La primera tarea de Tendai Biti, flamante ministro de Finanzas de Zimbabwe, será «sacar al país del caos en que lo sumió» el presidente Robert Mugabe en sus casi 29 años al frente del gobierno.
Así lo dijo a IPS el propio Biti, secretario general del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), quien se integró en el peculiar gobierno constituido por ese partido y la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) de Mugabe, a raíz de un acuerdo arduamente negociado.
El nuevo funcionario afronta el difícil desafío de rescatar una economía moribunda, signada por la parálisis casi total de la industria manufacturera, el colapso de la agricultura, una inflación sin precedentes y un desempleo y una pobreza crecientes.
Este abogado especializado en derecho comercial que carece de formación especializada en economía y finanzas, acérrimo crítico de las políticas de Mugabe, asegura ser consciente de la tarea titánica que tiene por delante.
A Biti se lo conoce como voraz lector, aficionado a citar fuentes que van desde los clásicos griegos hasta William Shakespeare y Charles Dickens, e incluso libros populares contemporáneos como "El alquimista", del brasileño Paulo Coelho.
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Tras su designación, el ministro de Finanzas habló con IPS y explicó cómo tratará de arreglar la economía zimbabwense.
IPS: ¿Cuáles son sus impresiones sobre los desafíos que se le avecinan?
TENDAI BITI: Este trabajo es el peor del mundo, pero tengo que enfrentarlo. No tengo dudas de que seré capaz de hacerlo.
IPS: ¿Cómo va a levantar la economía de Zimbabwe desde su actual empantanamiento?
TB: Lo primero es sacar al país del caos en que lo sumió Mugabe, implementando medidas sólidas para estabilizar la economía y crear un clima amigable para los inversores.
IPS: ¿Cómo?
TB: Tenemos que arreglar la industria. En los próximos seis meses debemos pasar de usar casi cero por ciento de su capacidad a por lo menos 60 por ciento, mediante la oferta de paquetes e incentivos por sectores.
También tenemos que cambiar la política de minería y presentar una estructura de mercado atractiva, que les permita a los mineros locales facturar de acuerdo con los precios internacionales. Habrá que revisar los cánones para el derecho de extracción, y crear un entorno amigable con los inversores eliminando varios obstáculos.
IPS: Usted describe su nuevo trabajo como el peor del mundo. Hubo informes según los cuales usted se mostró reticente a aceptarlo. ¿Qué lo convenció?
TB: Simplemente, el hecho de que alguien tenía que hacerlo.
IPS: La economía de Zimbabwe se basa, en gran medida, sobre la agricultura, pero ese sector está lejos de su potencial. ¿Qué medidas pondrá en práctica para reanimarlo?
TB: Invertiremos mucho, particularmente durante la temporada agrícola 2009-2010.
La agricultura es la base de la industria manufacturera nacional y representa alrededor de 90 por ciento del producto interno bruto. En pocas palabras, queremos establecer un régimen de transformación en todos los sectores.
IPS: Se dice que el dólar de Zimbabwe son buenos como papel higiénico, a causa de la hiperinflación. ¿Qué medidas tomará contra el aumento de precios?
TB: Introduciremos una democracia participativa, en oposición al sistema de planificación centralizado.
Tendremos que salvar al dólar dejándolo flotar en el mercado para que halle su valor natural. Mientras, cotizará a la par del rand sudafricano, pero la solución será en que encuentre su valor verdadero más que la "randización" de la economía.
IPS: ¿Y qué hay con las acusaciones de que el Banco de Reserva de Zimbabwe causó inflación al imprimir billetes continuamente?
TB: El rol del Banco en la economía será mínimo. Volverá a su función de manejo de la política monetaria del país, establecer las tasas de interés y alentar ahorros en la reserva nacional de divisas extranjeras.
Frenaremos la impresión de billetes. Estableceremos un estricto régimen de disciplina fiscal. Solamente gastaremos lo que tenemos.
IPS: ¿Cuáles son las perspectivas de una inyección financiera de Occidente para iniciar el renacimiento económico?
TB: Sin dudas, la necesitaremos. Hay promesas concretas en ese sentido. Pero sólo podrá concretarse luego de que cumplamos ciertos parámetros, como el establecimiento de la democracia y el respeto por los derechos humanos y el derecho de propiedad.