Esta pequeña república se erige sobre billones de dólares en reservas extranjeras. Pero aun así no puede librarse del impacto de la crisis económica mundial, según admitió el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong.
Este país, que carece de recursos naturales y ha desarrollado una pujante economía abierta a través de la industria y los servicios, resultó muy golpeado por la crisis. Según el Banco de Desarrollo de Singapur, 99.000 personas quedarán sin empleo para fines de este año.
Por primera vez desde su fundación entre 1965, Singapur debió apelar a sus reservas extranjeras para financiar un fondo de 13.700 millones de dólares, anunciado en enero, con el fin de minimizar las consecuencias de la crisis.
El fondo "ayudará a las empresas a mantener su viabilidad" y "amortiguar el impacto" de la debacle mundial, dijo el día 19 el primer ministro Lee a la cadena británica de radio y televisión BBC. "Debemos esperar que pase la tormenta", agregó.
Cuando los socios comerciales occidentales de Singapur colapsaron, este tigre del sudeste asiático figuró entre los primeros que acusaron el golpe. El gobierno calculó que al país le insumirá al menos de dos a tres años recuperar su economía.
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"La economía de Singapur resistiría mejor si fuera más equilibrada", anotó el diario The Asian Wall Street Journal.
Según el periódico, la crisis fue un toque de alarma para un país que ha dependido mucho de sus exportaciones. Aunque la producción se desaceleró, creció 16,9 por ciento en el último trimestre de 2008 respecto del de 2009.
El portavoz del Ministerio de Finanzas, Chin Sau Ho, replicó que el modelo económico nacional reflejaba la realidad de un pequeño país que avanzaba hacia la modernidad.
"Hemos diversificado nuestras manufacturas y servicios, pero ambos sectores están muy expuestos a los mercados mundiales. Como ciudad-estado con una población de cuatro millones de habitantes, las empresas tienen más incentivos para dedicarse al mercado global que al consumo interno", agregó.
Pero el impacto de la crisis mundial en la economía nacional llegó a tal punto que el primer ministro Lee llegó a sugerir, entrevistado por la cadena televisiva estadounidense CNBC, que el país podría verse obligado a reconsiderar su estrategia.
"Tendremos reequilibrar todo, pues no podemos esperar que los estadounidenses consuman cosas producidas en todo el mundo. Y que el resto del mundo ahorre y le preste dinero a Estados Unidos para que nos compre a todos", argumentó.
Lee admitió que eso podría significar un cambio radical desde el modelo asiático de desarrollo económico orientado a las exportaciones, algo que pocos meses antes habría sido considerado blasfemo en Singapur.
Esta ciudad tiene un ingreso por habitante de 24.000 dólares, atribuido a la apertura de su mercado. Tres cuartas partes de su ingreso proceden de exportaciones e inversiones extranjeras.
Además, la rama inversora del gobierno, Temasek, ha colocado grandes sumas de dinero en otros países. También empresas estatales como la compañía de telecomunicaciones SingTel, Singapore Airlines, DBS Bank Keppel Corporation y Semb-Corp obtienen grandes ganancias por exportaciones y operaciones en el exterior.
"Somos parte de la economía mundial. Hacemos 'chips', productos farmacéuticos, petroquímicos. Consumimos, tal vez, uno por ciento de lo que producimos, posiblemente menos", dijo Lee a CNBC. "Producimos para el mundo, y así es que prosperamos."
Singapore Airlines debió dejar en tierra 17 de sus aviones y prevé despedir a 9.000 de sus empleados en todo el mundo. En el paquete de estímulo del gobierno se asignan grandes sumas de dinero a la recapacitación de trabajadores en áreas diferentes a aquellas en las que se desempeñaban.
Parece estar en curso un giro de la tradición manufacturera a industrias más basadas sobre el conocimiento, como la multimediática.
En la última cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Tailandia, Singapur fue el país que más llamados efectuó a resistir la tentación del proteccionismo, y a acelerar la apertura de mercados, con miras a la instalación de la comunidad económica regional para 2015.
Los 10 países de la ASEAN suman un mercado de 560 millones de personas. Los sistemas financieros de sus miembros más pobres, como Birmania, Camboya y Laos, no han sido tan golpeados por la crisis.
El impacto ha sido disímil en otros países, como Malasia, Tailandia, Indonesia, Brunei y Filipinas.
Muchas naciones del bloque, seguidores del "modelo de crecimiento conducido por las exportaciones", se beneficiaron de la burbuja generada por "consumidores endeudados y compañías muy dependientes del gasto de éstos", escribió el ex secretario general de la ASEAN, Rodolfo Severino, en una columna para el diario singapurense Straits Times.
Severino consideró que la ASEAN debería depender menos de las burbujas y actuar más como grupo, con mecanismos como el estímulo de la demanda interna a través de inversiones en salud, educación y desarrollo rural.