Preocupada por la magnitud de la depresión económica mundial, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, anunció este viernes su propósito de adelantar cuatro meses la fecha de la primera prueba electoral de su gobierno, que estaba prevista para octubre.
Fernández consideró que en medio de la crisis sería "suicida" la "maratón" de comicios legislativos de este año en varios distritos del país y anticipó que este lunes enviará al Congreso legislativo un proyecto de ley para modificar la fecha de las elecciones parlamentarias nacionales, del 25 de octubre al 28 de junio.
"El mundo se cae a pedazos y se nos puede venir encima", dijo Fernández en un acto en la austral provincia de Chubut, junto a su esposo, el ex mandatario Néstor Kirchner (2003-2009), líder del gobernante Partido Justicialista y mentor de la idea, según revelaciones periodísticas.
Dirigentes de la oposición rechazaron la propuesta, aunque con matices. El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, del centroderechista PRO, opinó que si el cambio sirve para "un debate constructivo" lo apoyará, aunque señaló que es un gesto de "debilidad" del gobierno.
En cambio, los líderes de la centrista Coalición Cívica, fueron críticos. La ex legisladora Margarita Stolbizer calificó la iniciativa como "una manipulación de las reglas de juego" y "una clara confesión de debilidad" del gobierno. "No encontramos relación de causalidad entre la crisis y el cambio de una fecha electoral", aseveró. Para justificar su posición, la presidenta había argumentado que "estamos ante una crisis que no deja ver su magnitud y su profundidad". "Nadie puede predecir dónde va a terminar", dijo. "La crisis es grave y demanda que todos nuestros esfuerzos se orienten a sostener la actividad económica y el empleo", añadió.
[related_articles]
Los comicios para renovar la Cámara de Diputados y el Senado son la primera prueba electoral para la presidenta desde que fue investida en su cargo, el 10 diciembre de 2007. Poco después, tuvo un largo enfrentamiento con las patronales del sector agropecuario que dejó marcas en su popularidad, y cuando su gestión apostaba a recuperar apoyos empezó a sentirse en este país la depresión económica internacional.
La debacle provocó una caída pronunciada del valor internacional de las principales exportaciones de este país, redujo la recaudación fiscal, la producción, el consumo y el empleo. Desde hace varios meses, el gobierno procura estimular la demanda mediante créditos subvencionados
Pero además, el domingo, el partido gobernante perdió en los comicios de la provincia de Catamarca, noroeste del país, y los diarios nacionales destacaron ese resultado como "una fuerte derrota".
Para explicar las razones de su decisión la mandataria cometió un desliz. Consideró las elecciones como "un escollo" que se debería "superar" cuanto antes. Luego pareció rectificarse: "No reniego de la contienda. Pero los argentinos no podemos tener una maratón de elecciones de aquí a octubre".
Fernández propuso la fecha del 28 de junio, la misma que había fijado en la víspera el opositor Macri para los comicios de legisladores porteños, con la intención de separarlos de la elección de los representantes de la Ciudad de Buenos Aires al parlamento nacional, e intentar tener mayoría en la legislatura capitalina.
En Argentina, las provincias tienen potestad para decidir si hacen coincidir o no la fecha de sus elecciones con las de la nación. En cambio, los comicios nacionales deben celebrarse por ley el cuarto domingo de octubre.
Por eso, una vez que el alcalde de la capital anunció que se anticiparía a junio, el oficialismo propuso sumarse a esa fecha. Y la presidenta pidió a las provincias un esfuerzo para modificar para el mismo día sus calendarios electorales.
No está previsto que se modifique la fecha de investidura de quienes triunfen en los comicios legislativos. Así que transcurrirán casi seis meses hasta que ocupen sus escaños, el 10 de diciembre de 2009.
Pero para que la reforma entre en vigor en el plano nacional debe ser aprobada por mayoría absoluta en el Congreso. Las cámaras tienen apenas dos semanas para discutir y votar el proyecto, hasta el 28 de este mes, pues le ley electoral establece un plazo de 90 días para la convocatoria electoral.