En este sentido, "se espera que la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Copenhague logre un acuerdo exitoso", indica el documento.
Por otra parte, la Asociación Chilena de Organismos No Gubernamentales (Acción), que reúne a 70 instituciones, propuso a través de una carta a los mandatarios reunidos en Viña del Mar una serie de medidas a implementar por los gobernantes progresistas.
Entre otras cosas, Acción solicita que se garantice la gobernabilidad democrática de la economía "regulando las actividades financieras, creando nuevos instrumentos fiscales, estableciendo desincentivos y restricciones a la especulación, prohibiendo los productos financieros 'de casino' y garantizando que los recursos del ahorro privado o público se canalicen efectivamente hacia la actividad productiva".
La Red de Líderes Progresistas se constituyó en 1999, a instancias del entonces presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001) y el antecesor de Gordon Brown, Tony Blair (1997-2007).
Desde entonces se han realizado cumbres en Berlín (2000), en Estocolmo (2002), en Londres (2003 y 2008), en Budapest (2004) y en Johannesburgo (2006).