Negarle a las mujeres acceso al poder político y económico es un «desperdicio estratégico», dijo Saadia Zahidi, coautora del informe Brecha Global de Género (BGG) del Foro Económico Mundial, en entrevista telefónica desde Ginebra.
El BGG clasifica a las naciones según sus logros en igualdad de género, y está diseñado para medir las brechas en el acceso a recursos y oportunidades en países individuales más que los niveles totales de los recursos disponibles.
Se basa en cuatro factores: participación económica y oportunidades, logros educativos, empoderamiento político y salud y supervivencia de las mujeres.
Los resultados son sorprendentes. Zahidi, jefa del Programa por Paridad de Género y Mujeres Líderes del Foro, analizó con IPS casos concretos basados en los resultados del informe.
IPS: Usted ha participado en el BGG desde el comienzo, desde 2006. ¿Podría destacar alguna tendencia importante?
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SAADIA ZAHIDI: Si miras a los 115 países, la mayoría están mejorando. Esto es un rasgo muy positivo. De los 115 países estudiados en 2006, 2007 y 2008, más de 80 por ciento, incluyendo en desarrollo e industrializados, han mostrado una mejora general. Hay pocos países, sin embargo, 22, que de hecho están en regresión. Esto es algo para preocuparse.
Haciendo una evaluación hacia atrás a 32 países, a partir de 2001, también vemos que muchos mostraron un inmenso progreso, como Turquía y Japón, donde había grandes brechas de género pero mejoraron entre siete y 10 puntos porcentuales. Esto puede ser interpretado como un verdadero cambio en el terreno.
IPS: ¿Cómo explica la regresión en 22 países?
SZ: No puedo decir categóricamente que haya algo en común. Entre los países que han mostrado regresiones están Alemania (en el puesto 11) y Arabia Saudita (128). Estas son naciones muy diferentes.
En algunos países, el porcentaje de mujeres en el parlamento o en posiciones ministeriales puede cambiar muy rápido. Es más perturbador cuando caen la participación económica y el acceso a la salud y la educación, que toman mucho tiempo en cambiar.
IPS: Mozambique (18), un país de bajos ingresos, está en el primer lugar en cuanto a participación de las mujeres
SZ: Básicamente, lo que intentamos hacer con el informe es mostrar las brechas, más que los niveles de desarrollo. Una posibilidad era crear un índice que dijera si un país muestra bajos niveles de educación, por ejemplo. Y, en realidad, Bangladesh (90) tiene más bajos niveles de educación que Suecia (3). Pero no es muy útil hacer este tipo de análisis. Sin embargo, si comparas la diferencia en acceso a la educación entre mujeres y hombres, esto se vuelve significativo para los políticos. Buscamos las razones detrás de las brechas y cómo se accede equitativamente a los recursos más allá del nivel total de esos recursos disponibles.
Es por esto que Mozambique se ubica en el lugar número uno de la participación económica, a pesar de ser un país de escasos ingresos. Porque tiene un fuerte desempeño en términos de participación en la fuerza laboral.
IPS: ¿De qué factores depende el acceso al poder político?
SZ: Todos los países muestran un bajo nivel de empoderamiento político para las mujeres. Éste es un aspecto en que la mayoría se desempeñan en forma muy pobre. Incluso en Noruega (1) se ha cerrado sólo la mitad de la brecha. Hay un largo camino por andar.
Hay razones para cerrar esta brecha. El sistema se beneficia de una mayor diversidad en la política.
Una investigación realizada por Esther Duflo, del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), y Rohini Pande, de la Universidad de Harvard, estudió las cuotas de género en los concejos de varias aldeas de India, y si el liderazgo estaba predominantemente en las manos de mujeres o de hombres. En el primer caso, descubrieron que la asignación del presupuesto local estaba más concentrado en educación y salud, en tanto que cuando el liderazgo estaba en manos de hombres, se destinaba más a productos de consumo, defensa y automóviles, que son cosas importantes pero no fundamentalmente importantes.
IPS: Una de las sorpresas en el informe es Filipinas, que tiene una extraordinariamente buena ubicación, en el puesto seis.
SZ: El caso también ilustra el punto de que el informe examina más las brechas que los niveles. Filipinas tuvo buen desempeño general. Tienen menores niveles de educación y salud para todos, pero la educación y la salud que están disponibles son equitativamente divididas entre mujeres y hombres. Su tasa de empoderamiento económico clasifica en el número ocho. Casi han cerrado la brecha, con 77 por ciento de participación económica de las mujeres. Es bueno (el desempeño) incluso comparado con Islandia (4), con una menor participación económica (73 por ciento). En términos de empoderamiento político, clasifican bastante bien también.
IPS: El informe también señala que "los países ricos tienen más oportunidades de salud y de educación para todos los miembros de la sociedad". ¿Entre los que están al final de la clasificación hay países de altos ingresos como Arabia Saudita o los estados del Golfo?
SZ: No tenemos una explicación para eso. Muchas personas, cuando ven cómo hemos desglosado esto, dicen que es por causa del Islam. Pero no estoy segura de que podamos afirmarlo. Con los puntos más bajos vemos a países diversos, con diferentes ingresos, religiones y culturas. En el medio de la lista tenemos a Indonesia (93), que está haciendo un mucho mejor desempeño que Arabia Saudita (128), por ejemplo.
Lo que podemos decir es que tenemos que aprender de los países que van bien. Kuwait (101) le dio a las mujeres el derecho a votar hace apenas tres años. Quizás veamos un drástico avance en el futuro. China (57) viene bien en comparación con otros países. Esto va en contra de la idea de que la democracia tiene que ver con la brecha. Necesitamos una más profunda investigación para determinar eso.
* Miren Gutiérrez es editora en jefe de IPS