A los gobiernos y también a la ONU les cabe un papel decisivo en el proceso de reformas para subsanar los fallos que desencadenaron la actual crisis económica y financiera, afirmó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).
Un informe de esta agencia especializada de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) dirige sugerencias a los jefes de gobierno del Grupo de los 20 (G-20), que reúne a las naciones más industrializadas y algunas economías emergentes, que se reunirán el 2 de abril en Londres para proponer políticas contra la crisis.
En contra de la opinión tradicional, los gobiernos están bien situados para evaluar los movimientos de precios en los mercados que se originan en la especulación financiera, indica el estudio de la Unctad.
Las autoridades "no deben dudar en intervenir cuando se vislumbran desequilibrios importantes", remarcó el informe, titulado "La crisis económica mundial: Fallos sistémicos y remedios multilaterales".
En un mensaje al G-20, el secretario general de la Unctad, Supachai Panitchpakdi, recordó que los planes de estímulo a la economía "deben tener en cuenta al resto del mundo".
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Al respecto, en la presentación del informe, Supachai se declaró "profundamente preocupado" porque en la discusiones sobre las operaciones de salvamento "no se presta atención" a las necesidades de las economías en desarrollo.
El economista Heiner Flassbeck, director de la división de globalización y estrategias de desarrollo de la Unctad, estimó que fueron "bastante flojas" las propuestas estudiadas el fin de semana pasado en Gran Bretaña por los ministros de finanzas de los países del G-20.
"No tuvieron en cuenta a todos", dijo.
Supachai advirtió igualmente al G-20 que los remedios contra la crisis necesitan también del comercio, para lo cual debe ser rehabilitado ya sea a través de las estancadas negociaciones multilaterales de la Ronda de Doha o del financiamiento al comercio.
Pero la principal demanda de la Unctad al G-20 es la adopción de una reforma completa al sistema financiero, que reintroduzca la regulación y otorgue un papel decisivo a los gobiernos y a la colaboración entre ellos.
Los gobiernos tienen que desempeñar un papel enérgico en el control de los mercados, dijo Flassbeck. No pueden permitir que la especulación se ocupe de esa función, insistió.
Deben desempeñarla no sólo a través de la regulación, sino también de la intervención en los mercados, tanto a manos de los gobiernos como de las instituciones financieras internacionales, explicó.
El experto de la Unctad describió que la economía mundial ya se encuentra en "terrenos negativos", con las economías occidentales en plena contracción, de por lo menos uno a dos puntos porcentuales para este año. Una situación "muy dramática" que procede principalmente de los países industrializados, refirió.
En las actuales circunstancias se necesita expansión monetaria pues el sistema requiere esos recursos, que "no son necesariamente inflacionarios", defendió Flassbeck
El economista observó que el director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, propicia la aplicación de políticas anticíclicas, pero "no dice quienes deben adoptarlas".
Con relación al G-20, Flassbeck recriminó que no hablan de prevenir la "repetición de este casino en el futuro". El experto de la Unctad se preguntó qué seguridades existen de que alguno de los bancos reflotados no vuelva a las andadas del juego de casino.
El estudio de la agencia de la ONU indica que la tarea más importante ante la crisis es interrumpir la caída de los precios de los activos y la demanda, mientras se revigoriza al sector financiero para que otorgue crédito a las inversiones productivas, estimule el crecimiento económico y evite la deflación.
La amenaza de deflación por sobreendeudamiento no puede ser detenida por ningún proceso de mercado, pues sólo los gobiernos pueden frenarla, aclaró Flassbeck.
La Unctad sostuvo en el documento que la fe ciega en la eficiencia de los mercados financieros desregulados y la inexistencia de un sistema financiero y monetario basado sobre la cooperación generaron la ilusión de que las operaciones especulativas podrían rendir ganancias sin riesgo y otorgaban eficiencia para el derroche.
Por ejemplo, el papel y peso creciente de los inversores financieros en gran escala en los mercados de futuros de los productos básicos han afectado los precios de esas mercancías y aumentado su volatilidad.
El economista de la Unctad Jörg Mayer, especializado en productos básicos, comentó a IPS que en el mercado existe la expectativa de que el precio de los alimentos aumenten ligeramente.
Los pronósticos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dan la idea de que los precios de ese rubro no se mantendrán a los actuales niveles, pero que tampoco treparán a los valores que alcanzaron hace apenas un año, dijo Mayer.
Esa evaluación se fundó en el hecho de que las existencias de alimentos eran extremadamente bajas. En tanto que las reservas se mantengan en esos niveles, cualquier cambio brusco de la demanda o una caída inesperada de la oferta pueden determinar la aparición de picos en los precios, agregó.
En cuanto a los precios del petróleo, Mayer estimó que pueden ubicarse en "un área razonable de entre 60 y 80 dólares" el barril. Tal vez, la debilidad de la demanda de la economía mundial los desplace más abajo, pero, según el experto, esa franja entre 60 y 80 dólares constituye un punto de equilibrio probable, dijo.
Supachai llamó la atención sobre el papel de la ONU en las políticas para superar la crisis. La función del foro mundial en ese sentido "es crucial", dijo.
La ONU debe formar parte de la ecuación y desempeñar un papel central en las reformas, porque es la única institución universal y con credibilidad para asegurar la legitimidad de ese proceso, concluyó.