La crisis económica mundial no ha afectado las exportaciones desde el Sur en desarrollo cuya producción cuenta con certificados de justicia social y laboral, cumplimiento de criterios ambientales y respeto de los derechos humanos, según activistas.
En Alemania, las importaciones procesadas mediante los mecanismos denominados de "comercio justo" llegaron a unos 96 millones de dólares en la primera mitad de 2008, dijo a IPS Claudia Brueck, portavoz de la red Transfair.
"Esa suma representa un crecimiento de 25 por ciento respecto del mismo periodo de 2007", agregó Brueck, cuya red reúne a organizaciones empresariales que defienden el comercio justo.
Las cifras para todo 2008 se conocerán en abril, "pero ya podemos decir que la tendencia en el mercado del comercio justo sigue siendo positiva, a pesar de la crisis económica mundial", señaló.
De todos modos, los bienes certificados representan un porcentaje insignificante de los 1.121 billones de dólares que Alemania importó en total en 2007, en su mayor parte productos industriales.
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Transfair define al comercio justo como "una asociación comercial basada sobre el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor igualdad en el intercambio internacional".
"Contribuye con el desarrollo sustentable ofreciendo mejores condiciones comerciales a, y garantizando los derechos de, productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur" pobre, dijo.
La mayoría de los productos certificados en los mecanismos de comercio justo son alimentos y bebidas, como arroz, frutos, miel, vino, té, chocolate y café. Pero también incluyen vestimenta, flores y artesanías de países tan variados como Bangladesh, Brasil, Colombia, India, México, Namibia y Tanzania.
Brueck dijo que muchos productores en el Sur se han quejado de que la crisis económica dificulta producir bienes que respeten principios sociales y ambientales.
"Pero los consumidores en los países industrializados, no sólo en Alemania, parecen comprometidos con la compra de bienes de calidad social y ambiental certificada", agregó.
En la Feria Mundial de Comercio Orgánico realizada del 19 al 22 de febrero en la meridional ciudad alemana de Nuremberg, muchos participantes alegaron que la demanda de productos del Sur con respeto certificado por principios sociales y ambientales continúa creciendo en todos los países industriales.
Rob Cameron, presidente de Fairtrade Labelling Organisations International (FLO), dijo que el total de productos vendidos a través del comercio justo continuarán creciendo en 2009, "pero más lentamente que los (recientes) aumentos históricos".
Las ventas mundiales de estos productos crecieron 40 por ciento anual en promedio en el último lustro, según FLO. En 2007 sumaron casi 3.000 millones de dólares en todo el mundo.
El país con mayores ventas minoristas de productos certificados de comercio justo en 2007 fue Estados Unidos, con más de 900 millones de dólares.
Lo siguieron Gran Bretaña (868,7 millones de dólares), Francia (259 millones), Suiza (195 millones) y Alemania (174 millones de dólares).
Otros países industrializados, como Canadá, Austria y Holanda, también tienen un mercado significativo, de 99, 69 y 58 millones de dólares respectivamente.
A comienzos de febrero, se realizó durante dos días un debate telefónico informal entre 10 organizaciones nacionales especializadas, de Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Italia, Noruega y Suiza.
En esa ocasión, los expertos calcularon que el volumen de intercambio a través de este mecanismo aumentará entre 10 y 25 por ciento para el próximo año, y que el total mundial comerciado en 2008 habría ascendido a unos 3.950 millones de dólares.
"El apoyo de los consumidores sigue siendo muy fuerte. Con la incertidumbre financiera, hacen elecciones más meditadas, y el comercio justo les resulta importante. Ésta es una buena noticia para los productores de países en desarrollo, que lo necesitan ahora más que nunca", dijo Cameron a IPS.
Ochenta por ciento de los consumidores del Norte "sienten que incluso durante una recesión es importante que las marcas y las empresas reserven dinero para propósitos sociales", concluyó la organización Edelman GP al analizar una encuesta realizada a fines del año pasado en varios países del Norte.
Con esa idea coincidieron 82 por ciento de las mujeres encuestadas, en comparación con 78 por ciento de los hombres. Y 75 por ciento de las mujeres sostuvieron que "si una compañía debe recortar sus costos en una recesión no debería dejar de dar a buenas causas", concepto que compartieron 70 por ciento de los hombres consultados.
Otro informe sobre comportamiento de los consumidores efectuado por el Banco Cooperativo indica que la recesión mundial no frena el aumento del consumo ético y del comercio justo.
Según Cameron, estos estudios muestran que, pese a sentir el impacto, 92 por ciento de los consumidores del mundo industrializado "todavía alegaron estar dispuestos a pagar más por un producto éticamente certificado".