HAITÍ: Estabilidad depende de la ayuda externa

Disturbios, desastres naturales y problemas económicos elevaron el año pasado la inestabilidad y empujaron a más haitianos a la pobreza, advirtió el International Crisis Group (ICG), organización humanitaria especializada en el estudio de conflictos.

Un estudio del ICG titulado "Haiti 2009: Stability at Risk" ("Haití 2009: Estabilidad en riesgo") sostiene que la crisis financiera mundial está exacerbando una situación ya grave.

Los violentos disturbios de abril en protesta por la inflación y las tormentas tropicales y huracanes de agosto y septiembre, que dejaron 800 muertos, afectaron a casi un millón de personas y agravaron la escasez de alimentos.

La crisis financiera mundial, por su parte, enlenteció el flujo de asistencia de gobiernos ricos y organizaciones humanitarias, así como también redujo las remesas de dinero desde la diáspora.

"La situación socioeconómica es peor que al momento de los disturbios de abril de 2008 y de la caída del gobierno" del ex primer ministro Jacques-Édouard Alexis, dijo Bernice Robertson, analista de asuntos haitianos del ICG al presentar el informe el martes.
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"El presidente René Préval y la primera ministra Michèle Pierre-Louis deben asegurarse el apoyo de los donantes y del parlamento para implementar rápidamente una estrategia de estabilización de amplio rango, o correrán el riesgo de un recrudecimiento de la inestabilidad política y la violencia", agregó.

Cuando Préval y Alexis asumieron sus cargos en 2006, muchos vislumbraron un camino hacia la seguridad, la reforma policial y judicial, la estabilización macroeconómica y el control de la corrupción.

Pero ese gobierno no logró controlar a las pandillas de tugurios urbanos, lo que impidió prestarles servicios básicos a la población de esas áreas.

Los éxitos macroeconómicos registrados desde mediados de 2006 en este país caribeño de nueve millones de habitantes tampoco se tradujeron en mejoras visibles de la calidad de vida de los pobres. Y las devastadoras tormentas de 2008 empeoraron el panorama.

Los disturbios de abril de 2008 por el encarecimiento de los alimentos derivaron en la caída del gobierno de Alexis. Cinco meses después, asumió Pierre-Louis.

El 2 de diciembre, Pierre-Louis presentó un plan de acción de gobierno para el año fiscal 2008-2009, que incluía estímulos al crecimiento económico nacional con miras a la reducción de la pobreza.

Desde entonces, el gobierno ha sido cada vez más criticado por falta de liderazgo en los esfuerzos de recuperación tras las tormentas y por falta de innovación en sus estrategias, según el informe del ICG.

El estudio destaca una urgente necesidad de un amplio consenso político y de mejorar las relaciones entre las ramas ejecutiva y legislativa del gobierno.

El ministro de Salud Pública, Alex Larsen, y el de Ambiente, Jean-Marie Claude Germain, son los únicos miembros del gabinete ajenos a los partidos que integran la coalición electoral gobernante, Lespwa.

Los comicios previstos para este año le dificultarán aún más al presidente y a su primer ministro la tarea de forjar un consenso político y movilizar el apoyo a las medidas de estabilización.

El presupuesto propuesto por el Ejecutivo —de 256,4 millones de dólares, 60 por ciento financiado por donantes— actualmente está bloqueado en el parlamento, donde ambas cámaras han pedido revisiones.

El informe del ICG también reclama una asociación entre gobierno, donantes y sociedad civil para dar inicio a un proceso de reconstrucción orientado a la comunidad.

Esta recomendación incluye la construcción de una red de seguridad social para víctimas de desastres naturales y proyectos de infraestructura orientados a la creación de empleos, que prioricen áreas muy golpeadas por las inundaciones.

Quienes elaboraron el plan aspiran a estimular la agricultura y a potenciar una estrategia de largo plazo hacia el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

El objetivo inmediato debería incluir la identificación de proyectos dirigidos por el gobierno, aprobados por la comunidad, de alto impacto y visibilidad, que creen empleos y afronten la escasez de alimentos, así como la reforma de la seguridad social.

También deberían completarse las acciones planificadas e iniciadas el año pasado para controlar la porosa frontera y los puertos corruptos e ineficientes, afianzar la cooperación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo y mejorar la transparencia en el manejo de fondos de emergencia y en la reconstrucción.

Uno de los objetivos es fortalecer las instituciones democráticas y los esfuerzos de estabilización, a través de elecciones a celebrarse este año con la participación de observadores nacionales e internacionales.

Préval admitió el mes pasado la frágil situación de su país cuando pidió personalmente ayuda económica Hillary Rodham Clinton, secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, el mayor donante de Haití.

"Creo que estamos en un punto de inflexión muy serio. Podemos ganar o perder", dijo Préval, entrevistado por el diario estadounidense The Washington Post.

Un funcionario del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos señaló que Clinton le dijo a Préval que consideraría su pedido, pero que no podía hacer promesas.

Las donaciones en respuesta a la devastación producida por la tormenta llegaron con lentitud, mientras los donantes se escudaban en la crisis financiera mundial para declararse incapaces de aportar fondos.

"La comunidad internacional no tuvo una respuesta ni cerca de lo que se le solicitaba dada la magnitud del daño, dijo a IPS Mark Schneider, vicepresidente del ICG.

Schneider señaló la fatiga de los donantes como la causa de su reticencia. "Hay una significativa cantidad de inversiones. Los donantes ven que algunos de sus programas no avanzan tan rápidamente como a ellos les gustaría", dijo.

Con la postergada conferencia de donantes fijada para abril, todavía falta ver qué clase de compromiso asumirá el nuevo gobierno estadounidense del presidente Barack Obama en relación a Haití.

Esa conferencia será "importante porque determinará en buena medida si el gobierno puede cumplir las expectativas de los pobres del país y evitar más malestar", advirtió Markus Schultze-Kraft, director del programa para América Latina en el ICG.

"Las elecciones parlamentarias de abril y, poco después, el debate sobre la reforma constitucional, establecerán el tono político de los esfuerzos de reconstrucción y desarrollo para el resto del año", agregó.

"El gobierno tiene un plan legítimo" de reconstrucción "que debería ser la base para el apoyo a la asistencia", pero las vidas de los haitianos dependen de la asistencia brindada por los donantes", sostuvo.

"La asistencia tiene que llegar ahora. La comunidad internacional no puede limitarse a esperar", dijo.

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