IBEROAMÉRICA: Cortar el círculo vicioso de la crisis

Las palabras del ministro de Finanzas de Portugal, Fernando Teixeira dos Santos, encontraron eco entre sus pares de América Latina, España y Andorra cuando advirtió del peligro que representa el círculo vicioso que se está creando entre el deterioro del sistema financiero y la economía real.

La reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales iberoamericanos, celebrada en esta ciudad capital de la Región Norte de Portugal, concluyó que la asignatura más urgente es una acción internacional coordinada que rechace el proteccionismo, apoye el crecimiento de la actividad económica y el empleo, y refuerce el sistema financiero.

El domingo y este lunes, los funcionarios evaluaron la crisis internacional y prepararon propuestas de medidas que presentarán en la próxima reunión del Grupo de los 20 (G-20), formado por los principales potencias industriales y países emergentes, interesados en el sistema financiero internacional, que se celebrará el 2 de abril en Londres.

El G-20 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón, Rusia, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, República de Corea, Sudáfrica, Turquía, y un representante de la Unión Europea. Si bien España no forma parte del grupo, consiguió un lugar en la cumbre después de un intenso cabildeo.

La posición iberoamericana será expuesta en Londres por las delegaciones de Argentina, Brasil y México.
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Portugal ejerce la presidencia de la Comunidad Iberoamericana y será el anfitrión de la XIX Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizará en Estoril, distrito de Lisboa, el 30 de noviembre y 1 de diciembre de este año, bajo el lema "Innovación y Ciencia".

Acudieron a Oporto los ministros de Finanzas de Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

También estuvieron presentes el secretario general de la Comunidad Iberoamericana, Enrique Iglesias, la vicepresidenta del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Pamela Cox, y el director del Fondo Monetario Internacional (FMI) para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre.

Otros asistentes fueron Enrique García, presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría. El ministro portugués Teixeira dos Santos subrayó que el encuentro se destinó a reflexionar sobre "la mejor manera de combatir la crisis económico-financiera", con el propósito de adoptar "una postura coordinada de los países iberoamericanos", que contribuya a que en la cumbre de Londres se encuentren "soluciones para el problema global" que enfrenta el mundo.

Gobernantes y especialistas admiten las fallas del sistema de supervisión —asentadas en la autorregulación y en la supuesta disciplina del mercado—, difícil de garantizar en momentos de optimismo desmesurado como el que se vivía antes de estallar la crisis. El ministro anfitrión destacó "la necesidad de contener tendencias proteccionistas", dando importancia a la adopción de medidas "que promuevan el comercio internacional y el correcto funcionamiento del mercado, aumentando los flujos comerciales y de inversiones".

En refuerzo de los conceptos de Teixeira dos Santos, Cox aseveró que "ningún país del mundo va a escapar" a la crisis y que "el proteccionismo no es solución", sino que se requiere una estrategia internacional coordinada.

Cox aseguró que "en este momento nadie en el mundo sabe qué hacer, pero si existe algo que la crisis reveló fue cuán interconectadas están las economías, no solo por los sistemas financieros, sino también por las exportaciones y la producción de bienes y servicios".

"Cualquier solución necesita de todos los países alrededor de una mesa", concluyó.

Durante el encuentro, se coincidió en que los efectos de la crisis se extendieron rápidamente a todas las economías, incluidas aquellas de reducida exposición a los llamados "activos tóxicos", en referencia a las inversiones en carteras ruinosas o riesgosas y al mercado de deudas hipotecarias de Estados Unidos.

Las últimas previsiones del FMI habían indicado un crecimiento del producto bruto mundial de 0,5 por ciento para este año, frente a 5,2 por ciento en 2007 y 3,4 por ciento en 2008.

Sin embargo, Eyzaguirre admitió en Oporto que la situación de la economía mundial sería aun peor, probablemente con una contracción de la actividad productiva. "Esta es una crisis muy severa y verdaderamente global, como se nota por el colapso del comercio internacional y de la producción industrial en todo el mundo, y no se puede decir que las cosas estén mejorando", subrayó el funcionario del FMI.

Otras cifras preocupantes son los datos de desempleo que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), superará siete por ciento este año, frente a seis por ciento en 2008 y 5,7 por ciento en 2007.

América Latina, menos vulnerable a los efectos de la crisis, según el FMI y la OIT, podría experimentar crecimiento de su producto bruto, pero más modesto que en los últimos años.

Iglesias recordó que para América Latina ésta es "una crisis importada" y el continente ya está sintiendo sus efectos, a pesar de su mejor preparación para enfrentarla.

Iglesias dijo a IPS que es "motivo de gran preocupación" el avance del proteccionismo internacional, y recordó la experiencia de la década de 1930, cuando "prevalecieron soluciones de corto plazo que condujeron al proteccionismo".

Interrogado sobre el camino a seguir, Iglesias enfatizó en que "es importante mirar hacia la historia para evitar que se repita".

Hoy se vive "una situación excepcional" tras la cual "nada será igual", pero "de aquí va a salir un nuevo mundo, que esperamos sea mejor", concluyó Iglesias.

Por su parte, el secretario general de la OCDE fustigó el error masivo "en la regulación, supervisión y administración del riesgo" financiero.

Gurría subrayó que será necesario "mejorar estos aspectos para que los mercados no caminen más rápido que los reguladores, y la innovación y la creatividad no sean sinónimos de abusos y desorden, sino de progreso".

Las previsiones del gobernador del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, indican que los mercados financieros tendrán productos más simples y más transparentes después de la crisis.

Meirelles opina que el período que seguirá a la depresión deberá caracterizarse por una menor exposición al riesgo, con más transparencia, acompañada por una mayor coordinación de las entidades reguladoras financieras de los países, a fin de dar "respuestas globales a problemas que también son globales".

El economista dio como ejemplo "las enormes dificultades" que el Banco Central de Brasil encontró en plena crisis para recolectar información sobre las colocaciones monetarias que las instituciones financieras tenían fuera del país.

Los mayores defectos del sistema financiero internacional, explicó, son la falta de supervisión de algunas operaciones, la falta de previsión de riesgos sistémicos, la desvalorización de los riesgos de liquidez y el exceso de confianza en las agencias de crédito. Meirelles recomienda adoptar "colchones reguladores" que atenúen los efectos de una eventual nueva crisis, así como el establecimiento de mecanismos que faciliten la intervención de los bancos centrales.

De esta forma, "el sistema continuará global, interconectado y abierto", concluyó el gobernador del Banco Central del país más vasto de América Latina.

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