El Festival de Cine Latino de San Diego es quizá el más grande de los pequeños acontecimientos cinematográficos, que pocos conocen fuera del sur del occidental estado estadounidense de California.
La amplia variedad de talentos mexicanos y estadounidenses que presenta lo hacen grande; el poco atractivo comercial de los filmes en español en el mercado local, pequeño.
El festival atrae a una diversidad de amantes del cine interesados en crear su propio espacio en el cine moderno. Más de 20.000 personas participaron en el acontecimiento realizado del 12 al 22 de este mes.
Ésta fue la 16 edición del acontecimiento creado por Ethan Van Thillo, director ejecutivo de Media Arts Centre, de San Diego, una organización dedicada a promover el cine y el vídeo como herramientas de expresión y de cambio social, además de apoyar el desarrollo profesional de los artistas.
Sus inicios fueron modestos, se proyectaban películas de estudiantes en lugares improvisados, pero creció hasta su dimensión actual y se realiza en un complejo de salas de cine cerca del centro de San Diego.
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Este año se proyectaron 173 filmes, incluidos largometrajes, cortos y documentales de lugares tan alejados como Argentina y, cercanos, como la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana.
Se venden muchas entradas. Hay una gran cantidad de personas deseosas de ver películas que cubren una temática variada, desde comedias livianas hasta dramas carcelarios.
"Tenemos que ofrecer algo para todos los gustos", explicó Van Thillo.
"Hemos visto buenos trabajos de escuelas de cine de México, Argentina y España", señaló, refiriéndose a la trayectoria de directores que presentaron sus trabajos en ediciones anteriores del festival y que ahora volvieron con largometrajes.
El festival proyectó los primeros filmes de Alfonso Cuarón, director mexicano de "Y tu mamá también", de 2001, y de su compatriota Guillermo del Toro, de "El laberinto del Fauno", de 2006, entre otros. Ambos directores mexicanos maduraron en los grandes estudios de cine de su país y en el extranjero.
Carlos Cuarón, hermano de Alfonso y co-guionista de "Y tu mamá también", regresó este año con "Rudo y Cursi", con la esperanza de cosechar un éxito similar.
Entre los destacados está el favorito de Sundance "Sin nombre", un filme del estadounidense Cary Joji Fukunaga sobre la emigración centroamericana a Estados Unidos, y "The Garden", un documental de Jennifer Potter y Marisa Darnel sobre el esfuerzo de una comunidad mexicano-estadounidense para proteger un jardín comunitario en pleno centro de Los Ángeles.
El Festival de Cine de San Diego, el segundo del país, se volvió una parada esencial para los cineastas de habla hispana que buscan nuevos públicos.
"Fui amante del cine desde muy temprano", señaló el director Javier Chapa, descendiente de una familia mexicano-estadounidense. El cineasta concurrió acompañado de su elenco multicultural a la presentación de "Pepe & Santos vs. Estados Unidos".
La comedia desenfadada centrada en Brownsville, Texas, cuenta las desventuras de unos jornaleros en su intento por conseguir una casa. Cuando hacía la película, Chapa tuvo una epifanía. "Pensé, por qué no celebramos la cultura hispánica con una comedia", relató.
El filme fue proyectado para un público mayoritariamente de origen latinoamericano que creció viendo representaciones negativas de la experiencia de migración. En la entrevista que siguió, más de un espectador sintió la necesidad de agradecer a Chapa por haber hecho una película que nosotros y "nuestros hijos pueden ver".
En el festival, las dos culturas interactuaron. Fanáticos del cine se mezclaron con familias de origen latinoamericano de clase media. La diversidad de películas de asemejó a la del público que las fue a ver.
En Estados Unidos, 15 por ciento de la población es de origen latinoamericano, según la oficina nacional del censo. En 2050, uno de cada tres estadounidenses será hispánico. En los estados fronterizos, ya constituyen una gran mayoría.
Van Thillo calculó que 80 por ciento del público del festival era hispano, aunque cada vez más personas de otros orígenes descubren los filmes en español. "Hubo una explosión de interés por lo latinoamericano".
Las películas en español suelen perderse al mercado de Estados Unidos en el proceso de traducción y pierden en términos de venta de entradas, sin importar que la crítica le fuera favorable.
Pero el año pasado, "La misma Luna", de la directora mexicana Patricia Riggen, vendió una cantidad de entradas sin precedentes para una película en español, ganó 2,5 millones de dólares en su primera semana en cartel, lo que puede hacer que los ejecutivos del sector piensen dos veces cuando vayan a buscar un proyecto rentable.
En general, el éxito no acompaña a los directores de cine de origen latinoamericano, independiente del idioma utilizado en la película. "Las posibilidades del cine latinoamericano dependen de su capacidad de ser internacional", señaló Van Thillo.